Rafael Ramírez: “El madurismo hizo un cerco alrededor de Chávez”
Más de cinco años después, Rafael Ramírez no tiene respuesta para responder a la pregunta del por qué el fallecido presidente Hugo Chávez nombró como su heredero a Nicolás Maduro
“A Chávez lo embaucaron. Allí en La Habana, el grupo del madurismo lo rodeó, hizo un cerco muy difícil de penetrar”, afirma antes de confesar que Chávez pensaba que no moriría tan pronto.
En una entrevista exclusiva a El Pitazo, asegura que, hasta entonces, la relación con Maduro era buena, ningún parecido con la hostilidad presente, con ataques verbales que salen de Miraflores y contraataques en escritos y videos que llegan de un lugar impreciso del mundo. Hoy se desconoce el paradero del expresidente de Pdvsa, exministro de Petróleo y embajador de Venezuela en la ONU, último cargo que ocupó en representación del Gobierno.
Indica que países amigos le dieron refugio, pues volver a Venezuela no es una alternativa mientras Maduro y su comitiva mantengan el mando del país
Hoy, Ramírez es un enemigo del madurismo. Fue señalado de corrupción durante su gestión de 10 años en la estatal petrolera, una empresa que se encuentra en quiebra, situación de la cual dice no ser responsable.
Ramírez, durante hora y 36 minutos, respondió una treintena de preguntas a través de una llamada telefónica. Los usuarios de El Pitazo tendrán la oportunidad de conocer sus respuestas en dos entregas. En esta primera pieza se abordan temas políticos y, en la segunda, algunos de los casos de corrupción develados durante su gestión.
–César Batiz: En el congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela, pese a las peticiones y solicitudes de algunos sectores de incorporar mayor democracia en el PSUV, incluso de personas como Elías Jaua y Adán Chávez, vimos un proceso en el cual Diosdado designó a Maduro presidente y Maduro designó a Diosdado vicepresidente. Es decir, no hubo esa democracia que se esperaba de un partido que ha pregonado la participación. ¿Qué opina usted de lo que ocurrió en este congreso?
–Rafael Ramírez: Tú debes recordar que yo también solicité incluso un derecho de palabra ante el congreso. Y me dirigí al congreso de manera pública y privada, porque creo que todos esperábamos que en esta situación de crisis tremenda que tenemos el Psuv fuera un espacio para debatir y discutir los problemas desde las perspectivas del chavismo, por lo menos. Lo que ha sucedido es una gran decepción para todo el país, para todos nosotros. Te voy a contar más. Yo no sé si Diosdado propuso a Maduro, lo vi en la transmisión, pero se fue la luz. Si no hubiera apagones constantes en el país yo te diría que Chávez le quitó la luz de la vergüenza. Porque todo empezó mal. Fíjate que la primera propuesta que se hizo de los sectores que pedían democracia era que la directiva se eligiera por las bases, pero entre los 100 candidatos que postulara Maduro. Es decir, cual emperador, Maduro decía quién podía ser de la dirección política, entonces las bases escogían, pues, entre lo que él nos dejó. Pero resulta que eso que podamos decir que hubo una especie de apertura, ni siquiera fue aceptado. A mí me llaman los delegados, ¿saben? Me llaman, me dicen, me van contando. Me dicen que inmediatamente recogieron la propuesta de Elías y de Adán y se impuso una consigna que es horrible: lo que diga Nicolás, o lo que Maduro diga, algo así fue. Lo cual quiere decir que para qué hicimos congreso. Entonces no hay discusión, si es lo que Maduro diga para imponer y controlar el Psuv. Chávez siempre dijo que debería conducir una revolución, por lo tanto debería ser un ente crítico del gobierno, conductor del gobierno, no un apéndice del gobierno. Si al final quedó como eso, no solo el congreso ha sido un fracaso, sino que yo creo que el Psuv —yo soy miembro fundador de ese partido, fui de su dirección nacional y vicepresidente de oriente, occidente y de Los Andes— se va a quedar a la zaga y no está interpretando el sentimiento del pueblo ni las necesidades del país. Es una lástima ver cómo un nuevo partido Acción Democrática.
–Andrea Tosta: ¿Ha conversado con Diosdado Cabello en los últimos meses?
