¡Sácamelo!, por Teodoro Petkoff
Este aviso y el hecho que recoge (las patrullas policiales “decoradas” con la imagen de Hugo Chávez) constituyen una desorbitada demostración de utilización delictiva de bienes públicos para propósitos políticos y de la adulancia más repugnante.
Ni la Alcaldía Metropolitana ni la PM son propiedad de Chávez. Son instituciones públicas, pertenecientes a la ciudad y sus ciudadanos. Juan Barreto no tiene ninguna potestad, ni política ni legal, para transformar las patrullas policiales en instrumentos políticos del régimen. Juan Barreto no tiene derecho a hacer campaña electoral con las patrullas policiales. Lo que ha hecho es ilegal y constituye peculado de uso. Estamos ante un abuso de poder realmente incalificable y una muestra más del avanzado grado de erosión de las instituciones que ha propiciado el gobierno chavista. Cada funcionario público, a su nivel, se considera una suerte de “chavecito” que cree poder hacer lo que le da la gana con las instituciones y las leyes. Lo que nos falta es que dentro de poco pinten los tanques de la FAN, los aviones y los navíos de guerra con la imagen de Chávez.
Pero, además, hay en todo esto un oportunismo y una jaladera de bolas que ya son rasgo estructural del régimen. A nadie puede ocurrírsele poner la cara de Chávez en las patrullas sino como un acto de adulancia. Quienes lo hacen saben, además, que el adulado, por parte, callará y otorgará. ¿Podríamos esperar de Chávez el acto de pedagogía política que sería prohibir estas muestras desvergonzadas de adulancia? El país está siendo envilecido por sus gobernantes.