Restricción crediticia calmó ritmo de depreciación del bolívar en primera mitad de 2019
Entre enero y junio el precio de la divisa se incrementó 817% al pasar de 832 a 7.636 bolívares, frente al 2.367% que aumentó durante el mismo período de 2018
El comportamiento del tipo de cambio en el mercado paralelo a lo largo del primer semestre de 2019 no se puede equiparar al que tuvo durante el mismo período del año pasado, cuando aumentó 2.367,7% (de 119.779 a 2,9 millones de bolívares fuertes). Esta vez, el precio de la divisa se incrementó apenas 861,02% entre enero y junio, al subir de 832,55 bolívares a 8.001,01 bolívares, hasta el viernes pasado.
Entre diciembre de 2017 y diciembre de 2018, la tasa cambiaria subió 71.747%. Dos años atrás, un venezolano hasta podía comprar un dólar con el billete de mayor denominación vigente en ese momento, que era el de 100.000 bolívares fuertes (1 soberano).
Según los expertos, la razón principal que explica el ritmo lento en el incremento del tipo de cambio en el mercado negro durante la primera mitad del año, aun con una inflación que de enero a mayo escaló a 905,6%, según la Asamblea Nacional (AN), es el encaje bancario marginal, que a partir del 11 de febrero el Banco Central de Venezuela (BCV) subió de 60% a 100%. Se trata de una política monetaria que obliga a las instituciones financieras a mantener un porcentaje de los depósitos totales en el ente emisor.
La medida seca al mercado de bolívares al imposibilitar a la banca otorgar créditos, lo que baja la demanda de dólares y mantiene relativamente estable el tipo de cambio.
El economista Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, asegura que la administración de Nicolás Maduro ha venido haciendo un ajuste no anunciado, silencioso, sobre la economía, que impacta en la inflación y en el tipo de cambio.
Explica que la política de restricción de liquidez tan agresiva que está aplicando vía encaje legal sobre la banca -que prácticamente ha hecho desaparecer el crédito-, es un factor importante para entender la cierta estabilidad que ha habido en el mercado paralelo. Señala que el gobierno también viene recortando el gasto de manera significativa, bajando la monetización del déficit, que era un factor importante de presión inflacionaria y cambiaria.
“Esas dos cosas, la restricción crediticia y un poco de disciplina fiscal, porque obviamente falta mucho, han provocado una desaceleración de la tasa de inflación, aunque seguimos en hiperinflación, y por supuesto una estabilidad o un ritmo menor de depreciación en la tasa cambiaria”, agrega Oliveros
Otro efecto del encaje bancario marginal ha sido la desaceleración de la hiperinflación por el empobrecimiento de los venezolanos, quienes también contaban con las tarjetas de crédito para compensar la caída del poder adquisitivo de los sueldos que perciben.
El BCV asegura que la aplicación de la política tiene como objetivo “frenar el incremento ilegal del dólar y alcanzar los objetivos macroeconómicos del programa de recuperación económica”, puesto en marcha en agosto pasado con la entrada en vigencia de la reconversión monetaria, otra medida fracasada que la administración de Maduro reconoció al anunciar la emisión paulatinamente de tres nuevos billetes: de 10.000, 20.000 y de 50.000 bolívares.
El diputado José Guerra, economista y miembro de la Comisión de Finanzas del Parlamento, alertó en marzo que la política de encaje congela el tipo de cambio a expensas de una contracción brutal de la actividad económica, que amenaza con paralizar y liquidar lo que queda vivo del aparato productivo.
Esto sería una factura bien difícil de pagar para un país que en cinco años perdió poco más de la mitad de su economía. Entre el tercer trimestre del 2013 –año cuando Nicolás Maduro asumió el poder– y septiembre de 2018, la economía se contrajo 52,3%, según el BCV.
“Para contener el dólar, el Banco Central está liquidando lo poco que queda de actividad económica. ¿Puede mantener en 100% la tasa del encaje legal? Sí, lo que terminaría de matar lo poco que queda de economía”, añadió el parlamentario
Los principales problemas de negocios que afectaron el desempeño de la empresa durante el primer trimestre de 2019 fueron el bajo nivel de ventas y la dificultad para obtener financiamiento, de acuerdo con la Encuesta de Coyuntura realizada por Conindustria.
Para los empresarios ha sido realmente devastador el agotamiento de los volúmenes de fondos disponibles que tenían los bancos para darles créditos, resultado de las fuertes políticas financieras que el gobierno de Maduro ha implementado, principalmente el encaje legal, sostiene el expresidente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga.
Cuando Maduro asumió la Presidencia, la industria trabajaba a 52,8% de su capacidad instalada, y seis años después la capacidad productiva bajó 34,8 puntos porcentuales al ubicarse en apenas 18%.
Cómo le va al oficial
Entretanto, en el primer semestre de 2019, hasta el 28 de junio, el tipo de cambio en el mercado oficial subió 831,98% al aumentar de 704,57 a 6.566,46 bolívares.
En la primera subasta del año del Sistema de Divisas de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (Dicom) que realizó el BCV, la tasa resultante fue de 704,57 bolívares, un aumento de 66,39 bolívares frente a los 638,18 bolívares de la última puja de 2018, realizada el 28 de diciembre. El año pasado, la tasa oficial aumentó 265.808%, lo que significó también una devaluación del bolívar de 99,96%.
Desde que el gobierno puso en marcha su “programa de recuperación económica”, el precio del dólar en el mercado oficial ha aumentado 10.844,1%, en solo diez meses, pues el 17 de agosto Maduro fijó la divisa en 60 bolívares. Desde entonces, el gobierno ha intentado cerrar cada vez más la brecha que hay entre el tipo de cambio Dicom y el del mercado paralelo.
Del 13 de mayo, cuando iniciaron las operaciones de las mesas de cambio que permiten a la banca nacional facilitar la compraventa de divisas, la tasa cambiaria subió 1.303,91 bolívares (24,77%): pasó de 5.262,55 a 6.566,46 bolívares en mes y medio.