–RR: Por supuesto, cuando mencioné que yo conversaba con Diosdado, resaltaron eso como el titular. Fíjate que yo en esa entrevista que di lo más importante era ratificar que Chávez murió en Caracas. Sin embargo, la dinámica política del país a veces tiene otros cauces y el titular fue que yo conversaba con Diosdado. No. Yo conversé con Diosdado cuando yo podía ir al país, porque me daban aviones para trasladarme, siempre conversaba con Diosdado y él era consciente de lo que estaba pasando.
–CB: ¿Cuándo fue la última vez que vino al país?
–RR: La última vez que yo fui al país fue el año antes de mi renuncia, como a mediados del año pasado. Digo lo de aviones porque, bueno, no hay posibilidad de trasladarse vía comercial. A mí me encanta trasladarme en vía comercial, pero bueno, era la manera más rápida que teníamos. De manera que estaba imposibilitado. Además que me decían que no me moviera de mi puesto en las Naciones Unidas y yo por supuesto no me movía. Pero las veces que conversé con él (Diosdado Cabello) teníamos un diagnóstico de lo que estaba pasando similar, pero con una aproximación distinta a este tema. Es lo que quería decir, que en el algún momento hablé, y hablo con Adán, asimismo hablé con Elías, con todos los dirigentes, compañeros que compartimos tantos años con Chávez de todo. Yo insisto que Diosdado, a pesar que está pasando lo que está pasando, tiene todavía un momento histórico. La historia le ha dado la suerte a él de ponerlo al menos en dos momentos importantes, estelares: estuvo el 4 de febrero, estuvo cuando el golpe de Estado era el vicepresidente del país y ahora, porque en la Asamblea Nacional Constituyente sucedió algo que se escapó de las manos del férreo control que tiene Maduro de todas las cosas. En el sentido de que cuando ellos designan a Delcy Rodríguez vicepresidente, hubo una reacción de los delegados que rápidamente propusieron a Diosdado —Diosdado no es el candidato de Nicolás. Su candidato era Elvis Amoroso— y uno de los vicepresidentes, y bueno, salió electo Diosdado. Tal como están las cosas él tendría una oportunidad de decir o hacer algo, pero mira, ya eso depende de cada quien. Yo soy muy respetuoso de las posiciones de cada quien. Yo tengo la mía. Yo asumo las consecuencias, que han sido bastantes, de mi posición.
–CB: ¿Pero cómo se expresaría que Diosdado Cabello asuma ese protagonismo histórico en este momento?
–RR: Bueno, lo que pasa es que la Asamblea Nacional Constituyente, de acuerdo a las mismas potestades que le otorga la Constitución y al mismo poder supraconstitucional que le ha dado Maduro, podría asumir la conducción del país. Así de sencillo y tomar las medidas.
–CB: ¿Usted sugiere que Diosdado Cabello asuma la dirección del país?
–RR: Yo lo que respaldo fue lo que dijo Andrés Izarra: hace falta un cambio de gobierno, pero ya. Es impostergable. Lo ha dicho el propio Giordani también. Dos personas que respeto muchísimo por su integridad y su honestidad. Y lo vengo diciendo en mis artículos, pero yo creo que es muy importante que esto suceda siempre en el marco de nuestra Constitución, porque no vamos a salir nosotros a pregonar una salida violenta, ¿no? Nuestra Constitución tiene los espacios para que esto suceda y eso hay que hacerlo.
–CB: ¿Por qué es necesario un cambio de gobierno?
–RR: Mira, porque a Maduro se le acabó el tiempo, y al madurismo. Es decir, en cinco años han destrozado el país. Vamos a hacer un ejercicio, una retrospectiva. Vamos a ponernos en el año 2012, parece que hubiera sido hace cien años. No, fueron hace tan solo seis años. Teníamos, por ejemplo en mi ámbito, en el área petrolera, teníamos una empresa que producía tres millones de barriles diarios de petróleo. Un precio que estaba bajando, que ya sabíamos que podíamos manejar la situación. Teníamos una inflación que siempre estuvo alrededor del 20%, de dos dígitos. Teníamos una moneda con un valor, que aunque se sentía que había ya un ataque a la moneda, bueno, teníamos una estabilidad en la economía y los precios. Pero fíjate que tan solo en seis años, eso se vino abajo. El que nosotros tengamos una hiperinflación que está estimada en 60.000% y el Fondo Monetario dice que va a llegar a un millón, es una cosa absurda, es una incapacidad manifiesta para manejar la economía del país. Y vamos a colapsar y podemos entrar en un severo problema de gobernabilidad, porque la gente no aguanta más. Ya la gente no le está dando más tiempo a Maduro en el gobierno para que siga inventado cosas, como las últimas medidas. Eso no tiene ni pies ni cabeza. Nuestra población, sobre todo nuestros jóvenes, como él no va a renunciar, optan por irse del país. El país se está vaciando de cientos de miles de jóvenes que están desesperados. No ven futuro.
