ENTREVISTA | Rayma Suprani: Yo trato de contar nuestra tragedia local
Periodista y caricaturista Rayma asegura que no se siente una exiliada política, «me siento una emigrante, mis abuelos también vinieron de Italia huyendo del fascismo en la época en que Venezuela aceptó a muchísima gente»
Rayma Suprani, periodista y caricaturista que tuvo que emigrar del país luego de ser botada de El Universal donde trabajó por 19 años siendo la caricaturista principal y de ser perseguida y recibir amenazas de muerte por rechazo a su trabajo. Rayma se reconoce como “Periodista por formación y caricaturista por vocación”.
Por su generosidad sin límites les obsequia a los lectores la viñeta, su autocaricatura, que ilustra esta entrevista.
-Rayma, estás cumpliendo un poco más de 2 años de haberte ido del país ¿Qué te impulsó a irte, te sientes emigrante, exiliada, te sientes parte de la diáspora venezolana?
Voy a cumplir 2 años de haberme ido de Venezuela por presiones. Irme es un decir porque nunca quise irme, siempre quise estar en un país progresista, libre y democrático porque yo nací en democracia, mi mentalidad se formó en los 40 años de democracia; siempre escuché a mi madre y a mi abuela hablar de las dictaduras de Pérez Jiménez y de Gómez y siempre fue para nosotros un punto de honor podernos manejar familiarmente con las libertades.
No me siento una desterrada ni una exiliada política, me siento una emigrante, mis abuelos también vinieron de Italia huyendo del fascismo en la época en que Venezuela aceptó a muchísima gente. Mi abuela materna era venezolana y siempre tuvimos la línea de saber que veníamos de otras culturas, que eran unos emigrantes que les había costado mucho irse de su país y ahora yo vuelvo a repetir lo que vivieron mis abuelos y que lo asumo con toda responsabilidad y creo que como muchos venezolanos que estamos regados por todo el mundo hemos asumido esa cédula de identidad de emigrantes , porque un emigrante es alguien que quiere progresar, alguien que quiere ayudar, que quiere utilizar su talento para conseguir un mundo mejor, conseguir una tierra, un techo, una comida y creo que eso como venezolanos nos tiene que tocar, nos tiene que traspasar para podernos ayudar en cualquier territorio que estemos.
-Desde fuera tu ayudas con tu trabajo.
Trato de que mi trabajo siempre sea puesto a la orden para ayudar a la comunicación de lo que sentimos, de lo que somos, en el duelo que nos compete a todos los venezolanos tanto los que están adentro como los que estamos afuera somos un mismo sentir, todos estamos sufriendo. Pienso que cuando se hacen reproches o diferencias siento que debemos pensar que a cada quien le ha tocado un cambio de vida fuerte, porque yo también estuve viviendo una crisis y una transformación interna del país, de desfiguración, que yo tampoco reconocía a mi propio país.
-¿Qué te ha enseñado el estar fuera?
Los que estamos afuera estamos consientes de que hay muchos venezolanos sufriendo y tenemos que darle la vuelta a esta tragedia para que valga la pena y para que podamos ser mejores porque esto no puede pasar en vano. Creo que todo lo que nos está pasando es para retomar una fuerza de responsabilidad, de querer hacer las cosas mejor y, sobre todo, de comprometernos más con la vida útil de la comunidad, del colectivo, del dolor ajeno, de los que vienen a esta villa con necesidades y de los que están en Venezuela también con muchísima más necesidad y creo que todos tenemos que colaborar en eso.
-Formas parte de esa diáspora que el régimen ha obligado a que se produzca y que se ha reconocido como una de las más preparadas.
Me siento, sí, parte de la diáspora, por primera vez en mi vida me siento parte de estos granos de arena que estamos regados por todo el mundo, creo que la inmigración y la diáspora venezolana es una de las más preparadas, estudiadas, sensible, creo mucho en eso y también creo que hay mucha gente que también se está buscando una vida fuera, pero que no le quita el ojo a lo que es el país y sé que no van a descansar hasta que el país pueda volver a la libertad.
-¿Te volviste peligrosa para el régimen?
