Reconocerse y claridad en los objetivos: dos condiciones para un diálogo, según experto

Gustavo Velásquez, experto en negociación, señala que abrir nuevamente la puerta al diálogo en Venezuela pasa por dejar las creencias y las posiciones a un lado y pensar en el futuro de la gente. En su opinión, el conflicto venezolano se desarrolla sobre la base de posiciones extremas y no sobre la discusión de los verdaderos intereses del país
En un momento de máxima tensión entre Venezuela y Estados Unidos, Nicolás Maduro pide a Donald Trump un diálogo directo. Envió una carta que no logró su cometido, pero asegura que insistirá “para defender la verdad” de Venezuela ante el mundo.
“Si te cierran una puerta, te metes por la ventana”, afirmó en su programa de televisión «Con Maduro+». Un día después, en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), su aliado Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, le dio un espaldarazo y exhortó a los Estados miembros a no cerrarle el camino al diálogo a Venezuela.
“Justamente en momentos de alta crispación política es indispensable el diálogo y la negociación. La razón principal es que los países se arruinan llevando el conflicto a los extremos, las sociedades se dividen con mayor profundidad y sabemos cuándo empezamos, pero no sabemos en dónde y cuándo terminamos”, advierte Gustavo Velásquez, abogado experto en negociación y máster en Administración Pública de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Harvard, en conversación con TalCual.
Sin embargo, en el mismo escenario de la ONU, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cerró cualquier posibilidad de acercamiento y apuntó contra Maduro al acusarlo nuevamente de liderar una red de narcotráfico a la que Estados Unidos destruirá con “el poder supremo del ejército estadounidense”.
La posición de Trump y otros funcionarios de la Casa Blanca, contrastan con la visión de Richard Grenell, quien a mediados de septiembre defendió la diplomacia y la búsqueda de un acuerdo con Maduro: “Entiendo lo que quiere”, aseguró en ese momento.
El enviado especial de Trump se reunió con Maduro en enero y tras su visita a Venezuela se acordó la liberación de seis estadounidenses y la reanudación de los vuelos de deportación de migrantes en EEUU. Recientemente, dijo que se mantiene en conversaciones con funcionarios venezolanos.
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Dejar posiciones extremas a un lado
Gustavo Velásquez no descarta que Estados Unidos esté ejerciendo un fuerte poder de disuasión para presionar una solución interna mediante un acuerdo.
En este sentido, señala que abrir nuevamente la puerta al diálogo pasa por dejar las creencias y las posiciones a un lado y pensar en el futuro de la gente.
En opinión del experto en negociación, el conflicto venezolano se desarrolla sobre la base de posiciones extremas y no sobre la discusión de los verdaderos intereses del país.
“Sería un error histórico hacerle concesiones al imperialismo, porque cuando se le hace concesiones al imperialismo viene por más, quiere más. No hay concesiones con el imperialismo. No hay negociaciones. Nosotros tenemos la convicción y la fe inquebrantable en la victoria”, aseguró Diosdado Cabello en su programa semanal Con el mazo dando.
El rechazo a un eventual diálogo también está presente en sectores de oposición que recuerdan como la administración Maduro incumplió el Acuerdo de Barbados al inhabilitar a María Corina Machado, ganadora de las primarias opositoras, poner trabas en la escogencia del candidato de la Plataforma Unitaria y luego al desconocer los resultados electorales, cuyo triunfo se atribuye la oposición con base en más del 80% de las actas recogidas por testigos de mesa y verificadas por organismos internacionales.
“Rechazamos la posición de quienes están planteando una negociación en este momento para enfriar la presión internacional inédita contra Maduro y su grupo”, afirmó el dirigente de Primero Justicia, Julio Borges en una entrevista en EVTV.
Otros opositores, por el contrario, plantean un “diálogo honesto, plural y participativo” en medio del desasosiego y la zozobra que vive el país. Son los que no acataron el llamado de la Plataforma Unitaria y María Corina Machado a “dejar los centros electorales vacíos” en las elecciones regionales y municipales de 2025. También son los representantes de los partidos intervenidos por el Tribunal Supremo de Justicia.
Condiciones para el diálogo
Pese a las posiciones encontradas y las diferencias, Gustavo Velásquez aboga por el reencuentro democrático a través de un diálogo, pero señala que deben darse al menos dos condiciones para lograrlo.
La primera condición está en reconocerse políticamente con todo lo que ello implica, lo bueno y lo malo.
“Uno de los problemas más graves es que los venezolanos no nos reconocemos entre nosotros mismos. Todos los que figuran en política se acusan mutuamente de ilegítimos, vendidos o traidores; eso hace complicado el proceso”, advierte.
La segunda condición es tener claridad en los objetivos, realizar acciones concretas para desescalar el conflicto y poner fin a las medidas coercitivas.
La discusión, explica el abogado, debe centrarse en el acuerdo para la construcción de un nuevo modelo político inclusivo y democrático, que garantice las libertades y restablezca en el corto plazo los procesos electorales. “No puede ser un encuentro de acusaciones, odio y venganza”, puntualiza.
En un eventual proceso de negociación, según Velásquez, deben participar los principales actores del conflicto, junto a sectores clave del país como los sectores productivos, los gremios, las iglesias, la academia y la sociedad civil, cuya participación activa es fundamental.
«Excluir a los actores clave del liderazgo político es una receta para el fracaso del proceso», señala Velásquez.
Garantía y respeto a los acuerdos
El experto destaca que en una negociación deben establecerse garantías y mecanismos de ejecución antes de la firma del compromiso final, así como garantizar que quien se encargue de la ejecución tenga el poder para hacerlo.
En esta etapa del conflicto venezolano, Velásquez plantea varias garantías de cara a un eventual diálogo:
- Garantías sociales y económicas: reactivación de sectores económicos, seguridad jurídica, apertura de inversiones.
- Garantías políticas: amnistías condicionadas y participación política garantizada.
- Garantías jurídicas: leyes de transición, justicia transicional, validez de los acuerdos.
- Garantías de seguridad: protección personal, regulación de las fuerzas de seguridad y garantes empoderados.
«Está más que demostrado, en la historia de Venezuela y el mundo, que acudir a acciones extremas como solución conduce a procesos cruentos. Lo peor de todo es que después de miles muertos, heridas irreparables y la ruina del país, estos procesos terminan en una maltrecha mesa en la que los mismos actores, con distintos nombres, terminan firmando un acuerdo con el que todo vuelve a comenzar».
Al final, dice, la lección es una sola: «debemos aprender a respetar nuestras diferencias y eso solo se hace a través del diálogo y la negociación».
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.