¿Quién miente más?, por Omar Ávila
Durante su gira internacional, en Madrid, Juan Guaidó se arrodilló y pidió “disculpas” y dijo que iba a “rectificar”; pero lo cierto es que continúa en la ruta abstencionista. En una de sus últimas declaraciones, deja en evidencia que no ha reflexionado y que no fue sincero, ya que piensa insistir en la misma ruta del mantra que no ejecutó durante el 2019. Eso solo pretende esperanzar a los venezolanos para que la desilusión sea cada vez mayor al no cumplir con lo ansiado por muchos.
Igualmente dijo que rescató el hemiciclo, lugar que no visita desde el pasado 7 de enero, que recuperó su cédula y partida de nacimiento… ¿Cuál es la intención del engaño continuado?
Sin embargo, debo dejar claro que la cédula de identidad es el instrumento que permite ejercer la ciudadanía y la personalidad. Ningún Tribunal o funcionario puede apropiarse de este documento de un ciudadano, es una “acción” inconstitucional y vulnera los Tratados y Acuerdos Internacionales sobre Derechos Humanos.
No se puede seguir en la nada, es decir, con frases irreales, que no van más allá de un deseo, como el «sí o sí”, el mantra del cese o, peor aún, con “acciones” como las del 30A 2019, el «todo o nada» en Oslo, el «calle y más calle» y hoy recurre a nuevas frases de que «solos no podemos» y que saldremos del régimen «como sea».
Con esto solo quiero evidenciar que no se puede reducir la lucha por la democracia solamente a emociones y deseos que no se conecten con la realidad. Hay que definir estrategias reales. No todo es mercadeo político con discursos inspiracionales que se desvanecen al rato.
No se puede seguir recurriendo solamente a un discurso épico y victimizándose. Continuar incrementando los niveles de confrontación solo sirve para mantener entretenidos a los ingenuos. Mientras el país se desmorona velozmente ante los ojos de una “dirigencia” y de un gobierno que le quedó grande el compromiso con el país.
No es la hora de Maduro ni de Guaidó, es la hora de la unidad nacional, de la organización y movilización. Las elecciones parlamentarias es la única oportunidad real que tenemos de acuerdo a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Toca usar toda nuestra fuerza para exigir condiciones.
Es propicia la ocasión para recordar que fue el triunfo que obtuvimos en UNIDAD el 6D de 2015, el que obligó al gobierno a mostrar su cara más despótica y autoritaria. Urge entender que la movilización de la mayoría a través del voto es el arma más efectiva para acorralar a quienes hoy nos desgobiernan.
Lea también: Depende de nosotros, por Omar Ávila
Sin pelos en la lengua, y consciente que los twitterzuela y mayameros me caerán encima, no tengo la menor duda de que quien más contento está con la campaña de Guaidó es Maduro, porque está claro que lo va a ayudar haciendo campaña por la abstención, torpedeando más aún la unidad de la oposición y apuntalando a la polarización que tanto daño le ha hecho al país. Mejor para el PSUV, imposible. La estrategia del régimen es clara: van por la Asamblea Nacional (AN) con el 20% de votos que les queda.
En otro orden de ideas, Maduro acaba de ordenar la creación de la Empresa Aeronáutica Nacional (Eansa). Con una inversión de 12.200 millones de bolívares, dice que se fabricarán aeronaves criollas. Cuando no pudieron con las fábricas de automóviles y autobuses y ahora dicen que van a fabricar aviones. Pero es que tampoco han terminado el tren Puerto Cabello – La Encrucijada.
Qué pasó con la fábrica de pañales guayuco, con los fusiles Kalashnikov. Es que ni siquiera pudieron con las empresas que expropiaron, que estaban en pleno funcionamiento y todos sabemos cuál ha sido el destino de las mismas.
Por ahora pareciera que hay dos competencias entre estos dos extremos: por un lado, quién es más corrupto, y por el otro quién miente más.
www.unidadvisionvenezuela.com.ve