Creo que todo lo que tiene que ver con el pensamiento, con una visión libre del mundo, con una inteligencia, significa un espacio de peligro para un régimen que quiere unificar y embrutecerlo todo. Siento que mi trabajo resultó muy peligroso, aunque no sé si la palabra peligrosa es la más correcta, pero desde que soy periodista me decían en la calle tú si eres valiente, ya ahí la cosa no estaba bien y eso pasó hace muchos años y hemos venido viviendo un cierre progresivo de nuestras libertades en estos últimos 20 años y nos ha costado mucho dolor y mucho sacrificio, muchas muertes, poder reclamar, poder opinar, por estar en contra de un régimen que quiere que todos nos quedemos callados y en mi caso mi compromiso con mi trabajo, con mi caricatura y con mi vida siempre ha estado del lado de las libertades, de los valores y derechos humanos, de la democracia y para eso estoy. Es una decisión de vida, cueste lo que me cueste, y decidí hace mucho tiempo que es parte de lo que soy, y siento ahora estando fuera que puedo publicar cosas que estando adentro de Venezuela no podría y ahora puedo tener esta distancia de libertad que me da el estar en otro país y poder ver lo que sucede, la crisis, y poderla dibujar desde un ojo crítico y con menos angustia por estar afuera, con otro tipo de angustias, pero puedo trabajar más libremente haciendo caricaturas cosa que estando allá en Venezuela no hubiera podido hacer.
-Rayma ¿Cómo ha sido para ti ese proceso de dejar el país y adaptarte a uno nuevo?
Estar fuera de Venezuela es un proceso muy duro porque es empezar de cero después que ya teníamos una vida estructurada, profesional, de vida, de casa y estar en otro país, en una geografía distinta es duro y sé que muchos venezolanos están sufriendo por esa causa, pero también hay una parte de reconciliación con el mundo, con la sociedad de respeto de los derechos y de los deberes, una restructuración de orden que nosotros perdimos en Venezuela por todos estos cambios que hemos estado sufriendo y por todo el caos y el desorden en que se nos puesto a vivir. Volver a una ciudad civilizada, volver a un país que te evoca la tranquilidad, el trabajo, los valores, los derechos ciudadanos, poder caminar por una calle con la tranquilidad de que no te van a atracar, todo eso tiene un punto que nos hace sentir bien y que nos hace volver al equilibrio del mundo para poder entender lo difícil y la tragedia que se vive en Venezuela, porque muchas veces estando adentro no podemos ver cuál es el verdadero nivel de la civilización, sino que vivimos en una barbarie pensando que las cosas son así y así no son.
-¿Con el exilio tu diseño, tu trazo, tu dibujo se ha modificado?
Siento que mi dibujo se ha vuelto más internacional, yo trato de contar nuestra tragedia local con códigos universales para que todo el mundo nos entienda, trato de que mi trabajo se haga más amplio, más profesional, trabajo cada día para que mi dibujo sea mejor no solo en los contenidos sino en el poder de la gráfica, en la calidad del dibujo, trato de buscar otras herramientas como la animación, buscar programas que me aporten posibilidades para que la comunicación sea más amplia y para que mis lectores puedan seguir todo lo que es mi trabajo comprometido con Venezuela. Mi trabajo con Venezuela se ha ampliado desde que estoy afuera, trato de ir a conferencias internacionales a donde me invitan a hablar de la libertad de expresión, de lo que es la caricatura, de la importancia de la caricatura como termómetro de las libertades de un país, porque la caricatura es eso, nos representa socialmente y todo este proceso que me ha tocado a mi dibujar si me lo hubieran dicho capaz que no hubiera aceptado porque tener que dibujar la destrucción de tu propio país ha sido una tarea difícil y dolorosa. Yo espero hacer escuela y espero que las nuevas generaciones, y si no lo veo yo, puedan dibujar la reconstrucción de nuestro país, de nuestros valores, de nuestra Venezuela que sí la tenemos por más que nos la hayan querido borrar hay una Venezuela maravillosa, solidaria, de valores, una Venezuela que sí quiere construir muchísimas cosas, que lucha por volver a restaurar los valores democráticos, frente a un monstruo totalitario, delincuencial, narco traficante y terrible como el régimen que gobierna.
-¿De tu despido de El Universal después de 19 años de trabajo comenzó tu idea de irte del País?
