Reconstruir Venezuela exigirá unidad nacional, por Luis Sánchez Aguilera

Twitter: @LuisSnchezAgui3
“Basta con querer informarse, para tener claridad sobre la magnitud de la destrucción que ha sufrido Venezuela, a lo largo de estos 20 años iniciados por el teniente coronel Hugo Chávez en Febrero de 1999”.
-Así lo afirma Freddy Núñez, quien es directivo de la fundación venezolana Espacio Abierto, organización dedicada a la reflexión política.
“El gran reto de la oposición, una vez que se concrete la salida de quienes usurpan el poder en Venezuela, será integrar un gobierno de unidad nacional, sin lo cual será muy difícil asumir con éxito las ímprobas tareas que plantea la reconstrucción. Será necesario que el nuevo gobierno que surja de unas elecciones verdaderamente democráticas, hechas con todas las garantías que requiere un proceso electoral transparente, asuma con mucha madurez y responsabilidad que el nuevo gobierno deberá trabajar sin mezquindad, sin otro interés, que el de concitar la mayor cantidad posible de apoyos por parte de todos los sectores del país”.
-Yo siento que usted es muy optimista sobre la posibilidad de que Venezuela pueda superar esta situación, pero hay quienes piensan que la crisis es tan profunda que luce muy difícil de superar ¿En que basa su optimismo?
“Creo que la primera cosa que estamos obligados a hacer los venezolanos, es revisar con honestidad autocrítica algunos episodios de la historia contemporánea de Venezuela y del mundo. Será muy útil aprender de los errores cometidos a lo largo de la etapa democrática surgida a partir de enero de 1958, la cual en sus últimos veinte años fue dando muestras de agotamiento, al punto de crear las condiciones para que un aventurero ignaro e irresponsable como Chávez, llegara al poder.
Al analizar de esta forma lo ocurrido con ese extraordinario esfuerzo que fue sacar al dictador Pérez Jiménez e implantar la democracia, nos estaremos vacunando contra el riesgo de repetirlos.
Chávez y Maduro utilizaron el odio como herramienta política, y con él, la violación de los derechos humanos, en todas sus expresiones.
Frente a esta realidad, hay que apelar, a mi modo de ver, al análisis de experiencias como las de la Alemania de postguerra –por citar solo un caso entre varios– para entender que la reconstrucción requiere de una conducción lúcida que busque hacer justicia y no venganza. Que sea capaz de lograr la incorporación en esa empresa de la mayor cantidad de ciudadanos que sea posible.
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Yo estoy de acuerdo en que todo aquel que en estos 20 años haya ordenado o practicado la tortura, tenga vinculación con el narcotráfico, haya participado por cualquier vía en el apoyo a grupos terroristas, debe ser juzgado, pero al mismo tiempo creo que fueron millones los venezolanos que durante mucho tiempo votaron por esa opción incapaces de ver con claridad el abismo al que conducía ese apoyo y que deben ser llamados a trabajar en esa reconstrucción.
Te diría pues que soy optimista porque la historia demuestra que es posible superar dificultades aún mayores, cuando el liderazgo señala el camino correcto e incorpora a las grandes mayorías a recorrerlo.
La oposición venezolana cuenta con estudios económicos serios, diseñados para manejar las diferentes etapas que la superación de la crisis plantea, y es evidente que como parte del extraordinario apoyo internacional que tiene, contará con el respaldo financiero necesario para acometer los proyectos de desarrollo que son urgentes, orientados a lograr una economía productiva capaz de generar empleos de calidad.
¡Claro que soy optimista!, solo con que esta gente abandone el poder y vuelva a existir en Venezuela un ambiente de libertad y democracia, que se estimule la inversión privada nacional e internacional, que se creen instituciones públicas que respondan a los interés del estado y no de los gobiernos, se moldearan las condiciones que conducirán a sanear no solo la economía, sino el alma nacional, tan maltraída por años de hostigamiento y sevicia dictatorial”.
-Si a usted le tocara definir un solo enemigo al que deba enfrentar un gobierno democrático en Venezuela, ¿Cuál sería?
“El populismo. Creo que este es un enemigo monumental que debe ser enfrentado con firmeza y claridad, para impedir que demagogos vendedores de baratijas ideológicas se hagan con el poder y destruyan al país.
El populismo es una lacra que estimula el parasitismo social, y degrada moralmente al individuo.
El alto nivel de pobreza en Venezuela, la inflación, la destrucción del aparato productivo privado y público, es tan grave que obligará a tomar medidas que permitan ir consolidando un modelo económico eficiente, y productivo, mientras se atienden las necesidades más urgentes de la población.
Por cierto, recomiendo a quien quiera conocer más en detalle la magnitud del desastre creado por el chavomadurismo, consultar la encuesta nacional de condiciones de vida (Encovi) hecha anualmente por tres de las más prestigiosas universidades venezolanas.
No enfrentar el populismo, mantener esa especie de paternalismo de estado, no hacer las modificaciones educativas e informativas necesarias para enseñar al ciudadano a pensar, es entrar en una especie de tragedia cíclica anunciada”.
-Usted es articulista del diario TalCual, en el cual acompañó por años a su director Teodoro Petkoff, hasta que el régimen lo cerró, ¿Cuál debe ser la política del nuevo gobierno en materia de medios de comunicación?
“Respetar la libertad de expresión es un mandato de la democracia. Me permito una broma aunque el tema no puede ser más serio, bastaría con hacer lo contrario de lo que hace el chavomadurismo. No secuestrar medios del estado para ponerlos al servicio del régimen, no crear oficinas de censura para multar, cerrar y confiscar medios, no organizar bandas armadas para atacar a su personal y sus instalaciones, no sembrar el país de “medios” dirigidos por fanáticos que exhortan al odio y la violencia. En fin, crear las condiciones para que se respete el estado de derecho, propio de un sistema democrático. Nada será fácil, llevará tiempo, pero Venezuela tiene las condiciones para salir adelante, eso sí, hay que cuidarse del populismo”.
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