¿Qué sería del chavismo sin los recursos del Estado en elecciones?, por Beltrán Vallejo
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¡Oh, qué maravilla! Los Observadores europeos apenas antier se dieron cuenta que Venezuela es un país donde los procesos electorales son un capítulo de corrupción masiva. Los Observadores esos por fin “observaron” lo que durante años viene siendo la mayor inmoralidad de la historia política contemporánea de Venezuela.
Dice su informe que esos “Observadores” quedaron escandalizados por ese uso grosero de los recursos públicos para favorecer las candidaturas del malandraje pesuvista.
Quedaron abochornados los mentados observadores con ese aquelarre de funcionarios públicos en esas campañas y con el uso con fines proselitistas hasta de las vacunas contra el coronavirus. Pues fíjense señores de Europa que contra eso los demócratas nos hemos enfrentado en casi dos décadas. Y por supuesto, este y el otro anterior y el otro anterior CNE han sido meras Shakiras de ciegas, sordas y mudas contra esta delincuencia que usa como papel higiénico la Ley Orgánica contra la corrupción y la ley Orgánica de procesos electorales; y siempre ha sido papel toilette para el PSUV todo lo que sean preceptos constitucionales, legalidad, honestidad, institucionalidad, civilidad, moralidad, decoro y cualquier otra virtud que comprenda el don de gente.
*Lea: Virutas, por Fernando Rodríguez
Ayer tuve un sueño donde aparecía ese chavomadurismo cleptómano y adicto a los recursos del Estado participando en un proceso electoral, pero sin poder usar ni un cobre de algún ministerio, ni un centavo de alguna alcaldía o de alguna gobernación. Antier soñé con los pesuvista sin poder utilizar a sus anchas los medios de comunicación del Estado venezolano. Soñé con un PSUV sin poder usar la nómina de los organismos del Estado para imponer sobre ella la persecución, el controlismo, el chantaje, la amenaza y la coacción.
¿Y saben que también vi en esos candidatos chavistas sin poder hacer uso de lo que les quitan a los venezolanos con los impuestos, de lo que le quitan al situado constitucional, sin poder usar los carros de ministerios, gobernaciones y alcaldías para pegarles afiches, para trasladar a sus activistas? Pues vi que el PSUV es nada.
Así mismo es. El PSUV, sin los recursos del gobierno, no funciona. Imagínense el PSUV sin la Presidencia de la República, sin TSJ, sin CNE, sin gobernaciones, sin alcaldías, sin parlamentos; pues dejaría de existir. No hay ningún dirigente de ese PSUV que aguantaría ni una semana sin hacer política con las migajas del gobierno. No hay ningún político chavista que aguante hacer política en la oposición, pero limpio y sin montarse en algún vehículo del Estado. El PSUV es un partido-Estado, y que al quedar sin Estado dejaría de ser partido político.
El PSUV no es una maquinaria política; no lo es; el PSUV es el Estado secuestrado por conmilitones y pandilleros con o sin uniforme. El PSUV es una mafia que ha secuestrado a la administración pública venezolana.
¿Ustedes se acuerdan de Convergencia, el partido que creo la familia Caldera a la sombra del segundo gobierno de don Rafael? Pues el PSUV terminará como quedó esa Convergencia cuando ese viejo abandonó Miraflores. El PSUV no puede quedar sin manejo de la plata de todos los venezolanos porque se extinguiría en pocos días.
En cambio, bien arrecho ha sido ese liderazgo opositor de barrio que ha resistido el hacer política contra el régimen a pie, sin recursos de ningún gobierno, pasando hambre y necesidad, además de perseguido, restringido, silenciado en emisoras radiales y televisivas, y que aun así va y reta al chavismo en elecciones.
Bien bravo y aguanta callado hemos sido los demócratas de este país.
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