Rafael Orihuela: Campaña de vacunación del Gobierno es una estupidez
Autor: Esperanza Márquez
Rafael Orihuela, médico cirujano, investigador y político venezolano. Hizo postgrado en medicina tropical en la Universidad de São Paulo, Brasil. Trabajó como investigador en Medicina Tropical de la UCV en los laboratorios del doctor Félix Pifano. Entre 1992 y 1993 ocupó el cargo de ministro de Sanidad y Asistencia Social.
–Después de muchos años erradicados estamos viendo nuevamente casos de difteria ¿Qué es la difteria?
–Es una enfermedad infecciosa producida por una bacteria que se llama Corynebacterium diphtheriae, es una enfermedad muy vieja capaz de producir brotes epidémicos y que, afortunadamente, logró ser controlada a escala mundial gracias a una vacuna capaz de prevenir la enfermedad, de muy bajo costo y muy poco tóxica. Esta enfermedad tiene unas características que la definen con cierta facilidad por eso es que cuando se tiene la posibilidad de que esté apareciendo un brote en cualquier país del mundo son pocos los síntomas que llaman la atención y el médico, a pesar de que esté desentrenado o no tenga conocimiento previo de la existencia de esta enfermedad, muy rápidamente va a captarla porque son tres o cuatro cosas que ocurren: es una enfermedad febril, fiebre alta, malestar general, dolores en los músculos como una gripe, que rápidamente va a focalizarse en la garganta con molestias en lo que yo llamo “el tragadero”, en las amígdalas, en la garganta abajo, en la faringe y aparecen unas placas que son áreas en donde la bacteria se está reproduciendo, esa zona se inflama, se irrita, duele y con la fiebre y malestar general eso, hasta que no se demuestre lo contrario, es una difteria. Lo único a lo que parece es a esas amigdalitis bacterianas muy fuertes. Otra característica es que como es una enfermedad tan contagiosa y el contagio ocurre porque la persona que está afectada va a tener secreciones, malestares nasales, estornudos, lagrimeo, se aumenta la producción de saliva y todo eso está contaminado con la bacteria y es infectante para el que esté cerca. Este es el comienzo de un proceso que no se detiene solo porque se va a contagiar al que se tiene cerca en la escuela, por ejemplo, antes de que la enfermedad se manifieste clínicamente, este es el tiempo de incubación que es variable entre una semana a diez días, pero en ese lapso se está comenzando a ser transmisor.
–¿Cuál es la edad más sensible?
–Es la de los niños de 10 años hacia abajo, pero con más riesgo en los niños entre 0 y 2 años porque es la población en la que se manifiesta con más fuerza la infección. Muchas veces en casos graves en estos niños hay que usar la antitoxina que no se consigue fácilmente, tiene poca producción a escala mundial por eso habría que tener un dispenso, un almacén aunque fuese pequeño para estos cuadros muy graves. Esto no se está haciendo en Venezuela y ha habido varias muertes porque se necesita la antitoxina y no la tenemos a la mano y, además, que no se necesita ser un gran supervisor para saber la falta de antibióticos entre ellos la penicilina y la eritromicina que son las que se usan en los pacientes con difteria.
–La enfermedad estaba erradicada en Venezuela ¿Cuándo se presentó el último caso y cuándo reapareció?
–El último caso de difteria que se registró, y casi nos agarró fuera de base, fue en marzo de 1992, después se despidió para siempre para aparecer en el 2016 y han transcurrido 25 años. En ese lapso se menciona en los programas de enseñanzas de la materia que tiene que ver con eso, pediatría, programas de medicina tropical, infecciones. La ventaja que tiene la difteria con sus síntomas es que como se parece tanto a cuadros agudos de amigdalitis se tiene como tener un recuerdo cercano de aquellas amígdalas inflamadas, rojas, sangrando con unas placas pegadas, duras, blanquecinas eso facilita la sospecha. En epidemias todo individuo que tenga un cuadro agudo, violento, con malestar general y lesiones severas en las amígdalas y placas, eso es difteria hasta que no se demuestre lo contrario y hay que actuar.
