Rocío San Miguel: FAN cambió manera de actuar ante protestas por hambre
Rocío San Miguel, presidenta de la ONG Control Ciudadano, analiza el comportamiento de la Fuerza Armada Nacional frente a protestas por hambre y saqueos. Afirma que la manera de actuar de los uniformados ha cambiado y ya no se opta por la represión letal, como se vio en 2017
Autor: Víctor Amaya
-¿Cómo ha sido la respuesta del Estado ante las casi 400 protestas por comida vividas en Venezuela en los primeros 11 días de 2018, incluyendo los saqueos?
-Lo primero que destaca es un tratamiento diferenciado respecto al período de protesta que ocurrieron en los cuatro meses clave de 2017, cuando de mayo a julio el país se manifestó en protestas políticas y las Fuerzas Armadas respondieron con el uso de la fuerza mortal. En este caso, afortunadamente, la respuesta no es el uso de la fuerza mortal. Se han minimizado los casos de ataques directos de la Guardia Nacional u otros efectivos militares contra manifestantes con lo cual cabrían varias hipótesis respecto a lo que está sucediendo.
-¿Cuáles son esas hipótesis?
-La primera, pudiéramos pensar, es que la Fuerza Armada estaría rectificando en el uso de las armas de fuego para el control de manifestaciones públicas. Otra de las hipótesis podría ser que la Fuerza Armada Nacional no está preparada para el control de los saqueos, es decir, ante el temor de lo masivo de estos saqueos. Y la tercera es que la Fuerza Armada Nacional tendría el temor de una reacción mayor frente al control de manifestaciones por hambre. Es decir, no está claro por qué la FAN ha cambiado radicalmente el modo de actuación, para no actuar con el uso de fuerza mortal contra los manifestantes como lo hizo de manera masiva en 2017.
-¿Qué ha cambiado en la manera de actuar de la FAN con respecto a 2017 además del uso de la fuerza letal?
-Hay una característica notable. El papel protagónico en 2017 se le asignó a los comandantes de zona de la Guardia Nacional. Ellos tutelaban, dirigían la acción contra los manifestantes. Eso ahora no está siendo así. En Calabozo vimos a aviones Cougar de la Aviación Militar sobrevolando las protestas. Está claro que hay una actuación que, de alguna manera, no está siendo eficaz para controlar este tipo de protestas que están causando daños a propiedad privada, a bienes, y que está ocurriendo incesantemente.
-En Calabozo se habla de 249 detenidos, 10 heridos de balas y 2 mil personas dispersadas con perdigonazos y bombas lacrimógenas. Y se habla de defensa de locales comerciales por parte de sus dueños, también a tiros. ¿Qué hace el Estado en situaciones tan descontroladas?
-La respuesta que se ha visto, especialmente este fin de semana, ha sido el de la defensa propia por parte de los comerciantes. Se ha acudido al arma para defender las propiedades y ahuyentar a personas que podrían acabar con negocios de toda la vida, no solamente en Guárico sino también en el estado Bolívar. Es decir, el Estado aparentemenre, dentro de las tres hipótesis de análisis, estaría retrocediendo en lo que estima que al final es un asunto de pueblo contra pueblo. Es muy grave porque al dar un trato diferenciado en el control de manifestaciones públicas de manera tan abierta, claramente quedan muchas conjeturas y responsabilidades mucho más graves respecto a lo que ocurrió en 2017. Es decir, hay una cadena de mando que está monitoreando este tipo de protestas y que está asignando responsabilidades en el uso mortal de la fuerza cuando éstas son de caracter político, y se está quedando de brazos caídos o inoperativamente capaz de atender estas manifestaciones en el caso de que sean protestas por hambre o contra locales comerciales o contra la propiedad privada.
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