Una vez que El Universal fue comprado por el gobierno con socios fantasmas como todo el mundo sabe, ya yo sabía que mi salida era inminente y solo había que esperar el tiempo prudencial lo cual ocurrió así después de varias caricaturas que se me censuraron, trataron de decirme que le bajara dos tonos a mi trabajo, que tratara de mantener mi empleo, pero yo no me manejo así, mi compromiso es con la libertad y no poder hacer mi trabajo completo era algo que no iba a aceptar nunca y mucho menos cambiar mi línea editorial que había sido muy criticada en los últimos años con el régimen. Me quedo sin trabajo, ya los medios de comunicación en ese momento cada día estaban más disminuidos, la situación económica comenzaba a ser bastante caótica y el tema de la delincuencia… decido irme por problemas de persecución, amenazas de muerte y todo lo que yo sufrí como expediente político; también por el lado económico porque todos necesitamos tener un trabajo para poder comer, pagar nuestras deudas, nuestros alquileres y no veía esa posibilidad una vez que fui despedida del periódico, entonces decidí aceptar mi pasaporte de emigrante y tratar de reconstruir una nueva fase en mi vida de poder plantear mi trabajo en otro país, poder aceptar otra cultura como un regalo para mi vida intelectual y personal. Siento que fue una decisión responsable y, sobre todo, la idea de poder seguir haciendo mi trabajo porque un artista que desea tener una obra lo que desea es tener espacio para desarrollarla y en Venezuela ya no era posible para mi.
-Los que seguimos tu trabajo por las redes nos sorprende mucho que casi en el mismo instante que se sucede el hecho ya Rayma reaccionó con una caricatura excepcional.
Yo sigo muy de cerca todo lo que sucede en Venezuela, no solamente con mi intelectualidad sino con mi corazón porque no es lo mismo ver una guerra en televisión, que es muy doloroso, y tener que dibujar sobre eso que ver desde tu propio país el exterminio de sus ciudadanos, eso es algo que para mi es extremadamente doloroso, ver como los niños mueren de hambre y los ancianos de mengua o de necesidad, gente joven que es asesinada por delincuentes y todo este caos que muchas veces tenemos que dibujar y hacer estómago para seguir denunciando. Yo siento que todo esa emocionalidad, todo ese chorro de querer ver, de denunciar, de decir, comentar y buscarle la vuelta a lo que pasa es lo que me hace estar todos los días dibujando y estar todos los días comprometidos porque sé que los lectores están del otro lado de la barra y sé que están esperando la opinión y ese chorro de libertad, de concepto, de intelectualidad o de humor que uno le pueda dar dentro de la tragedia. Siento que ese es mi leitmotiv, ver y entender por qué nos pasó esta tragedia, por qué hemos llegado al punto que hemos llegado y tratar de aportar algo que nos haga mirar un poco más allá de lo obvio y en ese sentido el dibujo es muy didáctico y ayuda mucho a que podamos ver cosas que en apariencia no se ven.
-¿Qué es lo que te cuesta más al realizar una caricatura. Cuando te enfrentas al papel en blanco cuáles son los sentimientos que te empujan a dibujar una situación?
Una vez enfrentada al papel y la tinta para mi lo más importante es la conceptualización, el cómo lo voy a decir ya entra en un segundo plano, pero es muy importante que la caricatura tenga un concepto y que vaya bien cocido para que se pueda entender y que ese concepto sea un aporte más allá de los que muchos han dicho y que yo pueda innovar y que pueda utilizar las herramientas bien para que la denuncia y ese lugar que no se ha explorado, que muchas veces el dibujo lo dice muy claramente, se pueda dibujar bien.
-¿Qué esperas de Venezuela cuando todo pase. Volverás?
Me dedico más al presente que al futuro, en este momento me dedico arduamente a trabajar el hoy, el día a día, no sé mañana, pero creo que si todos trabajamos arduamente para lograr solidaridad, apoyo y conocimiento, para vernos en el espejo y poder entender por qué nos ocurrió esta tragedia. Yo creo que podemos aprender de todo esto y esa es la idea, Venezuela no es un deseo para mi ni es un sentimiento, es un país donde nací, es una patria donde crecí, donde están una cantidad de personas que quiero mucho, que recuerdo, de familia, en Venezuela están mis muertos enterrados, está gente con la cual he crecido y me han aportado muchísimo. Venezuela para mi es un ente vivo no un ente muerto, es una capacidad evolutiva que siento que se está dando con mucha intensidad en muchos de nosotros. Vengo de familia de inmigrantes que lograron superar situaciones complicadas para salir adelante. Yo creo en el progreso y que esta tragedia la tenemos que revertir para que sea algo muy importante en el aprendizaje de nosotros como ciudadanos, como seres humanos y como mentores afuera de la venezolanidad que nos regaló la democracia en un momento.