–Los médicos jóvenes, ya que la enfermedad había desaparecido ¿Están capacitados, tienen la experticia suficiente para reconocer un caso de difteria y no confundirlo con una amigdalitis aguda?
–Los médicos jóvenes egresados de las facultades de medicina donde se enseña la medicina más adecuada, la Universidad del Zulia, la Lisandro Alvarado, Los Andes, la de Oriente y, por supuesto, la Universidad Central y el núcleo de Maracay están capacitados. Ahora, las otras escuelas que estamos viendo los últimos años que producen eso que llaman MIC, Médico Integral Comunitario, creo que ni siquiera en fotos, no tienen la menor idea y esto es un problema porque en todo este conflicto interno en la atención médica en Venezuela han venido apareciendo una suerte de ciudadanos contratados por el Ministerio de Salud, entre otros en Bolívar, por cierto, donde se presentó el primer caso y que no tienen la menor idea de qué es la difteria y que ni siquiera saben leer y escribir.
–¿La vacuna que se está aplicando ahorita en el país es confiable?
–Las vacunas hoy en día, por lo menos los últimos 20 años, se fabricaban por ingeniería genética y a una le pegas otra y otra y se crea un pool de vacunas en un solo puyazo, la pentavalente, la heptavalente, esas vacunas son en general de alta calidad tecnológica y no la pueden producir países chimbos porque no tienen capacidad. Esas vacunas las pueden hacer Estados Unidos, Alemania, Francia, Inglaterra, Israel, Japón. Ahora, los programas de vacunación, los que se suscitaron en Venezuela desde el año 1954 hasta el año 1990, tenían sus esquemas, se protegía con la triple bacteriana que protegía contra difteria, tosferina y tétanos; y la triple viral que protegía contra el sarampión, parótidas y rubeola, pero lo que llaman los toxoides antidiftérico, antitetánico y antitosferina esos se elaboran desde hace mucho tiempo y son de poco costo, de fácil elaboración, no tiene riesgo y son muy poco tóxicos y esa vacuna para que no esté buena tendrías que meterlas en un horno o como he visto yo en una carretera un jepp que decía vacunas que iba para el estado Cojedes y en el techo a las 2 de la tarde con aquel calorón, eso por supuesto va a llegar malo. Pero es muy difícil que esas vacunas no estén buenas a menos que sea un contrabando. Las que se están poniendo en este momento son vacunas elaboradas en la India que tiene una industria tecnológica bastante avanzada en esta materia y yo estoy seguro que esas vacunas, y si es verdad que vienen de allá, son confiables.
–En este momento hay un plan de vacunación donde están haciendo énfasis en los adultos mayores ¿Es esa la población de más alto riesgo?
–Todo individuo adulto hacia la tercera o cuarta edad hay que pensar con cuidado si vacunarlo o no porque todas estas vacunas en personas de edad tienen el riesgo de provocar lo que se llama un encefalitis post vacunal, que puede ser peor que la vacuna, entonces hay que medir el riesgo beneficio de ponérsela a un viejo en este momento. Nosotros estamos recibiendo adecuadamente todos esos esquemas de vacunación desde que yo estaba muchachito y yo tengo 73 años y yo estoy vacunado. Aquí comienza el problema en difteria en el 2004, cuando comenzó a fallar el programa integral y global de vacunación para la protección a todos los niños y se demostró que menos del 50% de la población objetiva que es la que hay que vacunar, no estaba vacunada. Eso quiere decir que la bacteria que anda suelta por la calle rodando no encontraba una barrera en gente inmunizada, sobre todo en niños en edad escolar. Desde el 2004 al 2017 han pasado por lo menos 12 años, entonces de cada 100 muchachitos que están en esta edad, 50 no están vacunados.
–¿Entonces el objetivo para el plan de vacunación cuál tiene que ser?
–No se debe formar una alharaca con eso, no poner a los viejitos a hacer cola por gusto, sino concentrarse en vacunar a esa población susceptible no vacunada a lo largo de los últimos 14 años que son más o menos 3 millones de niños. Si se vacuna a los no vacunados correctamente se va a cortar la epidemia.
