Reflejos condicionados, por Adriana Morán
@NuevaTec47
Nos conocen. Saben que al.igual que en el condicionamiento pavloviano responderemos al estímulo adecuado con la respuesta que esperan de nosotros. Somos tan predecibles como esos animales que en un laboratorio reproducen la misma conducta una y otra vez. Y saben que enfilar sus baterías contra la aguerrida gobernadora del Táchira hará que respondamos con las preguntas para las que fuimos entrenados: «¿y así quieren que vayamos a elecciones?» «¿de qué sirve votar si van a arrebatarnos el poder?». Igual que los perros de Pavlov, los opositores coreamos el guión que escriben para nosotros quienes desde el poder nos han estudiado por años para saber quiénes somos.
La maniobra contra Laidy Gómez es tan básica que cualquiera que nos viera desde afuera sentiría lástima por nosotros. Lástima por esa domesticación a la que hemos sido sometidos para acabar con nuestro espíritu de lucha y entregarnos sin resistencia a la respuesta elemental que ellos, que han demostrado mil veces no ser ningunos genios, nos programaron para dar.
Así, la gobernadora que se enfrentó a su propio partido para tomar posesión de su cargo y ha gobernado para defender la voluntad de sus votantes a pesar de protectores y zancadillas, en lugar de ser tomada como ejemplo de lo que hay que imitar para arrebatarle pedazos de poder al autoritarismo, es usada por quienes deberían defenderla como una muestra de que no vale la pena enfrentarlos y que es mejor darse por vencidos mientras repiten la letanía triste de «en dictadura no se vota».
Cuando atacan a los partidos atacan a los electores de esos partidos. Cuando atacan a Laidy, nos están robando sus votos antes del acto electoral. Pues el fraude que tanto tememos no tendrá lugar el día de las elecciones. Lo están cometiendo ahora mismo, aterrándonos para que no participemos, para que solo unos pocos, tildados de colaboracionistas y traidores, lleguemos ese día a continuar el camino que nunca debimos haber abandonado. Y lo están haciendo porque pueden. Porque preferimos creerles en lugar de enfrentarlos. Porque no hemos sabido decodificar el mensaje de una forma que nos sirva para usarlo a nuestro favor, así como ellos usan nuestras debilidades y prejuicios a favor suyo.
Las elecciones de la Asamblea Nacional, en las que unos participarán, y muchos más no lo harán, son el escenario perfecto para Maduro. Uno que ya ha puesto a prueba y del que conoce muy bien sus resultados. Cuenta con los reflejos condicionados que le impidan a la mayoría entender que pueden juntar sus fuerzas para derrotarlo. Cuenta con Pavlov.