Redes comunitarias frente a la censura oficial, por Roberto Patiño
Uno de los signos más claros de la deriva autoritaria del régimen de Nicolás Maduro ha sido el establecimiento de una política comunicacional de propaganda y censura. El Estado cierra y hostiga medios independientes, establece una férrea restricción al acceso a internet, persigue y arresta a quienes protestan y promueve un sistema de propaganda, manipulación e ideologización que busca hacerse presente en todos los ámbitos de la cotidianidad.
La opacidad comunicacional es instrumentalizada por el poder para la generación de noticias falsas y la difamación sistematizada de grupos políticos y sociales que cuestionan o se oponen a él. Esta situación también incide negativamente en procesos de organización y articulación, así como en la difusión de iniciativas independientes.
En medio de una crisis sistémica y la pandemia de covid-19, los venezolanos vivimos en estado de incertidumbre y desinformación, con una gran desconfianza sobre las noticias e informaciones oficiales.
Esta situación profundiza aún más la fragmentación social y dificulta los procesos convivenciales, ya que el acceso a información y la posibilidad de comunicarse se restringe y dificulta para amplios sectores del país.
En este sentido, desde el Movimiento Mi Convive reiteramos la importancia del establecimiento de redes solidarias que deben funcionar también como redes de información alternativas a las redes comunicacionales del poder. Su importancia es fundamental en varios niveles ya que estas redes permiten la comunicación no sólo entre los integrantes de una comunidad sino también entre distintas comunidades.
En nuestro caso hemos establecido redes entre los líderes, que manejan informaciones generales que luego se distribuyen entre sus comunidades. Pero esta dinámica también funciona en el otro sentido, ya que gracias a la red, los vecinos pueden informar de manera inmediata sobre las situaciones que están viviendo.
Esto ha sido particularmente importante en el monitoreo de las acciones de las FAES en nuestros barrios, por ejemplo, en la que las redes han permitido recabar información real sobre las acciones así como denunciar los secuestros, ajusticiamientos y violaciones a los derechos humanos que son negados o ocultados por el Estado.
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En el contexto de emergencia y cuarentena, nuestras redes han permitido a las personas el acceso a información, así como el contacto y la transmisión de experiencias entre diversos líderes y comunidades. Este ha sido un factor de enorme importancia para la continuidad de iniciativas como Alimenta la Solidaridad y Monitor de Víctimas, al tiempo que se generan fuentes de información confiables y con gran capacidad.
La reciente salida del servicio satelital de Direct TV así como la enorme propaganda difundida por el régimen alrededor de la llegada de tanqueros iraníes al país, son la expresión del terrible proceso de desinformación y propaganda al que estamos sometidos, con un régimen que evidencia cada día más su verdadera naturaleza dictatorial y totalitaria.
Frente a esta realidad debemos redoblar los esfuerzos y las iniciativas para mejorar y ampliar redes de base que informen y comuniquen por sobre la censura y la manipulación gubernamental.