Querida MaryJo, por Carolina Espada
Twitter: @carolinaespada
Le estoy dictando esto a Andy Aguirre del Toro, un republicano de Texas que trabaja para nosotros en Trump American & World Enterprises. Él está a cargo de todas nuestras misceláneas hispanas, que en inglés se dice simplemente “H.S.” (Hispanic Stuff).
Recibí su carta y la felicito por cambiarse el nombre a MaryJo. “Igualito a JLo, pero Mary y con jota”, así me puso. Llamarse María Joaquina es de un tercermundismo deprimente. Una carencia absoluta de todo: agua, electricidad, gasolina, glamour. Para tener éxito hay que hablar inglés. ¡Y qué manía con los dos nombres: Rodolfo Luis, Ángel Jesús! Uno no dice Rudolf Louis ni Ángel Jesús (que se escribe igual, pero sin tildes, y se pronuncia éinyel yisus). ¡El tiempo que pierden ustedes! No sé si habrá oído eso de que Time is Money.
Me alegra que haya visto la Convención Demócrata y después la nuestra, la Republicana. Se dio cuenta: la de ellos no tuvo punch. Eso de ver a Michelle Obama vestida de marrón, sentada en una especie de oficinita improvisada, como si estuviera dando un pésame y sin atreverse a levantar la voz… Oh my God! ¡¿A quién se le ocurre vestirse de marrón si ese es el peor de todos los colores?! Ni a mí, que tengo el mejor cuerpo y estoy tan hot –como dice mi Papá– se me ocurre ponerme algo marrón. ¡Primero obesa o votando por Kamala Harris!
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¡Marrón, MaryJo! Marrón. Michelle parecía un chocolate. Además, todas las demócratas estaban dressed down, o sea, mal. ¿Pero nos vio a nosotras? Pura alta costura y fuegos artificiales por todo Washington D.C. Así nos quiere “la base”, que es lo que ustedes llaman “el pueblo mismo”. Nos quiere ricos y ostentosos. Dorados. Una vida de lujos y carritos de golf, porque para miserias les basta y les sobra con las que ellos tienen. Imagínese viviendo en un motorhome en una ciudad de motorhomes en una planicie de Nebraska. Auxilio. Muero. La base necesita ver nuestra Mansión de Mar-a-Lago (que es como “La isla de la fantasía”, pero hecha realidad) o el Pent House en la Trump Tower en Nueva York (envidia de cualquier príncipe saudí).
Insisto: ¡Michelle vestida de marrón! ¡¿En cambio dónde me deja a Kimberly, la novia de mi hermano?! ¿Qué le pareció su vestido rojo? Se lo regalé yo y estaba lo más bella posible. Más no se puede, porque ella es una extraña mezcla de irlandés con puertorriqueña de Aguadilla, “Americana de Primera Generación” como ella dice.
Y está clarísima, porque Puerto Rico no es América y nunca lo será. ¡¿La vio en medio de esa escenografía triunfal como de ceremonia de los Oscar?! ¡Todos nos emocionamos cuando de pie, enérgica, al final de su discurso mayestático y grandilocuente, levantó los brazos -idéntica a Evita en Don’t cry for me Argentina– y exclamó como si estuviera en el medio tiempo del Super Bowl y sin micrófono: “Theee Beeest iiis Yyyet Tooo Cooomeee!!!”. ¡Lo mejor está por venir! ¡Cuatro años más!
Un paréntesis, mi hermano Junior no ingirió nada ilegal antes de dar su discurso. Si estaba acelerado y los ojos le brillaban raro es por la emoción de que los Trump nos eternicemos en el poder. Ya sabe que mi Papi es el máximo admirador de Putin (el Supremo), de Kim Jong-un (el Galáctico) y de Xi Jinping (el Eterno). Esos nada más, no se ilusione.
Resumiendo: no sé si esta carta le llegará antes o después de que a Papi le den el Premio Nobel de la Paz. Que quede claro: 1. No somos racistas ni supremacistas blancos (aunque un filósofo, creo que era filósofo, habló de la pureza y la superioridad de la raza aria). 2. Por ahí hay unas grabaciones de mi Papá. Él no dijo lo que dijo. Period. 3. Daddy sí supo de la gravedad del China Virus (así lo llamamos aunque los demócratas digan que somos xenófobos). Se lo dijeron a finales de enero y él lo ocultó. ¿Por qué? Para protegernos a todos del pánico colectivo. Fue por nuestro propio bien. Y fíjese que eso funcionó. La base sigue asistiendo a los mítines sin mascarilla ni distancia social y con aquel entusiasmo. Es irrelevante que mueran unos cuantos.
Le estoy mandando la foto que tanto le gustó, la que me tomaron promocionando los frijoles negros. Mi Papá, el Partido Republicano y la Patria bien valen ese sacrificio. ¡Lo que hay que hacer para ganarse el voto hispano! Y ya sé lo que está pensando.
No, MaryJo, no me las comí; se las di a Yolanda, la babysitter de mis hijos. El único alimento negro que tolero es el caviar. La loca de Melania una vez estuvo untando a mi hermanito Barron con eso. Beluga de pie a cabeza. Crema humectante u otro disparate que salió a inventar. ¡Los extranjeros son insólitos! ¡Ah, Melania! No me haga hablar.
En cuanto a mí, usted propone que sea candidata en 2024. No creo. Papi está pensando en modificar la constitución para gobernar en un tercer periodo. En 2028 tal vez me toque a mí. La elección será el martes 7 de noviembre.
Las buenas noticias es que ya no vamos a tener competencia, después de 14 años las Kardashian ponen fin a su reality show. Llegó la hora que tanto habíamos soñado: Keeping up with the Trumps!
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