-¿Los venezolanos vamos a volver a ser iguales?
Debemos entender que nunca vamos a ser los mismos, el momento que vivimos de felicidad en nuestro tiempo democrático no va a ser igual, no sé si mejor o peor, una vez que nos fuimos, una vez que hemos pasado por esta tragedia ya sea quedándonos o yéndonos no vamos a ser igual. El ser humano evoluciona, cambia, entiende con la experiencia y no siento que el país es algo estático que va a volver por arte de magia, es algo que tenemos que construir entre todos con muchísimo trabajo, con muchísimo sacrificio, con muchísima conciencia y, sobre todo, con muchísimo respeto a los demás.
-Sin un lápiz ente los dedos qué quisieras decirle a este Gobierno.
Sin un lápiz en la mano soy una ciudadana, una más, ya no soy caricaturista y como ciudadana digo y hablo muchas cosas, siento que este gobierno que no lo es sino que es un régimen totalitario ha hecho muchísimo daño a los venezolanos, más de lo que hubiéramos imaginado. Yo espero que nosotros podamos hacer memoria, que podamos entender cómo vamos a resolver esta crisis sobre todo por los más débiles, por la gente que menos tiene, por nuestros niños, porque una sociedad bajo estas condiciones no puede evolucionar y no puede crecer. Yo fui militante de las marchas como muchos venezolanos, he sido una promotora de los derechos fundamentales de los derechos humanos, tengo muchas cosas que decirle a este gobierno y lo expreso en mi trabajo con la herramienta fundamental que tengo que es el dibujo.
-Rayma, háblame de la fundación Mas Is More Foundation que desde hace un año trabaja para mejorar las condiciones de alimentación de los niños venezolanos.
El año pasado estando en Miami, que es donde vivo ahora, y que es una ciudad muy comprometida con las libertades porque hasta aquí han llegado muchísimas culturas perseguidas por regímenes totalitarios, desde los argentinos por la dictadura militar, los haitianos huyendo de la pobreza, los cubanos que han hecho toda esta ciudad, los dominicanos, lo colombianos huyendo de la guerrilla y ahora los venezolanos, pensé que yo tenía que hacer algo más activo, más allá de dibujar, algo que fuera para crecer como ser humano y para ayudar a mis compañeros venezolanos, a la gente que está allá pasando tanta necesidad y se me ocurrió pedir por internet fórmulas lácteas para bebés para enviarlas a Venezuela y gracias a la solidaridad de gente en todo el mundo empezó a llegar leche y fórmulas lácteas y suplementos alimenticios a la dirección y comenzamos a enviar mensualmente desde hace un año toda esta ayuda de la gente que colabora. La fundación ya la pudimos oficializar aquí en los Estados Unidos y se llama Mas Is More Foundation, está en redes sociales y es mucho empeño en que podamos cambiar esta tragedia en algo positivo y podamos tener un puente con nuestros niños porque una sociedad que no cuida a sus niños es una sociedad que no tiene futuro. Siento que soy mejor persona luego de esta experiencia que me ha cambiado la vida, poder ayudar me ha hecho sentir muchísimo mejor, más responsable y creo que todos podemos poner nuestro grano de arena para ayudar a esos niños que estamos tratando de recuperar y ayudar frente a un estado que no colabora ni con la vida ni con la alimentación de nuestros niños.
Katherine Gruber se encarga de la parte operativa de la fundación y nuestro puente es la gente de Eslabones de amor que se encargan de la distribución de los insumos que llegan a Venezuela. Pueden seguir nuestras cuentas en Instagram: Mas Is More fond; en twitter: @Mas Is More foundation y pueden seguir Eslabones de Amor en Instagram donde están posteadas todas las fotografías, todo el día a día de lo que se hace. Es una labor de hormiguitas, pero que nos hace cada día más felices.
-Pero no te fuiste sola a Miami ¿Quién te acompañó?
Mi perra Lucy que es una callejera venezolana que se vino conmigo, para mí ella es la metáfora viviente de la venezolanidad, su mixtura, su manera de ser, de llegar aquí y no saber que hacer cuando allá en Venezuela era una baquiana de la calle y aquí está un poco más encerrada, pero nos tocó.