Que no se diga, por Griselda Reyes

Los aspectos importantes de una nación se centran principalmente, en la producción y el bienestar de su gente, mientras más producción, mejor va a estar su gente, es un binomio lógico de entender, si en un hogar, una familia de 5 miembros, trabaja uno las cosas no van muy bien, pero sí de la misma familia, producen tres, es decir, trabajan tres miembros de esa familia y suman los dividendos positivos, ese hogar va a estar en un mejor estado.
Ahora, ¿qué pasa cuando comienzan a ofrecerles cosas que no son y que nunca se pueden realizar?, la familia empieza a desintegrarse y buscar caminos alternativos, la psiquis humana empieza a producir necesidades difíciles de acoplar y se produce la destrucción del estado natural de la cosa y se producen resentimientos. ¿Por qué él tiene lo que yo no tengo? Sin medir que a lo mejor esa persona trabajó mucho para alcanzar eso que hoy posee, y comienza una batalla por querer tener lo que el otro tiene.
Surge ahí un delincuente en potencia, eso trae consigo otras variables que van alimentando esa necesidad de quemar la adrenalina que da el mundo del delinquir, y surgen elementos que van distorsionando todos los aspectos antes expuestos, lo que comenzó por una simple necesidad de bienestar, se convirtió en toda una tragedia de marca mayor.
Ahora, a esa familia de cinco miembros llevémosla a algo macro, a una súper familia de 34 millones de miembros, las cosas son más grandes y determinantes, esto amerita todo un conjunto de variables que permita comprender lo que nos corresponde hacer, poner a producir a los venezolanos, esa es la palabra mágica que requiere este país, producción, detener el resentimiento que mucho daño le ha hecho al país, y llenar los corazones de los venezolanos de esperanza y positivismo, pero indudablemente que con este gobierno jamás lo vamos a lograr porque tienen sed de venganza, unos culpan a los venezolanos y otros la muerte de Chávez, por eso cada venezolano que muere de hambre o de mengua, debe ser una ofrenda a cualquier cultura que tienen establecida y por ende su regocijo es determinante.
Venezuela no tiene derecho a estar así, con una inflación de un millón por ciento de acumulado anual que trae consigo lo más pobre que somos, dejamos de ser un país productor para convertirnos en un país caníbal, donde se comen los unos con los otros por sobrevivir en esta sociedad feroz, costará mucho lograr encaminar a la nación, tocará hacer grandes esfuerzos y ese es un reto de en Acción Ciudadana En Positivo (ACEP) estamos asumiendo con compromiso, responsabilidad y el 2020 será el año de la demostración fehaciente de que si existen verdaderas alternativas.