Que no haya silencio, al menos, por Fernando Rodríguez
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Decía yo, en el artículo anterior, algo así como que la cultura, el estamento cultural, debía manifestarse de alguna forma en esta mala hora nacional. Contra la represión criminal que ha llegado a números y crueldades descomunales y contra la humillante trampa, humillante sobre todo , porque nos escupe en el rostro, el fraude electoral más descarado de la historia. Bueno algo se mueve por esos áureos predios.
Salió ayer un documento, genérico, en que algunos culturosos firmaron (por cierto la mecánica de la elaboración no se hace así, lanzarlo para su firma a los cuatro vientos… pero ya es un hecho). La academia de ciencias políticas sacó su documento crítico, oficio obliga. El resto de las academias que suelen a veces dormir el sueño de los justos deberían seguir el ejemplo,
Igualmente los gremios artísticos que los hay, tan sonoros como la Asociación Internacional de Críticos de Arte también podrían decir lo suyo. O los muy fuertes del cine que le dieron un pescozón al presidente el CNAC por decir lo indecible, podrían darle ahora al presidente Maduro. Y así sucesivamente. O basta un grupo de pintores o músicos, hasta del Sistema. O poetas de alma honda y ahora ensimismada.
Sería muy interesantes que las derruidas universidades lo hicieran, a pesar de derruidas. Los profesores de la Escuela de Educación de la UCV dicen a la nación. Los de filosofía a pesar de las polémicas sobre la validez o la nulidad de la teoría del Ser. No hablemos de las responsabilidades de Consejos Universitarios, autoridades rectorales, y otros dignatarios, los gremios profesorales y similares, la FCU y similares también. O los estudiantes mismos, por su cuenta, en toda especialidad. O cada quien en su artículo. Me dio gusto leer a Pérez Oramas, tan reconocido, dando carajazos. Falta Rafael, el Cervantes, el campeón, pana escribe seis líneas contra la tiranía, con eso basta, eso rebota. De lo que se trata es de hacer ruido, mucho ruido, cotidiano, que algo queda. Demostrar que al menos el alma la tenemos alerta.
Esto que digo es por supuesto extensible a otros ámbitos. Se me ocurre uno, los curas o mejor los sacerdotes. Que andan como quedados. Es cierto que el Padre rector de la Católica lanzó una bomba pero que tuvo efectos restringidos. Pero hay mucho silencio, recuerda uno mejores épocas que a los curas, esta vez sí curas, Chávez los mandaba, a los infiernos, al fuego eterno y no faltaron otras actuaciones firmes en otras ocasiones. Por cierto dónde andará el querido Padre Ugalde que no tenemos noticia. Y cómo pesa la Conferencia Episcopal tanto pecado mortal que se comete diariamente. Al respecto digamos que no dudamos que los jesuitas se moverán pero los otros también deberían hacerlo, es grato al Señor.
A moverse todos, que el diablo anda suelto o algún fantasma que recorre al mundo, el fascismo, para los ateos.
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