¿Quiénes son los principales precandidatos presidenciales de Paraguay?, por Mariana Denis
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El 18 de diciembre se llevaron a cabo las elecciones internas de los dos partidos tradicionales del Paraguay. El Partido Colorado y el Partido Liberal Radical Auténtico, definieron el listado de candidatos para el Congreso, las gobernaciones y las duplas presidenciables para las elecciones nacionales del próximo 30 de abril.
En el oficialista Partido Colorado, el candidato propuesto por el Ejecutivo, el reciente ex ministro de Obras Públicas y Comunicaciones y ex pastor evangélico, Arnoldo Wiens, fracasó en sus aspiraciones presidenciales. Y es que, en Paraguay, donde la Constitución no prevé la reelección presidencial, es una regla que los candidatos propuestos por el Ejecutivo sean descartados en las elecciones internas.
Con el 51,6 % de los votos de los afiliados al Partido Colorado fue escogido Santiago Peña como candidato a la presidencia de la República del Paraguay. Se trata de un exitoso economista de 44 años que ha hecho carrera administrativa en el sector público con una larga trayectoria en el Banco Central del Paraguay.
También ha sido ministro de Hacienda entre 2015 y 2017 y tiene experiencia en el ámbito privado como integrante del directorio del Banco Basa, que hace parte del «Grupo Cartes».
Peña viene de una familia tradicional de la élite Asuncena, tiene conformada una familia, es carismático, elocuente y goza una gran aceptación pública, por lo que tiene una imagen ideal para una sociedad conservadora y pro familia. Una de sus debilidades es que estuvo afiliado al Partido Liberal desde los 17 años hasta que, en octubre de 2016, siendo ministro de Hacienda de un gobierno colorado y bajo una extrema presión mediática debió afiliarse al Partido Colorado. Este antecedente es un sólido argumento en boca de sus detractores que enfatizan su deslealtad para un partido de voto duro, como lo es el Colorado en toda su estructura institucional. De hecho, probablemente ello fue una importante causa de su derrota en las elecciones internas presidenciales de 2018.
Otro desafío que enfrenta Santiago Peña es el padrinazgo del ex presidente Horacio Cartes, sobre quien pesa la «sombra» de denuncias por tráfico ilegal de cigarrillos al Brasil, contrabando, evasión de divisas (proceso que lo privó de libertad en los años 80’s durante algún tiempo aunque luego se anulara la sentencia) y lavado de dinero. Por ello, recientemente fue señalado por la embajada de Estados Unidos como persona «significativamente corrupta» y perdió junto a su familia la visa de ese país.
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Considerando que la ascensión política de Santiago Peña se dio junto a Horacio Cartes, si bien este último ha sido recientemente electo presidente del Partido Colorado, existe una franja de la ciudadanía muy crítica a su figura.
La elección del segundo partido más numeroso en cantidad de afiliados, el Partido Liberal Radical Auténtico, supuso un modelo diferente. El partido lleva años postulándose a la presidencia a través de Alianzas o Concertaciones Nacionales con otros partidos opositores, a fin de incrementar su electorado y fortalecer su estructura. Por ello, sus elecciones «internas partidarias» suponen un modelo sui generis a Padrón abierto, debatido incluso en instancias judiciales, luego que se ensayara por primera vez una elección interna abierta a toda la ciudadanía en general.
Como resultado de una diferencia de más de 248.000 votos sobre su oponente más próximo, el liberal Efraín Alegre se impuso como candidato a la presidencia en representación de la Concertación. Este padre de familia, abogado y catedrático universitario fue diputado durante dos periodos legislativos y senador nacional por un periodo más.
Incluso entre 2008 y 2010 desempeñó el cargo de ministro de Obras Públicas y goza de una elevada aceptación pública. Además, ha sido candidato a la Presidencia de la oposición previamente en 2013 cuando fue superado por Horacio Cartes y en 2018 cuando perdió por una mínima diferencia ante el actual presidente Mario Abdo Benítez.
Sin embargo, su imagen se encuentra desgastada por la mala relación que mantiene con los medios de comunicación y debido a que tiene muchos procesos abiertos lo cual le ha llevado a ganarse popularmente el apodo de «Efraudín». Alegre tampoco ha conseguido unificar a su partido siempre fragmentado, ni ha podido rendir cuentas de los fondos partidarios como presidente del Partido Liberal. Incluso, dentro del directorio tiene detractores que critican la administración durante su presidencia del Partido Liberal Radical Auténtico.
Además, Alegre ha escogido como dupla a Soledad Núñez, una independiente sin electorado procedente del ámbito de las ONG´s, que ha ascendido en el gobierno de Horacio Cartes. Núñez, aparentemente, no le aportará electorado, discurso ni imagen para la campaña presidencial.
La Concertación se enfrenta, además, a otro importante desafío y es que ya no cuenta, como en elecciones anteriores, con el apoyo de Frente Guazú, como se conoce a la concertación de partidos de izquierda del Paraguay que moviliza, en cada elección, a gran cantidad de votantes de zonas rurales y del campesinado.
El Frente Guazú, que alcanzó la presidencia en coalición con los liberales en 2008, ahora se encuentra fragmentado, desorganizado y sesgado, tras la desaparición del liderazgo del ex presidente Fernando Lugo, quien se encuentra en recuperación tras sufrir un accidente cerebro vascular. Ante la ausencia del ex presidente, el Partido Febrerista, de trayectoria socialista, ha arrastrado a líderes del Frente Guazú y se ha movilizado a nivel nacional pretendiendo votos por fuera de la concertación nacional, lo cual incrementará una fuga importante del electorado liberal/izquierdista y campesino, votos que en elecciones anteriores acompañaron a la concertación liderada por Efraín Alegre.
Además, el movimiento Nueva República, liderado por Euclides Acevedo, quien obtuvo su nominación el pasado 18 de diciembre en elecciones internas, y canciller de Mario Abdo hasta abril de este año, quitará también votos al Frente Guazú.
Una vez cerrada las elecciones primarias, estos candidatos deberán posicionarse de aquí al próximo 30 de abril, sin descartar las sorpresas que puedan surgir como consecuencia de la grave inseguridad ciudadana, de la inestabilidad económica y de la disconformidad social respecto a las instituciones, para dirimir en las elecciones presidenciales el futuro político del Paraguay.
Mariana Denis Capurro es Abogada y Mediadora. Magíster en Gestión pública y derecho económico, Derecho. Economía. Ciencias políticas. Universidad de Salamanca, España.
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