Revelan audios de la DEA sobre el caso de sobrinos de la pareja presidencial
De acuerdo con la grabación, los narcotraficantes hacían negocios para captar dinero que utilizarían para financiar la campaña de su tío, Nicolás Maduro, de cara a las elecciones parlamentarias del 6-D
Una serie de audios utilizados en la investigación del ‘Caso Flores’ fueron revelados y publicados por las periodistas Jessica Carrillo y Ariana Núñez, por medio de un audio-reportaje titulado «¿Por qué soy Flores?» que se publicará en formato de seriado.
En la primera entrega, muestran un audio donde los sobrinos de la Primera Dama venezolana, Cilia Flores, concretaban un negocio de venta de droga.
Los ‘narcosobrinos’, como fueron conocidos más adelante, habían viajado a Puerto Príncipe, en Haití, con la finalidad de recibir millones de dólares de un narcotraficante mexicano para una futura compra de cocaína en Venezuela.
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Las negociaciones fueron realizadas realmente con agentes encubiertos de la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés), que se hicieron pasar por miembros de un cartel mexicano.
Durante la reunión con los agentes encubiertos, Efraín Campo Flores y Franqui Flores de Freitas, admitieron que utilizarían el dinero del negocio para impulsar la campaña de sus tíos, Nicolás Maduro y Cilia Flores, de cara a las elecciones parlamentarias del 6 de Diciembre del 2015.
«No queremos perder control de la Asamblea Nacional. Queremos volver a tomar posesión y hay varios círculos de poder que no hemos perdido, pero no se quieren perder», reconocieron durante una conversación.
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De acuerdo con la grabación, estas estrategias eran necesarias para «hacerle una guerra a Estados Unidos», debido a las contribuciones que recibía la oposición venezolana provenientes del país norteamericano.
«Necesitamos la platica porque los gringos están inyectando duro con plata a la oposición, también por eso es que nosotros les estamos haciendo la guerra», reconocieron.
Como parte de las negociaciones, ofrecían total seguridad a los agentes encubiertos, además del acceso ilimitado al aeropuerto de Maiquetía. Se comprometieron incluso a cuidar personalmente los cargamentos de cocaína.
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Garantizaron que su personal estaba preparado para actuar en respuesta a cualquier funcionario seguridad que preguntara de más, gracias a la influencia del apellido Flores.
Durante el interrogatorio de la DEA, los ‘narcosobrinos’ desmintieron que el dinero fuese utilizado para ayudar en la campaña de su tía, Cilia Flores. En su lugar, aseguraron que era una estrategia para «cuidarse de otros delincuentes», y que su único fin era el lucro personal.
Campo Flores y Flores de Freitas fueron acusados por narcotráfico y sentenciados con 18 años de cárcel por la justicia de Estados Unidos. Actualmente cumplen condena en la Penitenciaría Coleman I y II, donde son prisioneros federales de alta seguridad.