–CB: Usted mencionaba a Giordani, quien precisamente hablaba el fin de semana pasado que Chávez se equivocó. ¿Qué pasó antes de ese 8 de diciembre de 2012? ¿Por qué Chávez se decantó por Nicolás Maduro y no por Diosdado Cabello, usted o cualquier otro de los cuadros del Psuv?
–RR: Esa es una pregunta muy importante de dilucidar bien. Yo no tengo la respuesta ahorita, pero sí te puedo a decir algo. A Chávez lo embaucaron. A Chávez, allí en La Habana, el grupo del madurismo lo rodeó, hizo un cerco muy difícil de penetrar. Yo mismo lo vi, yo me sorprendí de que eso estuviera sucediendo y, mientras, todos estábamos en línea de la lealtad, ¿no?, de mantener la estabilidad del país en una situación que evidentemente era compleja. El jefe de Estado estaba muy afectado con su enfermedad, terrible. Sin embargo, nosotros estábamos en Venezuela echando para adelante todo. Estaba Elías, yo, todos ahí al frente, pero allá estaba el madurismo que no se despegaba. Se instalaron allá. Y bueno, uno no sabe. Yo solamente te puedo decir que cuando llegaba a La Habana, al llegar del trabajo, encontraba un círculo muy estrecho que tenía rodeado al comandante Chávez. Yo, al final, no sé qué pasó. Yo tengo mi propia visión de las cosas. Yo creo que el presidente Chávez, verdaderamente cuando hizo su mensaje el 8 de diciembre, no contemplaba que iba a fallecer. No lo tenía ni siquiera previsto. El presidente Chávez lo que sí pensaba era que probablemente de la operación de diciembre iba a salir tan mal, como salió, que no iba a poder asumir el nuevo período. Entonces, por tanto, él pasaría a la silla de atrás y lanzaría un candidato, pero estaría entre nosotros y estaría su equipo de gobierno. Chávez no dijo «apoyen a Nicolás y eso sí, me sacan a todo el mundo, me sacan a Rafael, a Giordani». No, no, no. Chávez dijo que apoyáramos a Nicolás, no que apoyáramos a Rasputín. Yo creo que Chávez fue embaucado y que él sinceramente no quería morir. Cuando Chávez tuvo la certeza, ya estaba muy mal, trabajábamos mucho y, después aquí, cuando llegó a la patria, que estaba muy mal, fuera de lo previsto, ya Chávez no podía dirigirse al país, pues no estaba en condiciones. A duras penas se pudo hacer aquella foto, aquella fe de vida, en la primera página del Gramma, donde sale con sus hijas, como una muestra de que Chávez estaba vivo. Acuérdate también de que en ese momento, la oposición intolerante, irrespetuosa, andaba haciendo chistes de la cosa humana del comandante. Fue un momento muy duro, pero estaba vivo. Yo pienso que él estaba seguro de que no iba a morir; de que iba a vivir. De hecho, el jueves antes de que él muriera tuvimos una reunión muy dura, muy terrible. Él decía que, como yo dije en un artículo, íbamos a entrar en una tormenta terrible con su situación y que sabía todas las fuerzas que acechaban al movimiento bolivariano. Pero estuvimos trabajando con él cinco horas. Era un hombre que pensaba que iba a estar al frente de la batalla.
–CB: ¿Quiénes formaban parte de ese cerco?
