Queen y el recibo de la luz, por: Julián Martínez
He aquí otra manera de explicar el socialismo del siglo XXI: En septiembre de 1981 el grupo Queen vino a Venezuela y dio tres conciertos. Al Poliedro de Caracas acudieron unas doce mil personas por noche, pagando un boleto que les costó 125 bolívares. En el 2018 la película Bohemian Rhapsody no será exhibida en las salas del país. Si estás en la República Bolivariana y quieres ver esa película en la pantalla grande, tienes que ir a cualquier otra nación del continente (con excepción de Cuba, por supuesto). Pero, además, si este film que rinde homenaje a la famosa banda británica llegara a Caracas, la entrada costaría 50.000.000.000 de bolívares (no ha habido un error de tipeo: costaría cincuenta mil millones de esos bolívares que circulaban cuando vino Queen para presentarse en vivo).
El recibo de la luz es otra manera de explicar el socialismo de la Edad Media, perdón, del siglo XXI. Desde comienzos de este mes hemos comenzado a pagar una considerable suma por el pésimo servicio de Corpoelec, sobre todo, debido al encarecimiento del relleno sanitario. El ligero aumento del 500% no es tanto por la electricidad sino por la recolección y el respectivo traslado de los politiqueros ladrones, perdón, quise decir de la basura, hasta llevarla al relleno sanitario.
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O sea, que en este mar de la felicidad pagar el recibo que incluye luz y aseo urbano equivale al sueldo mínimo. “Lovely”, diría Mercury. También diría: “Oh my god!!”, si hubiera tenido la oportunidad de ver en qué se ha convertido la clase media, lo paupérrima que se ha vuelto la clase trabajadora (en la nación con el presidente obrero los obreros son -después de Cuba y Haití, por supuesto- los peores pagados del continente) y la estampida que han emprendido todos los estratos sociales con tal de escapar del mar de la felicidad.
Qué duro debe de ser para los margariteños, zulianos, valencianos, etc. Qué difícil para los que viven en ciertas zonas de Caracas. Porque casi nunca hay luz y, además, eso que llega a cuentagotas cuesta todo un sueldo. Y al que no pague el recibo le dicen, al mejor estilo Queen: “We will rock you”. Así que, tal y como espera el régimen, cada segundo veremos caer a “Otro más que muerde el polvo”.
No obstante la dignidad seguramente continuará en las calles. También el miedo, claro. Después de la masacre del año pasado hay mucho miedo. Es normal. Pero el último capítulo no se ha escrito. El telón no ha caído todavía. Por eso en silencio, juntos, casi sin saberlo, diremos mal que bien, unos con más hambre, otros con menos esperanzas: “El show debe continuar”