¿Quién quiere «dañar» a Capriles?, por Ángel Monagas
Twitter e Instagram: @AngelMonagas
Los hechos del 2012 y 2013 resurgen en la memoria del candidato amarillo. Es importante recordar, analizar y descubrir con argumentaciones lógicas, lo que realmente pasó.
El 19 de marzo de 2012, el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez realizó una llamada al canal del Estado VTV, indicando que tenía información fidedigna de que sectores externos querían atentar contra el candidato opositor Henrique Capriles y que había ofrecido seguridad para él y su equipo.
Chávez indicó que la gente de Capriles fue informada sobre la posibilidad del ataque y dijo que «como jefe de Estado» hay obligación de «…entrarle a esa situación y a darle protección a cualquier venezolano, y sobre todo en este contexto».
Una fuente que estuvo en la reunión de análisis situacional con el presidente Chávez en ese momento, me comentó que Henrique Capriles se negó a cualquier apoyo, por lo que Chávez ordenó desplegar un cuarto anillo de seguridad para Capriles bajo la coordinación de Casa Militar, porque desconfiaba de la Dgcim.
¿Quiénes eran los posibles interesados en asesinar a Capriles en ese momento?
Los informes de análisis estratégico del Cesna señalaban dos vertientes:
LA PRIMERA: Implicaba a alguno de los tres (3) candidatos a suceder a Chávez.
En todas las encuestas de cada uno de ellos frente a Capriles, la diferencia de intención de voto lo mostraban ganador con al menos 14% de diferencia, por lo que muy probablemente en unas elecciones presidenciales con estos personajes del PSUV, Capriles lograría la Presidencia.
LA SEGUNDA: Incluía a factores de la oposición. Las encuestas mostraban que Chávez mantenía una sólida diferencia en la intención de voto de un 26%, por lo que no era probable que Capriles venciera a Chávez en las elecciones de 2012.
Para la primera vertiente, eliminar a Capriles implicaba tener una mayor posibilidad de ganar las elecciones tras la muerte de Chávez, lo cual quiere decir que estaban en conocimiento del carácter terminal de su enfermedad. Para la segunda vertiente, la muerte de Capriles podría generar una corriente que impulsara el voto opositor a un candidato emergente, contrarrestando el drama de la enfermedad de Chávez, que para muchos de ellos generaba dudas.
Una de mis fuentes me dijo, que, en una conversación con Chávez, después de haber regresado en abril de 2012 de La Habana, en una de las sesiones de tratamiento, el fallecido presidente comentó que le gustaría que Capriles fuese presidente si él (Chávez) tenía que partir de esta dimensión.
Chávez pensaba que la situación del país se le pondría caótica a Capriles, por lo que su legado sería exaltado por el pueblo, haciendo más inmarcesible su recuerdo. Y si, Chávez utilizó la palabra INMARCESIBLE.
Capriles en el 2013 ganó
Luego vendrían las elecciones de abril de 2013 que Capriles ganó. Él mismo recientemente de una u otra manera, lo reconoció.
Aquí voy a resumir este evento.
Un grupo importante de militares activos, conscientes de que Chávez había sido traicionado, le enviaron a Capriles el mensaje de que, si salía a pelear los resultados, ellos iban a apoyar las movilizaciones populares contra Maduro.
Maduro, a su vez, llamó a Capriles para anunciarle la salida de los colectivos para contener la gente, en el hipotético caso de que Capriles procediera a convocar protestas.
Fue cuando Maduro hizo una jugada estratégica y magistral.
Maduro llamó a Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, para hacer de su conocimiento la situación y de lo que él pensaba hacer. Añadió que, si Capriles seguía insistiendo en su triunfo, que Santos se olvidara de las conversaciones de paz con las FARC y del premio nobel que le ofrecieron desde Cuba sobre esa materia...
Las conversaciones de paz habían comenzado en septiembre de 2012. Luego de esto, Juan Manuel Santos llamó a Capriles para decirle que tenía que parar las protestas, agregando una mentira: Era una instrucción del gobierno de los Estados Unidos, y que ellos (Colombia y Estados Unidos) iban a reconocer a Nicolás Maduro como presidente Electo. Capriles le ratificó a Santos que había ganado las elecciones, pero este le dijo que cuando fuera a Bogotá, él podría explicarle todos los detalles. Santos le hizo la observación que Maduro estaría transitoriamente, y entonces Capriles llegaría a la Presidencia de Venezuela, sin mayores inconvenientes.