–Están anunciando una campaña de vacunación intensiva de 10 días.
–Eso es una estupidez, la vacuna son 3 dosis. Una dosis cada dos meses con un refuerzo al cumplir el segundo año de la primera dosis y otra al año 5. La campaña tendría que ser de seis meses no de de 10 o 15 días. Hay que garantizar que esos 3 millones de muchachos que andan por ahí sean vacunados y si eso se hace así se corta la epidemia de un solo golpe.
–¿En este momento hay una epidemia de difteria?
–Por supuesto, un caso es una epidemia. Si estabas en cero casos y tienes uno y sabes que tienes una cobertura que no llega al 50% de lo que debiste haber vacunado, tendrás una epidemia quieras o no quieras. La cuenta no hay manera de sacarla porque el gobierno no publica ningún boletín, pero yo te digo que por una información que más o menos puede ser valedera, porque cuesta ocultar un muerto, de que pueden haber entre 38 y 40 muertes por difteria a lo largo de este año, si es así deben haber por lo menos 800 enfermos confirmados porque la tasa de mortalidad está entre 2 y 5 %, esos son 40 muertos, pero además por cada enfermo que hacen manifestaciones clínicas de dolor de garganta, con placas, con fiebre hay 10 o 20 que no le da nada, pero que son tan peligrosos como el que le da porque son trasmisores.
–¿Cuál es el panorama de la salud en Venezuela en estos momentos?
– Negro como nunca. Esta gente tiene una epidemia y es de ministros, han tenido 17 ministros de salud en 14 años y muy pocos sirvieron, pero este último el farmacéutico Luis López es la tapa del frasco, está allí porque era el secretario de salud de Tareck El Aissami cuando era gobernador de Aragua y tuvo el tupé de decir cuando empezaron los casos de Chikungunya , que fue en Aragua, que eso era una guerra bacteriológica del imperio; ese muchacho es un estúpido que no puede ser ministro de nada y ese es el que declaró que la difteria estaba ahí, pero que era una vaina mediática.
Ahí ha habido de todo, un ministro que lo nombró Chávez porque se parecía a Zamora, Mantilla, después puso un piloto de aviones de combate, Reyes Reyes, después puso a Rotondaro, ahora puso a un farmacéutico Luis López ¡Hasta cuándo el país va a aguantar este desastre! y en estos últimos dos años han puesto como a cuatro y la Caporales que se puso a publicar el boletín, la botaron.
–¿Qué le diría usted al Gobierno?
–Déjense ayudar, porque esa terquedad de estar negando la crisis, que es una guerra del imperio, esas son ganas de perder el tiempo porque mientras más tiempo pierdan más se les complica el país, más gente se enferma, más gente se muere, más se gasta porque la salud es costosa. La prevención es más barata que la curación.
–¿Cómo ve el panorama político en estos momentos?
–Yo creo que estamos en una situación de confusión en lo que se llama el mundo democrático y algunas peligrosas en lo que es la conceptualización de la sociedad sobre cómo salir de esta crisis. Yo sigo creyendo que la máxima fuerza posible que puede tener cualquier demócrata es la electoral, la que se genera a partir del voto y eso ha estado en discusión con los que dicen que no van a votar porque se lo van a robar y esto se ha transformado en una discusión que termina ayudando al gobierno, que lo que hace es sembrar el desánimo, la resignación de que no hay nada que hacer. Yo creo que muchos sectores cuyo verbo es muy radical en el discurso lo que están es en el fondo, sin saberlo, apoyando y ayudando al gobierno a que se sostenga porque están negando el valor de lo que significa la expresión de la sociedad en el voto. Creo que están equivocados.
–¿En diciembre hay que votar?
–Absolutamente, y si nos abandonan los partidos recurrir a la sociedad civil, a cualquier liderazgo que aparezca porque las alcaldías y las concejalías son el contacto directo con el pueblo.
Deja un comentario