Rusia: un imperio perverso, por Tony Rivera Chávez
¡Estamos a nivel de hongo! Este era el comentario con que eran recibidos quienes en solidaridad con la Revolución Cubana llegaban a La Habana desde distintos puntos del planeta ante la inminente “guerra nuclear” entre los dos sistemas: por un lado, la URSS (burocratismo autoritario) cuyo centro era Rusia y por el otro: USA.
Los rusos habían instalado armas con capacidad nuclear en el territorio Cubiche, apuntando hacia el vecino, (“y que para defender la soberanía de los cubanos”) más bien en una provocación riesgosa buscando de acobardar la sociedad Industrial-Militar Norteamericana. Ante esta situación todo podemos sintetizarlo en un cambio de consigna cuando La Habana retumbo por voz de miles de simpatizantes que coreaban: ¡Nikita mariquita! lo que se da no se quita; al retirar los rusos sus armas (misiles) con cargas nucleares colocados en suelo caribeño.
Los camaradas venezolanos que vivieron estos momentos al lado de la dirigencia de la isla contaban el asunto con admiración en relación a la disposición suicida de la Dirección Política a ser destruida, pero desatar la “guerra nuclear” atacando con cohetes el territorio norteamericano donde el sacrificio colectivo serviría para la victoria universal del comunismo (más bien de los rusos) en el Planeta.
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Sin embargo, no solo el Kremlim sino buena parte de otros centros comunistas del mundo no tenían en la mente la inmolación en defensa de una isla a la cual se podía “usar” de puente para desarrollar lo necesario para el crecimiento soviético (ruso) sin muchos aspavientos peligrosos además de que el objetivo estaba logrado como no fuera otro que la “toma” de este territorio para la colonización importante para la expansión imperial, en esta forma Cuba para los rusos era una fiesta.
En la actualidad cuando Cuba actúa como agente para la penetración de los moscovitas y es usada para la tarea de dividir el territorio continental debemos reflexionar en cuanto a estos avances de “la diplomacia” de este Imperio que sabe recoger frutos a largo plazo porque su estrategia de dominar el mundo y que no cesa desde los tiempos del Zarismo en su pasión terrofaga siempre pendiente.
Ya, entre acuerdos y reuniones, el mandado cubano, se cumplió para ir dándole con paciencia, apertura a la presencia de la maquinaria militar-ideológica-totalitaria, (requisito indispensable para la conquista y colonización) como defensora de la Patria Bolivariana, buscando además cobrar con creces el tal apoyo “a la soberanía” explotando lo necesario de la economía nacional para obtener mercados y beneficios.
El vocabulario, en vigencia, desde la diplomacia rusa en foros y organismos internacionales, es del dueño de las voluntades del Régimen venezolano expresándose como apoderados o socios privilegiados cuando afirman que nuestro usurpador es legítimo (para ellos), razón, suficiente para ser legitimo el Tirano impuesto en la Nación. Dueños y señores del tal reconocimiento como forma de decirnos que ellos están aquí detrás de la Fuerza en una injerencia cuyo origen está en la ilegalidad, la corrupción y sus negocios.
Caída Venezuela en la trampa jaula no le queda otra que luchar contra esta “invasión “cuyos baquianos no son otros que los cubanos cómplices en la entrega de nuestra Patria como fieles servidores de quienes los han mantenido por mucho tiempo para convertirse en mercenarios
La oposición desde estas situaciones debe dejar constancia del rechazo a la presencia rusa-cubana en nuestro territorio e iniciar Políticas de educación masiva ante estas circunstancias orientadas a consolidar un sistema totalitario a la vez entreguista y cruel. Nada nos identifica con los rusos que no sea el vodka, si acaso se busca algún punto común, pero por lo demás aquí el capitalismo estilo occidental es parte de la cultura como para hacernos fanáticos del otro capitalismo a la oriental cuyo componente más venenoso es el autoritarismo y la falta de libertades políticas.
En verdad, hay imperios peores que otros. Afortunadamente, dijo el Profeta Noskagamus (primo hermano cumanés de Nostradamus) para consolar la dependencia.