–RR: No, no. Yo solo te digo que es un cerco del madurismo. Tú imagínatelo y después podremos hacer otra entrevista, pero era un cerco muy estricto, por supuesto encabezado por la gente más cercana a Nicolás. Yo creo que por ahí vi una entrevista de una persona de izquierda que dice que Nicolás estaba preparándose para asumir la conducción del país desde el 2010, incluso antes de que el Presidente se enfermara. Yo creo que eso es verdad, y una de las razones por las que en mi caso personal el comandante Chávez me tuvo tanto años al frente de una institución tan importante del país como Pdvsa es porque sabía que yo no andaba con grupos ni planes secundarios. A mí siempre me decía alguna gente de esta que ahora está con el madurismo: «Rafa, ¿y cuál es tu plan b?». Alguna gente que me conoce me dice Rafa. Les decía «yo no tengo plan b, mi plan es el de Chávez. Yo estoy con Chávez hasta el final».
–AT: ¿Cuál era su relación en aquel entonces con el actual presidente Nicolás Maduro y ese cerco del que usted habla?
–RR: Mi relación en lo personal con Nicolás siempre fue buena. Aquí hay un punto que quiero aclarar: esto no es un tema personal. Él lo convirtió en un tema personal. Tiene un problema que es que es incontinente en el sentido de que le entra una rabieta y bueno, ya ustedes lo ven en las declaraciones, las cosas que dice. Cómo le cambia el rostro, la expresión, la fisonomía… todo. Yo, sin embargo, nunca tuve problemas con Nicolás. Al contrario, tal vez tuviera algo que a él no le gustaba, pero Chávez me llevaba a todas las idas, recorrimos todo el mundo, como una especie de cancillería paralela porque él entendía que el petróleo era un instrumento fundamental de nuestra jugada geopolítica y así lo hicimos. Yo lo que trataba era de ayudar y de cumplir las orientaciones del comandante Chávez. Tal vez a alguna gente eso le molestó, a los grupos de cancillería que hoy día tomaron control de todo el país. Hubo otros que se sentían desplazados en la confianza del Presidente. Es algo que es humano, pero este no es un problema personal, es un problema político. Yo estoy convencido de que el rumbo que ha tomado el Gobierno no tiene nada que ver con el chavismo, y mucho menos de revolucionario… Yo creo que nuestro pueblo está sufriendo el capitalismo más salvaje y atrasado; puro capitalismo. Porque la hiperinflación, la devaluación, la especulación son mecanismos que tiene el capitalismo para apropiarse del trabajo de todos nosotros y eso es lo que está pasando. Entonces, se pregona como socialista pero tiene un gobierno capitalista con un paquetazo horrible, que sería la envidia de cualquier neoliberal. Se pregona chavista pero en nombre de Chávez, como si él tuviera una patente de corso para interpretar a Chávez. Entonces, ha destruido la obra de Chávez. Una de las obras más importantes de Chávez, que está destrozada, es PDVSA. Esta gente la quiere privatizar y la destrozaron. La gente dice que eso era desde hace tiempo. No es verdad. Nicolás destrozó esa empresa desde el primer año. Ya yo tengo cuatro años fuera del país y yo no le entregué a PDVSA el primer año. Tú sabes que lo primero que hizo cuando asumió la presidencia fue que le entregaran PDVSA. No tuvo nada que ver con mi desempeño, no tuvo nada que ver con los precios del petróleo. Él tenía en su agenda tomar PDVSA, él quería tomarla desde siempre. Por eso Chávez siempre nos tuvo ahí,g porque nosotros teníamos eso blindado. Pero destrozaron la obra de Chávez y Pdvsa. Las misiones, ninguna sirve. Hay tremendo proceso de desabastecimiento y el gobierno lo que hizo fue desarticular y desaparecer la empresa de la alimentación. Todas las obras del chavismo están por el piso, la salud, la educación, la cultura, todo. Este es un país disfuncional, nada funciona. No hay transporte, no hay luz, ¿qué es eso? Se va la luz todo el tiempo y aquí no hay un responsable. El ministro saca las teorías más absurdas de conspiración. Todo es una conspiración, o es la corrupción, o es que desde afuera están bombardeando la producción de Pdvsa. No. Este gobierno no tiene más tiempo, no tiene más chance y el país no lo aguanta. Si ellos no se quieren convencer de eso, creo que el país se lo va a indicar. El país no aguanta…
–AT: Hablaba de que Pdvsa está destruida. Muchos otros sectores y gremios están en situaciones preocupantes y críticas. ¿Esto es el resultado de las políticas del chavismo?
