¿Qué será de la vida de Pérez Recao y Carmona Estanga?, por Beltrán Vallejo
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Hace unos días se cumplieron 20 años de los sangrientos sucesos del 11, 12 y 13 de abril del 2002. Por supuesto que esta fecha es de celebración de carnestolendas para los que detentan el poder político en Venezuela desde hace más de 20 años.
Y es tanto así que ellos no comenzaron a conmemorar esas dos décadas la semana pasada en sus discursos o en las alocuciones recientes de Maduro, sino que lo vienen haciendo desde el año pasado, cuando el 20 de julio, en la audiencia de presentación que le hicieron a Fredy Guevara en tribunales, donde lo vincularon con los enfrentamientos acaecidos en la Cota 905, que protagonizó el ahora difunto malandro llamado El Koki, ahí también los fiscales del Ministerio Público argumentaron que el armamento de los delincuentes fue detectado en unos “almacenes” cuyo propietario es Isaac Pérez Recao, considerado el cerebro del golpe de Estado efectuado en aquellos días de abril del 2002.
Así mismo, también estos fiscales manifestaron que “Pedro el Breve” estaba involucrado como financista; me refiero al otrora presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, que en esos días de abril fue un Presidente de facto que a punta de la lectura de un Acta disolvió los poderes del Estado. Se trata de un Pedro Carmona Estanga que encarnó a una “Sociedad Civil” que le pasó por encima al liderazgo político de aquellos días para encaramarse en el poder, pero de una manera azarosa y aventurera.
Y a veinte años después de aquellos violentos y rocambolescos sucesos, ya que el año pasado fueron mencionados dos de sus protagonistas en el desarrollo de una investigación judicial, es bueno hacer algún comentario breve sobre estos señores. En el caso de Isaac Pérez Recao, éste vive en un exilio dorado en EEUU, y aparentemente lo hace enfocado en sus negocios, entre los que destaca uno que funge como empresa contratista militar. Por lo demás, muy poco se sabe de sus otras actividades empresariales, y hasta más conocido pudiera ser su hermano Vicente Pérez Recao, dueño de Fospuca, la empresa dedicada a la recolección de basura.
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En lo que concierne a Pedro Carmona Estanga, este se asiló en Colombia y es académico de primera línea en la Universidad Sergio Arboleda donde es director del Instituto de Hidrocarburos Minas y Energía del Prime Bussiness School de dicha institución. Sé sabe que además publicó un libro en el 2004 intitulado Mi testimonio ante la historia, donde da su versión sobre las pocas horas de su experiencia en el poder. Por cierto, en una entrevista del 2019 concedida al medio web El Estímulo, dijo lo siguiente, muy decepcionado: “Hay muchos actores que coparticiparon de todo, pero es fácil decir después ‘Yo no fui’ o ‘Este es el responsable’. Es muy de los venezolanos esto. Tenemos muchas virtudes, pero también defectos. Una de ellos es hacer leña del árbol caído y desligarse de las responsabilidades”.
Lo cierto es que así como el 4 de febrero de 1992 lo tenemos marcado en la frente como si fuese una fecha patria, esta otra derrota del 11 de abril del 2002 parece la marca de un hierro que se le pone al ganado para que alguien diga que ese animal es de su propiedad. Igual que el 4 de febrero del 92, los sucesos de abril del 2002 son fantasmas invocados para eso, para asustarnos.
Es lamentable que Maduro invoque fantasmas; ¿es que ya no tiene con quien pelear?
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