Rechazo a propuesta de nueva Carta Magna no cierra el cambio constitucional en Chile
Será el Parlamento, «dividido en 50-50», el que defina el rumbo del próximo proceso constituyente, con el que los líderes políticos están de acuerdo en llevar acabo aunque sin saber aún todos los aspectos a tomar en cuenta para su ejecución. Algunos sectores de izquierda promueven convocar a una constituyente más pequeña, con 100 representantes y no 155 como la pasada, y con una duración de seis meses y no un año
El 62% de los chilenos rechazó la propuesta de una nueva Constitución en un plebiscito realizado el 4 de septiembre de este año, en el que hubo una participación histórica de 13 millones de personas. Sin embargo, el camino constitucional sigue abierto, pues la ciudadanía no se negó al cambio de la Carta Magna sino al proyecto presentado por la convención constituyente. La mejor prueba de ello es que, antes de ir a las urnas, 78% de la población expresó su deseo de que se redactase otro texto.
Sobre ello habló el periodista chileno Diego Zuñiga durante el CocuyoClaroyRaspao, un espacio de TalCual y Efecto Cocuyo, de este 8 de septiembre.
«La Constitución que rige a Chile no es exactamente la de Pinochet (Augusto Pinochet), es una reformada en 2005, por el presidente Ricardo Lago, que no es como la que dejaron en la dictadura porque tiene muchos cambios, y muy profundos (…) pero el camino constituyente va a continuar porque la Carta Magna de 1980 dio todo lo que podía dar de sí y para la ciudadanía ya esto no puede seguir (…) está añeja y huele mal», comentó el reportero.
Zuñiga destacó que, visto desde afuera, resulta confuso que el «no» haya ganado, pero señaló que hay una serie de factores que llevaron a ese resultado, entre ellos la plurinacionalidad ofrecida en el texto constitucional, que implicaba el reconocimiento y otorgamiento de igualdad de derecho para las comunidades indígenas y despertó el «racismo soterrado» entre los chilenos.
«El hecho de que se le diera derechos a los indígenas de Chile generó un choque en un sector de la ciudadanía. Tampoco se veía que en la Constitución estuviese salvaguardado el derecho al aborto. Esa era una Constitución que estaba llena de derechos, de propuestas que en teoería servían y beneficiaban a los sectores perjudicados por el sistema económico que se vive en lanación», señaló el también editor político en el diario austral Últimas Noticias.
Esa Carta Magna generó interés en la sociedad debido a que, a su juicio, era una propuesta paritaria, ecologista, feminista, «con todos los elementos a los que uno aspira en este momento». Aún no se comprende la razón de su rechazo y entenderlo será la labor que tendrán los analistas por los próximos meses, en medio de una nueva convocataria a un proceso constituyente, que ya asomó el presidente de Chile Gabriel Boric.
«Hoy Chile ha demostrado ser exigente y confiar en la democracia. Llamo de corazón a toda la ciudadanía, independientemente de la decisión que cada uno haya tomado, a abordar juntos la construcción del futuro. Es cuando actuamos en unidad que sacamos lo mejor de nosotros mismos. (Llamo) a volver a encontrarnos para hacer grande a nuestra patria, es a lo que les invito», dijo el mandatario durante un discurso pronunciado luego de que se conocieran los resultados de las elecciones.
En ese sentido, Zuñiga indicó que el gobierno de Boric salió muy perjudicado después de este proceso, debido a que apoyó fuertemente la propuesta constitucional presentada y postergó la implementación de nuevas medidas por esperar su aprobación. Ahora la derecha tendrá más poder de cara a la posible futura convención constituyente.
Será el Parlamento, «dividido en 50-50», el que defina el rumbo del próximo proceso, con el que los líderes políticos están de acuerdo en llevar acabo aunque sin saber aún todos los aspectos de dicha ejecución.
«En términos globales garantizaba (el proyecto de Carta Magna) los derechos que estaba pidiendo la gente y los líderes apoyan que hay que cambiarla y que debe tener elementos generales: asegurar de que exista un estado social de derecho, que haya aseguramiento de que las pensiones van a ser más altas, el sistema de la salud pública más fuerte y estructurado. Hay puntos de concordancia al nivel de que en el gobierno se reunieron ayer (7 de septiembre) para debatir esto», expresó el corresponsal y columnista internacional de la revista Qué Pasa.
Zuñiga puntualizó que el Partido Comunista está planteando iniciar todo desde cero, que implica elegir nuevos constituyentes, con escaños reservados para los indígenas, etc. Otros sectores de izquierda promueven hacer una Constituyente más pequeña, con 100 representantes y no 155 como la pasada, y con una duración de seis meses y no un año. Mientras, otros partidos proponen que un grupo de expertos redacte la Constitución, que sea revisada por los constituyentes y que después sea sometida a plesbicito.
«A partir de ahora el Congreso de Chile es el que tiene el sartén tomado por el mango. Ellos deciden el camino que se sigue, con la esperanza de que (la ciudadanía) acepte el camino. Antes de las votaciones se aprobó una reforma constitucional para que todos los cambios de las Constitución sean aprobados por cuatro séptimos, lo que permite que una alianza entre la centro derecha y la centro izquierda cuente con los votos suficientes para hacer las modificaciones. Eso supone dejar por fuera a la ultraderecha y la izquierda, representada por el Partico Comunista», explicó el periodista.
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