–RR: No, no, no. Para nada. Nicolás Maduro no ha gobernado con las políticas del chavismo, ni ha gobernado con Chávez. Ha gobernado con su grupo de amigos. Tú los conoce, todo el país los conoce ¿Quién está al frente del ministerio de Finanzas y qué hacía antes? ¿Quién está al frente de todo el equipo económico y qué hacía antes? No importa si tiene la capacidad o no, lo que importa es que son sus amigos; es su gente. Eso pasa en el Poder Judicial, eso pasa en todas partes. Así no se puede gobernar un país. Se necesita conocimiento, estudio, preparación y experiencia. Nicolás Maduro hizo de lado toda la experiencia que tuvimos nosotros en 12 años con Chávez, como si eso no valiera nada. Sí vale, y vale mucho, porque una economía de país petrolero ya es complicada. No podías poner en puestos tan importantes como Pdvsa a gente que no tenga la capacidad, que no tenga los estudios. Él prefiere a los militares. Yo estimo mucho a los militares, creo que es una extraordinaria institución, pero no saben de petróleo. Es como si me pusieran a volar los Sukhoi. Me estrello. Solo que me estrello yo con el Sukhoi. En Pdvsa nos estamos estrellando todos; todo el país se está estrellando.
–CB: Usted ha insistido mucho en el tema de que dejó la producción en 3 millones de barriles diarios, pero de acuerdo con fuentes secundarias y con expertos del área, ya para el momento en que usted deja la presidencia de PDVSA, en septiembre de 2014, estaba en 2,3 millones de barriles diarios y con señales claras de descenso.
–RR: No, no, no, no. Mira. Cuando alguien vaya a evaluar Pdvsa tiene que evaluar con los estados financieros auditados, porque a final de año haces un corte y entonces no es que tienes la producción puntual del mes de septiembre, es que tienes una producción promedio y eso está reportado no solo por nosotros sino también evaluado por agencias secundarias. El 31 de diciembre de 2013 fue mi último cierre. Pdvsa dio unos números muy claros de fortaleza. No te digo que no tuviéramos problemas, pero nuestra capacidad operativa estaba intacta. Me sacan de Pdvsa en agosto de 2014 de la manera en que me sacaron, bueno, era el Presidente de la República, yo entregué eso. Estuve un año tratando de convencerlo de que Pdvsa era mucho más compleja de lo que él y su equipo suponían, pero bueno, al final se la entregué. Además de que fue anticipado de una campaña terrible de desprestigio hacia mi persona con todos estos palangristas que escriben en los periódicos semanales. En fin, los números están allí. Yo puedo dar una discusión sobre la producción de Pdvsa con quien sea. Lo que está pasando ahorita es que Pdvsa a duras penas puede producir un millón de barriles. La gente dice que esto no es posible que suceda en cinco años. Te digo algo, eso sucede en el primer año. Te voy a explicar por qué: Nuestro petróleo extrapesado tiene un factor de declinación que alcanza a los 700.000 barriles al año, es decir, que si tú no haces lo que tienes que hacer en un año, tú pierdes técnicamente un millón de barriles, 700.000. Eso es así, no hay nada hacer porque nuestro crudo es extrapesado, porque necesita recuperación secundaria. Estos que llegaron a Pdvsa comenzaron a dudar de todo, bloquearon todo con el tema de la corrupción, pararon todos los procesos. Cuando nosotros empezamos cada enero, ya las áreas de producción tienen que tener sus tuberías, sus servicios a pozos contratados, sus bombas, sus repuestos, todo. Entonces llegó esta gente a aprender, gente extraña a la empresa. Hay más de cien presos sin derecho a la defensa. Eso no es una concha de ajo. Nadie ha podido defenderse de lo que los acusan públicamente. En fin, en un año se destruye una empresa petrolera. Ahora llevan cuatro años en esta campaña contra Pdvsa, resulta un tema absurdo para desalojar del ámbito del chavismo a un liderazgo, el mío en este caso, ellos hayan prendido fuego a Pdvsa. Está destrozada en su capacidad y los muchachos se han ido. Yo recibí los últimos números de Recursos Humanos y cerca de 30.000 muchachos han renunciado de entonces para acá… Ahora, ¿qué va a pasar? Ellos van a privatizar Pdvsa. El decreto inconstitucional 3.380, creo que es el que dictó Maduro dándoles plenas facultades al ministro y presidente Quevedo para que hiciera lo que fuera con Pdvsa: allana el camino para privatizar la industria petrolera.
