¿Quién es Caramelo Gallegos?, por Carolina Espada
Hay un mega tránsfor gringo, negro, muy divino él, con pelucas de todos los colores (aunque la que le sienta mejor es la amarilla), que suele andar entaconado, le fascina un canutillo y una lentejuela, y se llama RuPaul. Nació en San Diego, California, el 17 de noviembre de 1960, y fue criado en un hogar netamente femenino; en su adolescencia lavó carros en Atlanta y luego se convirtió en cantante, modelo, actor, escritor, Dj y vocero de una casa de cosméticos.
Además, tiene un “reality show” llamado RuPaul’s Drag Race, por el cual ha recibido premios Primetime Emmy durante cuatro años consecutivos. Estamos frente a la más colosal y exitosa Drag Queen de todos los tiempos; es la monarca de los travestis de los Estados Unidos y sin el menor pudor ni humildad se autoproclamó “La Reina de Todos los Medios”. Yes, honey, it’s me! Para desconcertar a muchos, ha interpretado un sinfín de papeles como hombre.
Vive dentro y fuera del “drag” con una actitud de “¿y cuál es el problema?”. Le es completamente indiferente que lo llamen “ella” o lo llamen “él” y dice en verso: You can call me He. You can call me She. You can call me Regis and Kathie Lee; I don’t care! Just as long as you call Me. «Puedes decirme Él. Puedes decirme Élla. Puedes llamarme Regis y Kathie Lee. ¡No me importa! Siempre y cuando me llames a Mí» (traducción másomenos).
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Antes de que el amigo lector del tout petit patio vénézuélien et latino-américain arrugue la nariz y le dé más sustico esto de que un hombre se transforme en mujer y sea bella-wow-quítate-porque-te-tumbo, es necesario indicar que RuPaul –a través de la compañía de maquillaje M*A*C y, también, gracias a sus programas de televisión- hace importantes donaciones y ha logrado recaudar millones de dólares destinados a organizaciones de caridad. Momento ideal para preguntar: ¿cuándo fue la última vez que usted donó alguito? ¿Ujhm?
RuPaul Charles… ¿y qué es eso de llamarse así? Delirio de una madre oriunda del estado de Luisiana: “Ru” viene de “roux”, una salsa que es la base para esa sopa multisápida y atómica llamada “gumbo” (jengibre, tocineta, celery, tomate, pimentón verde, ajo, salchicha, caldo de carne, sal, azúcar, pimienta, salsa picante Tabasco, aderezo “cajun”, laurel, salvia, quimbombó, vinagre, cangrejo, camarones, salsa inglesa, harina, -sí, harina- y un par de cucharadas de Leche de Magnesia Phillips). “Gumbo”, sambumbia que tanto gusta en el Sur de los Estados Unidos y tan poco, fuera de él, pues hay que tener eso que llaman “gusto adquirido”. Y su nombre continúa: Paul… que es Paul; y RuPaul pegado en un arrebato adicional de locura y originalidad de su mamá. No podemos criticarla, pues somos el territorio salvaje de las Yurmeryleidis y los Yorkhendrixs. Finalmente, Charles que no es Carlos, es su apellido materno de verdad-verdad.
Ru –como le decimos sus más allegados- opina que la mejor manera de inventarse una personalidad secreta como drag queen o un simple seudónimo de gran utilidad, es poniendo como nombre el de su primera mascota y, como apellido, el de la primera calle en donde usted vivió.
Por lo tanto, mi ex novio Rodolfo vendría siendo “Muñeca París”, golpe fuerte en su virilidad incuestionable; mi primo Nacho sería “Comino Gil Fortoul”; y mi ahijada Lila Carolina, “Marta Elena Capullito de Rosa de Los Jardines”. Pero mi asistente María Joaquina es lo máximo: “Caipiriña Río de Janeiro” (la propia chica d’ Ipanema). Yo me tengo que conformar con uno sin glamour y que no pega ni con un pipote de goma Ega.
¿Y esta información para qué sirve? Para que usted se desdoble en tránsfor o tenga un seudónimo perfecto. Su nom de plume, tan bonito y tan chiqui que es en francés. Con ese puede firmar escritos comprometedores o abrir una cuenta en Twitter para echar mucha jareta. ¿Se imaginan a una señora llamada Muñeca París? Mínimamente debe ser de la high. Se llama Mercedes Margarita, pero en su casa siempre le han dicho “Muñeca”. Juega canastón, toma clases de orfebrería y pertenece al Opus Dei, aunque a veces también forma parte de la legión del Opus Night. Es viuda y es alegre, anda buscando aventuras en las redes sociales y no es otra que mi ex novio Rodolfo, que se aburre en cuarentena como un pepino de mar.
Y si a usted no le dan frenesíes de creatividad y sinvergüenzura, puede hacer un Zoom con sus amigos y entre todos ponerse a jugar a las identidades ocultas tan disparatadas. Se van a reír un montón. Por último, a lo mejor le da algo así entre remordimiento de conciencia y arrebato de caridad forzada, y entonces usted saldrá corriendo a hacer una donación a quien sea. Recuerde: siempre hay alguien que tiene menos que usted y que necesita su ayuda. Nunca es tarde para ponerse generoso. Especialmente en estos tiempos de pandemia.
En su autobiografía, Ru afirma: “La vida puede ser cualquier cosa que uno quiera que sea. Todo lo que se tiene que hacer es pedir un deseo”. Hay buenos anhelos: tener mucho trabajo, ser feliz por lo que se es y por lo que se puede llegar a ser; bailar y reírse todos los días; ser cada vez mejor persona con los demás; volver a abrazar a la gente querida algún día… ¿Será mucho pedir?
Por lo pronto… ¿cómo se llama usted?
Escritora