Quema de «Judas El Aissami Padrino Meléndez de Maduro» en Caracas fustigó la corrupción
Un muñeco confeccionado con los rostros de Nicolás Maduro, Tareck El Aissami, Vladimir Padrino López y Carmen Meléndez fue quemado por vecinos de comunidades de Caracas para simbolizar la «traición» que cometieron ante la población venezolana, cumpliendo con la tradicional «quema de Judas»
Vecinos de La Candelaria y otras zonas de Caracas realizaron la «quema de Judas», una tradición común en el Domingo de Resurrección que consiste en incinerar a un muñeco que representa a Judas Iscarionte por su traición a Cristo.
En esta ocasión, el muñeco para la «quema de Judas» fue utilizado como mecanismo de protesta contra la corrupción que se gesta desde la administración de Nicolás Maduro y se confeccionó una figura con cuatro cabezas que representaban al mandatario Nicolás Maduro, el exministro de Petróleo salpicado por la trama de corrupción en Pdvsa, Tareck El Aissami, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, y la alcaldesa del municipio Libertador, Carmen Meléndez.
De acuerdo con Carlos Julio Rojas, coordinador del Frente Norte de Caracas y uno de los promotores de esta actividad, recalcó que el evento sirve como mecanismo para expresar el dolor y la rabia de la población ante gobernantes que los «traicionaron», en este caso, a través de actos de corrupción.
«Por eso sin miedo en pleno centro de la ciudad echamos candela a un muñecote de varias cabezas denominado Judas El Aissami Padrino Meléndez de Maduro, ya que esos rostros simbolizan la corrupción enchufada», declaró según una nota de prensa de la asociación.
Rojas destacó la presencia de Tareck El Aissami en el muñeco de la «quema de Judas» debido al escándalo de corrupción destapado en el seno de Pdvsa, gracias a la cual fueron arrestados sus principales socios políticos, como el diputado Hugbel Roa y el exjefe de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip), afirmando que a El Aissami lo «tienen escondido» y se han limitado a «poner presos a sus amigotes».
*Lea también: Saab evita informar si habrá investigación contra el exministro Tareck El Aissami
La otra figura de peso en el muñeco es Nicolás Maduro, como protagonista de la traición ya que «con 10 años en el poder nos ha sometido a las peores torturas, incluyendo una brutal represión con centenares de asesinados sólo por protestar e incluso a una hambruna brutal condenándonos a sueldos miserables mientras él vive como todo un rey».
El señalamiento contra Padrino es por mantener en el poder a la estructura del Gobierno a través del poder militar, a la vez que «se ha hecho millonario con mega guizos de la Fuerza Armada Nacional (FAN) mientras sus soldados comen lentejas».
La última apuntada es Carmen Meléndez, alcaldesa de la población que hace la protesta. En esta oportunidad, la crítica va dirigida a la eliminación de los símbolos tradicionales e históricos de la ciudad el año pasado y la permisividad que le ha dado a los denominados «colectivos» de operar a sus anchas e invadir propiedades privadas.
«El personaje final es la alcaldesa de Caracas, Carmen Meléndez, quien repite en la nominación, luego que el pasado año eliminará los símbolos históricos de Caracas sustituyéndolos por insignias comunistas de brujería, pero además ha sido cómplice por omisión de colectivos armados generando terror en la capital a través de masivas invasiones a propiedades privadas», detalló Rojas.
*Lea también: Ministerio Público investiga 31 tramas de corrupción, pero «olvida» más de 100
A continuación, el testamento de «Judas El Aissami Padrino Meléndez de Maduro» que se leyó durante el acto:
En mi abandonada Caracas, yo, Judas El Aissami Padrino Meléndez de Maduro, al desprecio eterno de los caraqueños, confieso haber traicionado la confianza del pueblo que me eligió y sin reparo ponerlo a sufrir una hambruna, represión y destrucción de su historia todo a causa de mi corrupción y ambición desmedida. Por estos y otros graves haberes en la vida me toca la obligación de escribir este testamento, porque si fuera por mí no le dejaría nada a nadie.
Las treinta monedas de plata, o mejor dicho, los al menos 20 mil millones de dólares robados, los cuales me dieron para entregar al maestro, los voy a donar a los miles de enfermos, especialmente bebés, quienes murieron de megua, sin medicinas o de hambre. La soga, con la que puse fin a mis andanzas de traidor, se la dejo a los ciudadanos quienes, mientras yo me baño en piscinas en Dubái con mis Muñecas del Petróleo, ellos deben buscar la comida en la basura, y si protestan, como buen dictador les aplicó brutal represión.
A los caraqueños en mi año y pico de gestión les dejó unos símbolos municipales chavistoides con una estrella roja comunista incluida y una pirámide dedicada a los brujos, los cuales me llevaron y mantienen en el poder, intentando borrar el glorioso león y demás iconos históricos de Caracas. También les regalo las invasiones aupadas por colectivos que violan el derecho a la propiedad privada. Sin olvidar las montañas de basura que intentó tapar con adornos ridículos, sólo con el objetivo de hacerme millonario a punta de corrupción.
No dejaré de lado en estas cortas líneas, donar las miles de condecoraciones militares que me hacen parecer el propio arbolito de navidad, las cuales gané por apoyar la tiranía y hacer guisos en las Fuerzas Armadas a la par que pongo a los pobres soldados a comer puras lentejas. Tampoco olvido en mi legado la falta de agua y los masivos apagones eléctricos que llegaron para quedarse a Caracas, ya que quería que todas las personas vivieran en mi misma oscuridad.
Atentamente: Judas El Aissami Padrino Meléndez de Maduro