–AT: ¿Usted desmiente que durante su gestión comenzó el declive en la producción petrolera?
–RR: Claro.
–AT: ¿Usted no se considera responsable del inicio del caos actual que se evidencia en Pdvsa?
–RR: No, no, porque nosotros, cuando teníamos control de la industria, teníamos la empresa como la quinta empresa petrolera más importante del planeta. Aportamos al fisco en 11 años más de 500 mil millones de dólares para poder sostener no solo los planes de Gobierno sino todo el país se sostuvo con Pdvsa. Tenemos todo súper auditado. El que no quiere verlo, no lo ve. Pero eso está allí. La gente que sabe, sabe que nuestra empresa tenía otro modelo, y viene la diferencia con los expertos, porque hay expertos petroleros que consideran que Pdvsa solo debería sacar petróleo y nosotros siempre decíamos que para eso hubiéramos dejado a la Shell aquí, o la Exxon Movil. PDVSA es una empresa a la que se le impuso tareas nacionales como una empresa nacional y lo hicimos muy bien. Entre ellos la Gran Misión Vivienda Venezuela y una cantidad de tareas que nos puso el comandante Chávez. Y la cumplimos. Estoy muy orgulloso de eso. Es una empresa distinta con otro modelo de gestión, pero estaba muy bien.
–AT: En este panorama actual de la empresa, ¿qué pudiésemos prever en los últimos meses, para el cierre de 2018?
–RR: Hay una estimación de la Agencia Internacional de Energía que recibe mucha información técnica, sobre todo de los proveedores de servicios. Nuestras estimaciones es que podemos estar en 700 mil barriles de petróleo, de producción, lo cual es muy grave. Porque eso no solo tiene que ver con los temas de declinación natural, como te he dicho, sino que hay otro término técnico que se llama la producción diferida. Tienes en el Occidente del país una producción de 600 mil barriles de petróleo, están ahí, pero las bombas están malas… No hay repuestos, no compraron las cosas a tiempo, se fueron los muchachos, renunciaron, no hay luz, cada vez que hay un apagón de estos la producción cae inmediatamente. En fin. Ojalá no sea así, ojalá me equivoque. Yo no me regodeo en este fracaso. A mí me gustaría que a mi país le fuera bien porque todo mi sentimiento está ahí. Jamás he llamado a un sabotaje petrolero ni lo llamaré nunca, pero es lo que está pasando. ¿Me debo quedar callado? Hay gente que dice que no hubiera dicho nada y estaba de embajador en Nueva York o en Ginebra, ellos me querían mandar lejos de Venezuela. Y no puedo. Me da tristeza, dolor, indignación, cada vez nos alejamos tanto, tanto, tanto del estado actual de los países del mundo. Es increíble que una cantidad de incapaces muy autoritarios tengan el país en esta situación. Es muy preocupante. Yo me preocupo, yo sé que ustedes también.
–CB: ¿Qué diferencias existen entre sus propuestas económicas, las que estaba haciendo cuando lo nombraron vicepresidente del área económica, y esto que ha presentado el presidente Nicolás Maduro?
–RR: Hay muchas. No se parecen para nada. Desde que me nombraron vicepresidente del Área Económica —tú sabes que yo soy ingeniero y sé algo de economía petrolera—, pero convoqué todo el pensamiento económico que yo conocía del país. Chavistas y no chavistas. Busqué toda la asesoría y preparamos 18 puntos que le presenté a Maduro para que los leyera y los revisara. Como ya yo había visto que las recomendaciones de Giordani se las devolvió sin siquiera avisar, me aseguré de que las discutiera conmigo. Ahí estaba Nelson Merentes, es un testigo de excepción. El Presidente dijo que sí a todo, pero no hizo nada. Cuando me dí cuenta de qué cosas había ahí, la más grave, la más fuerte, fue que había que ir a una unificación cambiaria. El control cambiario ya no era capaz de controlar nada. En ese momento se veía, el paralelo estaba en 95 y yo saqué 11 mil millones de dólares de PDVSA solamente para conducir una política cambiaria, porque tienes que tener dinero en las reservas porque si no nadie te cree. Y comencé a vender dólares en el Sicad. Bueno, el paralelo bajó de 95 a 53. Tenía que seguir convergiendo hacia un precio único. ¿Sabes cuál era? 25 bolívares por dólar. ¿Yo me lo saqué de las mangas? No. Con el Banco Central trabajamos que ese era el precio de diferencia con Colombia, es decir, que a 25 bolívares en el cambio no se iban a ir los productos a Colombia. Bueno, me dijeron de todo, me acusaron de escuálido, me dijeron que era un paquetazo mío. ¿En cuánto está el paralelo ahorita y en cuánto está la Dicom que es la semioficial del gobierno? Es absurdo, y este número de 25 bolívares por dólar y el paralelo en 53 fue de 2014.
