Saime deja a ciudadanos sin pasaporte por falta de personal y fallas del sistema
Desde 2017 se han presentado retrasos en la emisión del pasaporte. Mediante una consulta realizada en redes por El Pitazo, Runrunes y TalCual se detectó que 34 venezolanos tienen estancados sus trámites del documento de identidad internacional en la etapa del chequeo dactiloscópico, debido al desconocimiento de los trabajadores sobre el uso correcto de la plataforma, la falta de mantenimiento en el sistema y la burocracia
Autor: Daniel Benítez
En 2019, Marina Álvarez, fotógrafa y diseñadora gráfica, perdió una oportunidad de trabajo que le ofreció una empresa de ropa en Uruguay. No pudo salir del país porque no tenía pasaporte. La falta de su documento de identidad de carácter internacional no se debe a un descuido, sino que desde 2017 el proceso para tramitar por primera vez su pasaporte se quedó estancado en el chequeo de huella dactilar.
“Llevo dos años a la espera de mi pasaporte. A finales del año pasado me salió un trabajo en Uruguay donde iba a ganar muy bien, pero no pude concretar porque no lo tenía”, dice Álvarez.
En los últimos tres años obtener un pasaporte se ha convertido en una pesadilla para los venezolanos. Desde el inicio, los problemas se han achacado a distintos motivos: escasez de material para elaborarlos, procedimientos complicados y debilidades en el sistema computarizado. De esa forma, se están violando derechos humanos y constitucionales como la identidad y el libre tránsito.
De acuerdo con tres expertos en sistemas consultados para este reportaje, la mayoría de las fallas se deben a la falta de mantenimiento e incapacidad de los trabajadores para manejar la plataforma del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime). Aunado a eso, argumentan los especialistas, la burocracia se le suma para que las personas se vean en la necesidad de pagarle a un gestor.
Los especialistas le achacan las fallas del sistema del Saime a dos factores: la falta de mantenimiento y la incapacidad de los trabajadores para utilizar la plataforma
El Pitazo, desde el 7 de julio, ha intentado contactar al personal del Saime a través de su número telefónico, correo electrónico, Instagram y Twitter para conocer su versión, pero hasta la fecha de publicación no se ha obtenido respuesta.
A través de una encuesta por redes sociales, realizada entre el 15 de marzo y el 25 de mayo, El Pitazo, Runrunes yTalCual compilaron 34 casos de personas que no han podido obtener su pasaporte porque el proceso está bloqueado en el chequeo dactiloscópico (verificación de huella dactilar). Según la data recabada, el inicio de esta falla se remonta al año 2017 y aún se mantiene. También se observó que no es una falla que ocurre solo en la capital, sino que se reporta en distintas partes del país: Apure, Zulia, Bolívar, Anzoátegui, Sucre, Nueva Esparta, Trujillo, Táchira, Lara.
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De ese total, 29 personas tienen su proceso activo pero estancado en la fase de datos dactiloscópicos, a cuatro les eliminaron el trámite y a una se le impide solicitar una nueva cita. Estas son situaciones que a los encuestados les generan poca confianza sobre el funcionamiento del sistema automatizado y la capacidad de esta institución para la tramitación y entrega oportuna de pasaportes.
Mismo sistema, distintos resultados
Desde el 2006, la Oficina Nacional de Identificación y Extranjería (Onidex), antiguo Saime, implementó un nuevo sistema de identificación nacional que también se utiliza en Polonia, Noruega, Suiza, Luxemburgo y Alemania.
La nueva plataforma fue el Sistema Automatizado de Identificación Dactilar (Afis, por sus siglas en inglés) obtenida de la mano de la empresa francesa especializada en electrónica y seguridad digital Sagem Defénse Sécurité que desde 2005 pertenece al Grupo Safran, una multinacional francesa encargada de diseñar y construir automóviles y cohetes espaciales.