Luego, Capriles viajó a Colombia el 28 de mayo de 2013, donde fue recibido en una reunión privada por el entonces presidente Juan Manuel Santos.
Capriles actual
Capriles en 2023, intenta reencontrar su camino a la presidencia de Venezuela.
La belicosa y hasta pendenciera confrontación de Diosdado Cabello contra él tiene su base en dos hechos ciertos.
Por una parte, el pleno conocimiento de que la cúpula militar chavista se dispuso a apoyarlo en abril del 2013. Por otra parte, el hecho de que Capriles fue el único candidato presidencial cross-over, que le ganó a Maduro con votos chavistas.
El madurismo es consciente, y la oposición radical no, que las elecciones se ganan con el voto chavista.
Así como en el 2012, Capriles está amenazado, hay planes en su contra, no obstante, los rumores de su concierto con el madurismo.
Los violentos y ataques físicos que ha recibido en sus recorridos de campaña son un guion del preludio de un desenlace que podría ser fatal.
Es muy extraño que Diosdado insista que Capriles no será candidato. Es muy extraño también que Capriles vaya haciendo esta campaña sin estar acompañado de la dirigencia de su partido.
Los enemigos de Capriles
El ex gobernador se ha negado rotundamente a cualquier consenso, bien en la figura de Rosales o de María Corina.
El primer enemigo: MCM
Las encuestas muestran a una María Corina Machado que sube cada día. En este momento se muestra con un 24 o 28%. A un Capriles que se va superando del 8% al 12% con ese trabajo de hormiga que va haciendo, aunque muy lento. Hay quienes dicen que Rosales le va ganando, y este aún no es candidato.
El segundo enemigo: Pudiera resultar de un candidato que reciba el testigo, si el tema de la «inhabilitación» se hace presente. En la página del CNE ni él ni MCM aparecen inhabilitados, pero si intentan inscribirse no podrán.
El tercer enemigo: Es el mismo Capriles. Su discurso, su imagen pareciera no acaparar la atención de una mayoría electoral. Todavía falta mucho y es prematuro para los candidatos celebrar a destiempo.
Sería un error subestimar o soslayar parte de sus mensajes, que, a diferencia de otros, están muy bien segmentados.
El cuarto enemigo: No es Maduro, sino los intereses que circulan alrededor: El radicalismo árabe, Cuba y las Fuerzas Armadas. Este último tema Capriles lo ha manejado bien y tiene buenos voceros.
Un Capriles fuera repentinamente de escena, favorece a uno o varios de los sectores nombrados.
Los opositores ante el eje del mal que domina todos los sectores de la vida en Venezuela, pudieran encontrar en el mencionado hecho, el mártir necesario para impulsar un pueblo absolutamente descontento, incluidos los cuadros medios y bajos de las FAN.
Observen esto. El chavismo clavado en su 21%. ¿Podrá Maduro interpretar esa totalidad?
Los otros candidatos del chavismo están conspirando para salir de Maduro.
Capriles es una oportunidad para estos dos grupos otra vez.
Para la primera vertiente, eliminar a Capriles conlleva a implosionar a Maduro, con lo cual, los conspiradores podrían emerger libremente para tomar el poder.
Para la segunda vertiente, la desaparición de Capriles nuevamente podría generar una corriente que impulse el voto inmovilizado, incluso el voto chavista nuevamente.
Capriles está siendo analizado como el Jorge Eliécer Gaitán o el Luis Carlos Galán de Venezuela.
Incluso esa dirigencia de Primero Justicia que está desaparecida de la campaña de Capriles se vería beneficiada.
Lo grave es que, al Capriles de 2012, Chávez tuvo la gallardía de avisarle, e incluso montar mecanismos de protección. Pero este Capriles de 2023 parece ir rumbo a la redención.
Estoy seguro que la más interesada en su bienestar es la que hasta el presente luce ganadora: María Corina Machado. ¿Si no la dejan inscribir, qué pasaría?