También yo hablaba de que la gestión de las empresas del Estado tenía que unificarse porque tienen una mala gestión. Nosotros queríamos llevarlas al modelo de Pdvsa, que era trabajar un sistema corporativo, eso se llama sistema presupuestario de financiamiento. Era que las empresas del Estado no se vendieran entre ellas mismas, sino que fueran parte de una misma filial como las empresas de la CVG. Eran propuestas muy complejas. Me di cuenta de que no iba a tener apoyo del Presidente y se lo dije. No tomar una decisión también es una decisión. “Ahora, tú eres el jefe de la hacienda pública del país, no sé qué vas a hacer”. Estaba el tercer congreso del PSUV, dije que iba a leer las propuestas y se las expliqué al PSUV. Cuando estaba de vicepresidente (Jorge) Arreaza, parecía que estaba un poco preocupado, recibía llamadas de Maduro que no le gustaba lo que estaba pasando porque el partido estaba apoyando todas las medidas. Arreaza me caceroleó, me tocó un vasito de vidrio que se me había acabado el tiempo, y la gente se paró de los puestos y decían «que siga, que siga». No sé hizo nada. Ya no se puede hacer lo mismo, porque una cosa es una medida con una inflación de 20% y con otra de 60.000%. La economía trabaja mucho con la confianza, con el sentido de la oportunidad, todo eso… Más allá de esa pelea chiquitica, de grupos, incluso de nuestras propias posiciones políticas aquí se impone una visión compartida por lo menos para rescatar al país. Después veremos, pero hay que rescatarlo. Los que pudieron salir del barco, salieron. Todo va para abajo.
–AT: Tal como están dadas las condiciones políticas, económicas y sociales en el país, ¿qué tendría que suceder para que usted regresara? ¿Usted tiene aspiraciones presidenciales y si llegase a haber alguna elección estaría dispuesto a competir en ella y regresar a Venezuela?
–RR: Pero claro que sí. Yo lo que más quiero es regresar a mi país. Yo con mi país tengo una relación estrecha dentro de mi corazón, en mi alma. Yo no soy de andar fuera de mi país. Estoy preocupado, acogido por países hermanos, amigos. Me he tenido que mover, porque el Presidente tiene un empeño en contra mía, pero siempre protegido. Por cierto, que es mentira eso de que me está buscando la Interpol, nada de eso. Hablé con el secretario general de las Naciones Unidas, hablé con la gente de la Interpol. Nadie le cree a Maduro, nadie se presta a eso, pero, obviamente, no puedo volver al país. Yo dije, tal vez ingenuamente, que quería volver a unas primarias en el PSUV para ser candidato, porque yo creo que puedo manejar eso. Creo que podemos articular una respuesta una gran fuerza nacional, patriota, más allá de esos partidos, de esa pelea que tiene al país acabado. Tan pronto pueda volver a mi país, vuelvo. Lo primero, no puede estar el fiscal Tarek William Saab porque, y este es un tema personal mío, no tiene moral para juzgar. Si el presidente fuera Chávez no hubiera dudado un segundo de presentarme allá.
–AT: ¿Pero usted teme por su vida?
–RR: No sé de qué es capaz esta gente. Han hecho de todo. Bueno, yo nunca he andado por miedo por ahí. Ni en el momento de la peor cosa, nunca me moví de mi casa.
–AT: ¿Dónde se encuentra en estos momentos? Hay muchos rumores.
–RR: Fuera del país, lamentablemente.