A pesar de tratarse de un sistema computarizado, la diseñadora gráfica y fotógrafa Marina Álvarez, residenciada en Maracaibo, Zulia, donde también se reportaron otros seis casos para ser el estado con más personas que presentan esta falla, ha ido tres veces a la sede del Saime para averiguar el status de su proceso. “Allí me han dicho cada vez que voy que espere 72 horas. La tercera vez me mandaron a Caracas con mi cédula y partida de nacimiento. Fui a la capital y lo único que me dijeron es que debía esperar”.
Al igual que Álvarez, a otras 16 personas encuestadas y residenciadas en distintos estados también les dicen que deben dirigirse a la oficina central ubicada en Caracas para hacer el reclamo. “No voy porque sé que no me van a solucionar nada. De paso no tengo tiempo ni dinero”, dice Aquiles Pérez, un barbero residenciado en el estado Bolívar, donde también se reportan otras dos personas con el mismo problema.
Joan Rivera, experto en informática y exsupervisor de las bases de datos del Saime hasta el año 2007, asevera: “La plataforma del Saime se utiliza en muchos países del mundo. En teoría brinda mayor seguridad e integridad al ciudadano y al Estado con el control de identificación, migración y extranjería”.
Rivera indica que el Afis vino a reducir en 60% el tiempo de espera en los trámites, pero desde hace seis años el país no cuenta con el personal calificado para manejar el sistema. “Es por eso que no se manifiesta el rendimiento que teóricamente deberían tener en cuanto a la rapidez de los trámites”.
Yuraima Rivas, ingeniero en sistemas, explica que los Afis son sistemas computarizados que permiten la identificación rápida y confiable de personas al contar con una base de datos con los archivos tradicionales de filiación. “La identificación de los ciudadanos venezolanos queda registrada en la base de datos del Saime cuando una persona se saca la cédula por primera vez. Las huellas dactilares son las únicas legalmente reconocidas como prueba fidedigna de identidad”.
En Zulia, el trámite de Royser Delgado fue eliminado del sistema; ha intentado iniciar uno nuevo pero ha sido imposible. “Quiero iniciar el proceso desde cero, pero cuando ingreso al programa no me deja. No pareciera un sistema adecuado a estos tiempos”.
En este lado del planeta, podemos comparar nuestro sistema con el de Colombia. De acuerdo con la Registraduría Nacional del Estado Civil de ese país, se utiliza un sistema similar al venezolano y la entrega del pasaporte solo tarda 48 horas desde la toma de las imágenes (huellas dactilares, fotografía y firma) y la entrega.
No solo es el caso de Colombia, en otros países de Europa cuentan exactamente con la misma plataforma que la venezolana y los trámites transcurren sin problemas. “Aquí pueden afectar distintos factores, pero uno de los más notorios es la falta de mantenimiento al sistema que hace que el proceso se sature y, además de eso, el personal cuenta con una deficiente capacitación. Además, le sumas que un país con necesidades acarrea que algunos funcionarios quieran cobrar por agilizar el proceso”.
Validación de pocas horas
En 2006, las huellas de todos los venezolanos empezaron a ser digitalizadas, lo que hacía suponer una mayor rapidez del sistema automatizado. La realidad es otra. Los usuarios pasan meses y hasta años, y no pueden acceder a su pasaporte.
La experta en computación María Forcucci explica que una vez captadas las imágenes en el Saime, se procede a corroborar la identidad del solicitante. El procedimiento consiste en comparar automáticamente las impresiones dactilares captadas en la oficina regional y las almacenadas en la base de datos. En caso de que las huellas digitalizadas no se encuentren en dicha base de datos, debe realizarse la validación de forma manual.
Los expertos comparan las huellas enviadas por las oficinas regionales con las que obtienen de los archivos y aprueban si son iguales y si corresponde con los datos del ciudadano. De ser el caso, las huellas son enviadas al Afis para ser insertadas en la base de datos. En el mayor de los casos, este proceso de validación manual tarda dos días como máximo y el tiempo de inserción puede tardar entre un segundo y 25 minutos.
Pero la realidad es otro. De los encuestados, siete están a la espera desde hace un año, 24 desde hace dos años y tres de ellos llevan más de tres años por un proceso de validación dactiloscópico que no debería pasar más de dos días.
