Recuerdos a partir de El Metro, por Luis Manuel Esculpi
Apenas se iniciaba la década de los ochenta del siglo pasado. No resulta fácil describirlo. Existía para entonces el Distrito Federal, dividido en dos departamentos Libertador y Vargas. Los que ahora constituyen el municipio del mismo nombre y el estado al que le pretenden cambiar su denominación histórica y civilista.
El Distrito sede de los poderes públicos era regido por un Gobernador designado por el Presidente de la República. La figura de Alcalde era inexistente en el país. El poder legislativo en el DF era el Concejo Municipal.
La Cámara estaba integrada por concejales de Copei, Acción Democrática, Rhona Otollina (MIN) y la representación de la izquierda –que después de muchas conversaciones– logró concurrir con una plancha unitaria al proceso electoral. La mayor representación era del MAS que ya en anterior proceso había obtenido tres ediles, en esa oportunidad la plancha del partido naranja –eran sus tiempos luminosos– la encabezaron Pedro León Zapata y Aníbal Nazoa.
En los debates para confeccionar la fórmula unitaria finalizando los setenta, participamos Lino Martínez y Pedro Pérez por el MIR, Aristóbulo Istúriz y Paco Morillo Font del MEP, Lino Pérez Loyo y Elizabeth Faría por el PCV, Nicolás Maduro de la Liga Socialista y nosotros por el Movimiento al Socialismo.
Al final resultaron electos cinco concejales de los veinticinco en la fórmula unitaria, tres del MAS, uno del MIR y otro del MEP. Entre los concejales de Copei estaban Adelita de Calvani, Álvaro Páez Pumar, Emilio López, Antonio Ríos, Céfora Contreras, Gladys Gavazú y Devora Carpio. En AD Antonio Ríos, Paulina Gamus, Jorge Gómez Mantelini, Dario Rodríguez entre otros. Por el MIR Lino Martínez y en el MEP Aristóbulo Istúriz y Alayón.
La fracción del MAS estaba integrada por Héctor Marcano Coello, Carlos Rodríguez y Víctor Hugo D’Paola quienes alternaban el ejercicio con nosotros, Eduardo Pozo y Raúl Murat, junto a otras incorporaciones eventuales.
Todo este relato viene a cuento, porque durante ese ejercicio se avanzaba en la construcción del Metro de Caracas que se inauguraría al finalizar el periodo en 1983. La Directiva del Metro siempre con la presencia del Doctor José González Lander, mantenía frecuentes intercambios con el Concejo Municipal. Acompañados del presidente del Metro, en un pequeñito e improvisado vagón los representantes de la Comisión de Servicios Públicos recorrimos parcialmente lo que luego sería la línea uno, desde la futura estación Capitolio a Pérez Bonalde.
González Lander era un personaje muy competente y de singular personalidad, por él me enteré, que había estudiado toda la primaria en la Experimental Venezuela y el bachillerato en el Liceo Andrés Bello con Teodoro y desde esa época conservaban una gran amistad.
Recuerdo cuando se inauguró el sistema de transporte subterráneo la «gente del este» visitando los famosos restaurantes chinos o árabes situados en el centro y el oeste. Igualmente, como los pasajeros se bajaban en distintas estaciones para conocerlas y admirar sus diseños y obras de artes
Igual la excelente campaña propagandística que motivaba el comportamiento de los caraqueños en el uso del Metro.
Todo contrasta con el desastre en que han convertido un sistema que era ejemplo en el mundo, su creciente deterioro, su pésimo e irregular funcionamiento, la inseguridad y suciedad, son apenas una muestra de la crisis en todos los órdenes de la vida, en que el mal llamado «socialismo del siglo XXI» ha convertido el país. En la actualidad el Metro está dirigido por un Mayor General que antes comandó la Milicia y en diciembre pasado afirmó que «brindarían un servicio óptimo y de calidad».
Con todas las críticas que puedan formular y de hecho le formulamos a la República Civil, sus logros son incomparables. Pese a las limitaciones del Concejo Municipal en la época narrada, la recepción de la información de los entes públicos y privados era proporcionada a la Cámara y sus Comisiones, por esos días se construía el Teatro Teresa Carreño y en una visita de la Comisión de Cultura presidida por Paulina Gamus, uno de los tres arquitectos diseñadores explicó en detalles los avances y propósitos de su construcción.
Ante algunas denuncias relacionadas con la Electricidad de Caracas (empresa privada) concurrían ante la Comisión de Servicios Públicos presidida por Rito Álvarez, el propio presidente de la empresa y sus gerentes. Distinto a la carencia de información y opacidad generalizada cómo se comporta el régimen. Por supuesto eran otros tiempos.