Riesgos de la infancia en internet, por Gisela Ortega
Autor: Gisela Ortega
La actual situación de indefensión de los niños y adolescentes frente a los contenidos ilegales y nocivos que llegan a través de las nuevas tecnologías, hacen imprescindible una serie de reformas legales que garanticen su protección, con objeto de implementar normas para una efectiva defensa de la navegación de los menores por internet.
Según un estudio de la European Research into Consumer Affaires, la mitad de los contenidos en la red dirigidos a menores son inseguras, en tanto que no se disponen de medidas para proteger los datos personales, ni mecanismos para impedir el acceso a materiales que puedan herir su sensibilidad.
La investigación UNICEF-España, sobre “La infancia e Internet”, hace énfasis en la necesidad de que los padres se comuniquen con sus hijos, ayudándoles a comprender las diferencias existentes entre la realidad y los temas de ficción que nos llegan a través de ciertos medios audiovisuales: la internet, video-juegos, películas, teleseries, etc., cuyos contenidos tan sólo incluyen una representación virtual de la realidad, pero nunca la realidad misma.
Plantear los elementos positivos de la Red en el campo del conocimiento, la comunicación y el entretenimiento, pero también los aspectos negativos, tales como la facilidad que este medio ofrece para ocultar la personalidad y favorecer así la impunidad de los contactos amistosos que podamos establecer.
Negociar con los mayores el tiempo de uso del ordenador, así como los servicios que se desean obtener de él. Se trata de lograr que la utilización tanto de la TV, como de las video-consolas y el teléfono móvil no aparten a los niños y adolescentes de otras actividades, al tiempo que se les enseña a dar uso racional a las nuevas tecnologías.
Advertir sobre la poca fiabilidad de ciertas informaciones publicadas en la RED ya que cualquiera puede introducir datos, sin que estos pasen por filtro alguno que garantice su autenticidad y rigor.
Instalar los ordenadores en lugares del hogar en que los adultos puedan controlar su uso. El emplazamiento de los aparatos audiovisuales en el dormitorio de los niños, permite no solo que puedan usarlo hasta altas horas de la noche, sino que puedan acceder a contenidos indeseables sin el más mínimo control. En el caso de dispositivos portátiles y conexiones inalámbricas, esta vigilancia se hace más necesaria.
Mostrar al menor que comunicarse a través de la internet o el teléfono con una persona cuya identidad desconoce, supone tanto como hablar con un extraño que puede abordarnos en plena vía pública.
Descubrir los riesgos que entraña facilitar datos personales a desconocidos, no sólo para el menor, sino ara la propia seguridad de la familia. Entre estos datos se e encuentran: nombres y apellidos, dirección del domicilio, teléfonos, números de tarjetas de créditos, cuentas bancarias, fotos personales, lugar de trabajo de los padres, asociaciones a las que pertenece, etc.
Advertir sobre los peligros de encuentro cara a cara con desconocidos y, en todo caso, recomendarles que estos encuentros en el supuesto de que deseen realizarlos los efectúen acompañados de un adulto y en lugares públicos.
Prestar especial atención al uso de las “webcams” ya que a través de ellas se pueden ver dañados el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen a manos de depredadores sexuales y pederastas. Se recomienda que el uso de este sistema de comunicación en línea se produzca en presencia de algún miembro adulto de la familia.
Prestar atención a las conversaciones telefónicas en el hogar. En Estados Unidos se están dando numerosos casos de adultos que contactan con los niños a través de internet y contratan líneas telefónicas que no dejan rastro de su uso en los hogares de chiquillos captados. Por lo tanto, comprobar el uso de teléfonos móviles de los menores, dadas las claras interconexiones que existen entre este medio de comunicación, los sitios-web y los programas de “software” y de “chats”.
Alentar a los niños y jóvenes a comunicar cualquier contenido detectado en la red que pueda ser percibido por ellos como molesto o incomodo por su lenguaje inadecuado y de un modo muy particular por su contenido violento, pornográfico, racista, que incite a trastornos alimentarios o al consumo mediante publicidad ilícita. En definitiva, prácticas que intentan aprovecharse de la inexperiencia y vulnerabilidad de los más pequeños.
Recomendar a los menores que nunca faciliten a nadie su password, incluido los amigos más próximos.
Asimilar el argot con el que los menores se comunican a través de los “chats” y foros de la internet, que representan una notable peculiaridad y al tiempo un empobrecimiento del lenguaje.
La problemática abordada en este estudio por UNICEF-España, refuerza la necesidad de educar a todos los ciudadanos, desde los primeros años de la infancia en un ámbito que es el de la educción para la comunicación. En los países anglosajones se ha venido utilizando conceptos como “Alfabetización en Medios”, o “Alfabetización Informática”. En Europa y América Latina se comienza a utilizar el término edocomunicación.
Esta orientación de la instrucción para la comunicación deberá promover la formación de personas responsables, usuarios implicados y activos de las tecnologías digitales y de los múltiples sistemas de información y comunicación existentes en el actual contexto digital.
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