Ramírez niega vínculos con Juan Guaidó y asegura que Maduro quiere un «chivo expiatorio»
Ramírez denunció que Maduro y su grupo acabaron con el Estado de Derecho, con el debido proceso y con la «seriedad o institucionalidad» en el país
El exministro de Petróleo y expresidente de Petróleos de Venezuela, Rafael Ramírez, aseguró este domingo que todo lo que ha ocurrido en el país desde que el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, maneja las riendas del país tiene cabida en la expresión popular «¡Qué pelón!», el cual ha resultado «costosísimo» para la población y el futuro de la nación.
A su juicio, el país descrito por Hugo Chávez ha desaparecido a manos de Maduro junto a un grupo compuesto por el presidente de la cuestionada asamblea constituyente, Diosdado Cabello; la primera dama, Cilia Flores; la vicpresidenta Delcy Rodríguez y su hermano Jorge, quien es el ministro de Comunicación e Información; Jorge Arreaza, el canciller del país y Tareck El Aissami, vicepresidente de Economía.
Según su artículo de opinión publicado este domingo, Ramírez aseveró que la «tragedia» por la cual pasa Venezuela se debe a la acción de «intereses extranjeros» que influyeron a los «factores de poder que estuvieron siempre contenidos bajo el paraguas» de Chávez, así como también por contar con el respaldo de un grupo perteneciente a la élite militar, que se habría dedicado a ser empresarios y dejar a un lado su deber con el país.
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«Ahora, todo tipo de personajillo oportunista, justo los que Chávez siempre tuvo lejos, son las “autoridades” designadas por maduro al frente de las ruinas de las instituciones del país para agredir, insultar, acusar y perseguir a ex ministros, chavistas u oficiales militares de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana», escribió.
Denunció que Maduro y su grupo acabaron con el Estado de Derecho, con el debido proceso y con la «seriedad o institucionalidad» en el país, pasando por las actuaciones del fiscal designado por la asamblea constituyente, Tarek William Saab, como el contralor Elvis Amoroso «que no controla, pero que ladra como esos perritos chiquitos que tratan de llamar la atención».
Hizo mención a que la oposición, liderada por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, quien se juramentó como presidente encargado de Venezuela, se están «desmoronando» luego del escándalo que salpicó a diputados del órgano legislativo por supuestamente haber aceptado dineros vinculados a empresarios chavistas que están ligados con los CLAP a cambio de «cartas de buena conducta».
Eso aunado a las declaraciones emitidas por EEUU en las que el subsecretario de Estado de ese país, Michael Kozak, dijo que se apoyaba al presidente de la Asamblea Nacional y no a Guaidó. Criticó que el líder opositor no haya salido a pronunciarse y de acuerdo a su postura, la Casa Blanca diría que es «un pelón» el haber respaldado al parlamentario adscrito a Voluntad Popular.
Asegura que son mandados desde el extranjero y que eso les impide ser soberanos en sus actuaciones, lo que no permite que ellos puedan abrir el abanico a otras fracciones de la oposición.
Reiteró que «Guaidó, a quien no conozco, con quien nunca he hablado, ni tengo, ni he tenido ningún tipo de relación ni afinidad, es un invento de los mismos y sempiternos asesores políticos, que, una y otra vez han fracasado en el país», el cual no tiene la preparación para afrontar la situación en la que el país se encuentra y que da a entender que su estilo es copiado del expresidente de EEUU Barack Obama.
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Manifestó tener «profundas diferencias políticas» con Humberto Calderón Berti, ex representante en Colombia de Guaidó, aunque dijo que lo considera como una «persona seria» y se refirió al caso denunciado por el político sobre el llamado «Cucutazo», calificando ese hecho de «muy grave» por las denuncias sobre los dineros de ayuda humanitaria y lo que ocurre con la empresa venezolana Monómeros.
Afirma que Amoroso le acusó sin pruebas de tener una supuesta componenda con Guaidó para «tomar» Citgo y dijo que el solo insinuar que él estuviera inmiscuido en la confiscación de activos venezolanos en el extranjero es «absurdo legal y político». En ese sentido, dijo que los señalamientos en su contra son «miserables» y muestran el «desespero» de Maduro.
«Necesitan un chivo expiatorio de su fracaso, yo resulto ser perfecto: Chávez está muerto y nosotros somos sus huérfanos políticos. No puedo defenderme ni ir al país, pero me mantengo socialista y Chavista, es esto lo que aterroriza a maduro. Cuando vuelva a la Patria, ellos tendrán que rendir cuentas de todo el mal que han hecho», fustigó.
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