Recuperar la economía nacional a los niveles de 2018 tardará varios años
Esa recuperación económica y social tan esperada por la población venezolana no llegará de la noche a la mañana, ni siquiera con un cambio político, según el Cedice
Atender la crisis humanitaria, empoderar a la sociedad, levantar restricciones, recibir financiamiento internacional, reestructurar la deuda y permitir una participación importante del sector privado son seis de las principales ideas que expertos presentaron en el foro “Economía en la transición”, realizado este martes por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice) para la recuperación de Venezuela. También analizaron y debatieron el “Plan País, el día después”, una propuesta de la oposición que nació de iniciativas de diversos especialistas de partidos políticos, gremios, ONG y universidades.
El economista Luis Bárcenas, de la firma Ecoanalítica, dijo que la economía se ha contraído más de la mitad en los últimos cuatro años. De hecho, según la Comisión de Finanzas del Parlamento, desde que Nicolás Maduro asumió la Presidencia la actividad económica ha caído 53%, lo que es considerado como la depresión más larga y fuerte que ha habido en el continente americano, peor en duración y profundidad que la vivida en Estados Unidos.
Sin embargo, ese cambio económico y social tan esperado por la población venezolana no llegará de la noche a la mañana. De hecho, Bárcenas calcula que con estimaciones preliminares, que no incluyen las sanciones impuestas por Estados Unidos ni los cambios regulatorios internos recientes, tomaría cerca de cuatro años duplicar el nivel de producto interno bruto real per cápita estimado para 2018, que es cercano a 4 millardos de dólares, incluso aplicándose lineamientos similares al Plan País. Y aun así, señala, se seguiría estando por debajo de lo registrado en 2013, que fue 12 millardos de dólares, cuando se dio el mayor crecimiento de producto per cápita desde el año 2000.
El experto afirmó que, efectivamente, las recuperaciones son lentas, sobre todo en un país como Venezuela cuyo aparato productivo nacional, que por más que se le inyecte un nivel significativo de importación, no tiene la capacidad técnica ni humana para reproducir una tasa de crecimiento como la que hubo antes de 2014. “El sector privado no tiene la capacidad de hace 5 años para producir bienes, porque también se le impulsaba a que importara y no a que simplemente manufacturara en el país lo mínimo”, dijo.
Oscar Torrealba, investigador del Observatorio de Gasto Público de Cedice, coincidió con Bárcenas al referir que los crecimientos sostenidos, basados en ahorro, inversión, formación de capital y en el incremento de la mano de obra, siempre van a ser lentos. “Los crecimientos rápidos son apalancados por lo general con créditos, y eso también genera distorsión. También es bueno recordar que la economía se reinventa después de las crisis”, añadió el especialista.
Señaló que en esa economía de transición el gobierno no puede ni debe seguir ocupándose de aquello que ha conducido a la “destrucción”, por lo que, como lo plantea el Plan País, las empresas que están en manos del Estado “serán reestructuradas, explorándose mecanismos de transferencia de activos al sector privado”. El Estado, en cambio, se encargará de promover “políticas de estímulo a la producción mediante el diálogo constructivo entre la sociedad civil y el sector privado organizado”.
El economista miembro de Cedice también resaltó que desde el punto de vista institucional deben desmontarse los controles derivados de la Ley Orgánica de Precios Justos, la Ley del Régimen Cambiario y sus Ilícitos, la Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria, la Ley de Tierra y Desarrollo Agrario, la Ley Orgánica del Sistema Financiero Nacional y el Código Orgánico Tributario. “Hay tantos controles que ahorita es cuando estamos viendo las consecuencias”, dijo.
Sin embargo, advirtió que derogar ese conjunto de leyes para implementas medidas y manejar fondos públicos, es imposible mientras el gobierno de Nicolás Maduro siga en el poder. “El Plan País es inaplicable con Maduro en el poder, ahorita hay que esperar y presionar para que el gobierno de transición pueda lograr eso”, añadió.
Una población empobrecida
Para Oscar Meza, director del Centro de Documentación y Análisis Social (Cendas) de la Federación Venezolana de Maestros, la nación y la calidad de vida de los venezolanos colapsaron, principalmente por las limitaciones para alimentarse y la falta y el racionamiento de servicios públicos como el agua y la electricidad.
Por ende, el experto plantea que primero se atienda la crisis humanitaria que hay en alimentos y medicamentos, luego tomar el control del poder ejecutivo y el Banco Central de Venezuela para comenzar a ejecutar las medidas más urgentes, como enfrentar la hiperinflación, que en 2018 llegó a 1.698.488% y ha pulverizado en días los tres aumentos salariales que Maduro ha decretado desde que puso en marcha el “Programa de Recuperación Económica”.
Meza recordó que en diciembre un hogar integrado por cinco miembros requirió de 103,3 salarios mínimo de 4.500 bolívares para cubrir el costo de la canasta básica familiar, que fue de 464.951,41 bolívares, casi medio millón de bolívares soberanos. Indicó que dos sueldos mínimo, que representan el ingreso promedio familiar, apenas permitieron adquirir 1,9% de la canasta básica, por lo tanto hubo un déficit de más de 98%.
Añadió que también se debe regularizar y autorizar la libre circulación de divisas como el dólar, el euro y el peso colombiano, sobre todo ahora que hay una dolarización de facto al mayor y al detal.