Relator de la CIDH asegura que ley del Odio es “mucho más grave de lo que parece”

El relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) Edison Lanza, consideró “alarmante” la Ley Contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia, aprobada este miércoles por la impuesta Asamblea Constituyente.
Aseguró que esta ley tendrá un efecto “sistemático de inhibir la crítica” por parte de los ciudadanos venezolanos en contra de las políticas de Gobierno.
Lanza dijo que “llama la atención las sanciones totalmente severas y desproporcionadas que establece la ley para quienes incurran en esas expresiones”, señalando que la pena de cárcel a quienes incurran en delitos de la ley se podría comparar a un “asesinato”.
A su juicio esta implementación es “mucho más grave de lo que parece a primera vista”, por lo que informó que desde la CIDH están analizando el texto aprobado y se encuentra en la preparación de una respuesta.
La ley aprobada recientemente en la ANC, contiene 25 artículos donde se establecen responsabilidades a partidos políticos, medios de comunicación y cualquier persona que utilice las redes sociales por mensajes de odio y contra la tolerancia, aunque no los explica.
Dicho instrumento legal contempla que la pena por incurrir en estos delitos puede varias desde el pago de 100 unidades tributarias hasta 150.000 U.T o el cumplimiento de 20 años de cárcel.
Dijo que el deterioro en Venezuela “ha sido constante y progresivo”, y que hasta el momento de la aprobación de la ley “perduraban ciertas garantía para los periodistas y opositores porque había que cumplir con un tipo penal preciso y la sanciones eran excarcelables”.
«Esto es absolutamente mucho más grave, porque son tipos penales absolutamente abiertos, se crean las condiciones para perseguir al enemigo interno y entrar a un Estado absolutamente totalitario».
El relator de la CIDH expresó que el documento está lleno de “palabras bonitas y buenas intenciones, como suelen hacer los regímenes totalitarios”, mientras que en la práctica “no tiene normas de promoción sino que son normas represivas”.
Con información de El Espectador
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