Rusia en cápsulas: El Real Madrid logró tener un entrenador a tiempo completo
Las manos de Florentino Pérez y su arrogante ambición de conseguir lo que quiere, al precio que quiera y llevándose por el medio a cualquiera es la estampa principal y el nombre propio de esta crisis
Se ha subido el telón del Mundial Rusia 2018. La victoria rusa era un resultado esperable, pero quizás la goleada que le propinó a Arabia Saudí. Los anfitriones han aprovechado al máximo la debilidad del rival y la benevolencia que supuso el sorteo de diciembre pasado. Suele ser una práctica de la FIFA ayudar al anfitrión, colocándolo en un grupo accesible para que pueda aprovechar y avanzar, al menos de la fase de grupos. Lejos está el cuadro ruso de representar una amenaza latente a las máximas favoritas. Su nivel, a pesar de la notoria superioridad en el debut, no es para suspirar ni mucho menos. Con que pase a octavos, la tarea para Putin y su selección ya pudiera estar completada.
Ojalá que el nivel visto en el juego inaugural vaya a ser el termómetro de lo que nos espera en Rusia 2018. Si así lucen algunos equipos con una Copa del Mundo de 32 equipos, ¿qué quedará cuando sea de 48 selecciones? Para no ver y sí llorar.
Hizo bien la Real Federación Española de Fútbol en cesantear a Julen Lopetegui, a dos días del debut contra Portugal. Una situación así no estaba permitida, máxime cuando el propio ahora ex seleccionador, les había pedido a sus jugadores estar metidos de lleno en el Mundial. Fue un hipócrita porque el primero que no respetó ese mandamiento fue el propio Lopetegui. Pero cuando uno se sumerge en el tema, encuentra el verdadero causante de esta crisis que pudiera ser costosa para España en sus aspiraciones en este Mundial.
Las manos de Florentino Pérez y su arrogante ambición de conseguir lo que quiere, al precio que quiera y llevándose por el medio a cualquiera es la estampa principal y el nombre propio de esta crisis. No respetó ni siquiera que la selección de su país estuviera a las puertas de una cita mundial, para generar esta crisis, que está por verse los verdaderos alcances.
Lo cierto es que España comienza el Mundial con plomo en el ala, mientras el dictador de la casa blanca de Madrid, se ríe de todos, porque ya logró lo que quería: tener un entrenador a tiempo completo para planificar la pretemporada.