Maigualida Pino no ha podido cambiar su tarjeta de débito del Banco de Venezuela porque desde el 2018 su huella dactilar no está en el sistema. “En el banco me dicen que debo arreglar mi problema de la huella en el Saime porque la base de datos del banco está vinculada a la del Saime. Todo ocurrió porque intenté sacarme el pasaporte y después de insistir tanto me dijeron que debía sacarme una nueva cédula. Ahora no tengo pasaporte y no puedo hacer trámites bancarios”.
El proceso de validación de huellas dactilares debería durar como máximo tres días, sin embargo, algunos ciudadanos venezolanos pasan años a la espera de su documento de identidad internacional.
Forcucci agrega que, en caso de que el sistema no pueda dar respuesta a una comparación, se cuenta con un centro que se encarga de hacer las verificaciones correspondientes. Este centro está integrado por especialistas en el área de reconocimiento de huellas. El tiempo que tarda el sistema Afis en dar respuesta a la comparación va desde un segundo hasta 15 minutos. “El proceso queda detenido hasta que no se resuelva la causa por la cual se tuvo el problema en la validación. Pueden ser dos: usurpación de identidad o doble cedulación”.
No obstante, en ocasiones el proceso no solo se detiene, sino que es eliminado del sistema como le pasó a Héctor Torres, quien estuvo dos años esperando por su pasaporte hasta que sacaron su trámite de la plataforma. “En el Saime me dicen que vuelva a pagar el pasaporte, eso es injusto porque ya había pagado. Mis amigos me dicen que debería pagarle a un gestor para solucionar eso de una vez”.
Doble violación a los derechos
En el sitio web del Saime se muestra el marco legal en el que está enmarcado la emisión del pasaporte a cualquier ciudadano. Por un lado, no se cumple con el artículo 56 de la Constitución, el cual estipula que “toda persona tiene derecho a obtener documentos públicos que comprueben su identidad”.
En este sentido, también se viola la Ley Orgánica de Identificación en su artículo 26, donde se expone que el pasaporte es el documento de viaje expedido por el Estado, mediante el cual se identifican los venezolanos y venezolanas en el extranjero.
La abogada experta en temas de migración Caroll Palma dice que ese artículo asegura el derecho que tiene todo venezolano a obtener de forma oportuna una partida de nacimiento, cédula de identidad y, en este caso, pasaporte. “La realidad es que los organismos del Estado no están garantizando su obtención”.
Palma agrega que no solo se trata del derecho a la identidad el que se está violentando, sino también el derecho a la libre circulación. “Se está vulnerando el ejercicio del artículo 50 de nuestra Constitución. Ese artículo dice que toda persona puede irse del país y luego puede volver. Estás limitando, de forma intencional o no, la libre circulación y movimiento de los ciudadanos. Eso atenta contra la propia Constitución”.
Esto también ha impactado en el estatus migratorio de personas que viven en el exterior, ya que el pasaporte es un documento obligatorio para permisos, solicitudes y renovación de visas. Hasta para obtener los servicios básicos.
Uno de esos casos es el de Shirley Álvarez, quien migró a Chile, pero el año pasado, antes de dejar Venezuela, ya había hecho el trámite para pedir un pasaporte nuevo. Sin embargo, estando en Chile su pasaporte caducó y el trámite que hizo está detenido en el requisito de la huella dactilar. No ha podido adquirir una línea telefónica en el país austral porque no tiene el documento de viaje.
“Este un problema en otros países porque pones en situaciones de riesgo a esas personas. Corren el peligro de caer en redes criminales, ya que están en un país desconocido y sin documentos vigentes. Por este problema, distintos países de la región como Colombia o Perú han aceptado los ya caducos”, explica Palma.
Algunos ciudadanos venezolanos no pueden realizar trámites bancarios, otros no pueden hacer trámites para adquirir servicios públicos en otros países y otros como Marina Álvarez se ven obligados a rechazar ofertas de trabajo porque el Saime, desde hace tres años, no soluciona el problema de las huellas para la emisión del pasaporte. “Se llenan la boca diciendo que tienen sistemas modernos, pero son incapaces de verificar una huella. Me tienen atrapada aquí”.