Renuncian diputados de la Fracción 16 de julio, por Lauren Caballero
En un universo paralelo, donde, a diferencia del nuestro, la coherencia y la dignidad son los pilares del accionar de algunos sectores de oposición, se produce repentinamente la renuncia de los diputados de la “Fracción 16 de Julio”. Estos exdiputados, miembros de organizaciones políticas como ABP y Vente Venezuela, consideran absurdo participar en elecciones para enfrentar a un Gobierno que controla todos los poderes porque esto es “legitimar” la autocracia. Además, han declarado públicamente que los cargos de elección popular son “inútiles” pues el Gobierno no los deja hacer nada.
Siguiendo esta digna lógica, los exdiputados han puesto en marcha lo que ellos llaman “el quiebre” una operación de fe que, movida por los más sublimes sentimientos, pretende generar consciencia en la población para que la misma se abstenga de votar, no reciban comida ni medicinas del régimen y dejen de hablarle a familiares y amigos que simpaticen con la corriente oficialista.
Con todo, no admiten que el simple hecho de autocalificarse «diputados», según su misma lógica, «legitima» al régimen, porque en «dictadura» no hay diputados opositores
Mientras tanto, en nuestro universo, estos mismos elementos se apoyan en su condición de parlamentarios para intentar destruir moralmente a cualquiera que emita una opinión o propuesta distinta a la que ellos desean imponer.
Son la cara azul del chavismo más radical y, a pesar de que acusan a otros de colaboracionistas, han adoptado la neolengua inoculada por el discurso dominante, tildando a sus contrapartes de “enemigos” y usando términos como “traición”, sin darse cuenta de que en política no existen traiciones sino cambios de opinión.
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Además, se hacen llamar “liberales” pero actúan de una forma que dista mucho de lo que el liberalismo político es en esencia. Nunca escucharon ni leyeron aquella famosa frase, mal atribuida a Voltaire, que reza “puedo no estar de acuerdo con tu opinión, pero haría lo que fuera necesario para defender tu derecho a expresarla”. Más allá del libre mercado, es probable que no entiendan lo que significa la palabra libertad.
Se niegan rotundamente a enfrentar al régimen en elecciones, porque dicen que “no hay condiciones” pero no hacen nada para que las condiciones mejoren. En lugar de ello, condenan al infierno a todo aquel que ose siquiera pronunciar la palabra elección. Se han atrincherado en las redes sociales, desde donde apuntan sus cañones contra la propia oposición, dividiéndola, destruyéndola poco a poco. No tienen contemplación ni vergüenza. Ellos son puros, inmaculados, los elegidos, los que sí tienen «bolas» o, en su defecto, ovarios.
Bajo chantaje manipulan a los débiles y les hacen actuar contra la razón. Cuando alguien se atreve a desafiarlos, un ejército de “bits”, es decir, “bots”, se apresura a destruir la imagen del infortunado, mediante injurias en las redes sociales. Como si de un virus se tratase, rápidamente se esparce la calumnia y el acusado muere a fuego lento sin remedio y, aunque intente defenderse, suena a una sola voz el grito acusador de la plebe tuitera. Nos recuerda a aquel pasaje bíblico en el que Pilatos pregunta: “¿A quién quieren que libere, a Jesús de Nazareth o a Barrabás?» A lo que la muchedumbre responde: «¡A Barrabás, a Barrabás!».
El último chantaje de este sector, tuvo que ver con un oscuro personaje que ha estado en la palestra pública últimamente. Hablo de Zapatero, quien es rechazado por todos los sectores de oposición por su dudosa filiación con el Gobierno de Maduro. Resulta que se les ha ocurrido, a los impolutos, la grandiosa idea de que la AN califique al susodicho como “persona non grata”, cosa que desde el punto de vista práctico no tiene ni pies ni cabeza, ya que la AN no está facultada jurídicamente para acometer tal acción. En todo caso, sería un simple simbolismo carente de significación práctica.
La intención es convertir a la AN en un circo, en un espacio para espectáculos de tipo mediático carentes de eficacia política, una especie de coliseo romano pero sin gladiadores, sin leones y sin sangre
A estas alturas, entendiendo que la ruptura en la oposición es inevitable, lo que nos queda a las fuerzas de oposición moderadas, es decir, a los opositores variopintos y mestizos, o sea, a nosotros los impuros, nosotros los judíos, los comunistas (aunque no seamos nada de aquello; lo que nos queda es unificar fuerzas para dar la batalla en todos los escenarios. Ahora no sólo contra el despotismo encabezado por Maduro, sino contra el mismo mal, florecido, lamentablemente, en nuestra comarca.