Sala de espera, por Marisa Iturriza
Una le decía a otra que esa vez fue terrible. La mamá tenía unas diligencias aquí y al papá la compañía lo envió un mes a Panamá, así que, como no tenía con quien dejarlo, tuvo que traérselo. Claro que estaba complacida de ver al nieto, lo que pasa es que el muchachito ya estaba acostumbrado a como es por allá, le decía que el salía solito a jugar con los otros al parque o en la calle, iba a sus casas o ellos venían a la de él, que se portaban bien y que no pasaba nada…
No se sabe cuándo comienza la cola. Aunque llegues temprano ya hay gente esperando.
Y si no hay cupo tendrás que volver otro día. Mientras, aunque no te interese, tienes que oír…
Le decía mijo eso no y que no bajaría las escaleras del Piso 12 porque no habían reparado el ascensor y no dejaría solo al abuelo que tuvo un infarto y estaba delicado. La TV no pasaba los programas que quería y el celular se le rompió. El día que se escapó se enteró cuando le regresó aporreado y enfurruñado porque otros tres, que deben ser de “la invasión”, le arrebataron la patineta que se empeñó en traer, no-sé-para-qué, Cuando le reclamó que no había pedido permiso le dijo que aquí no le dejaban hacer nada, que quería irse ya y no volver más nunca. Y eso que las cosas no estaban como están ahora, con tantos apagones, teniendo que cargar agua, pagar más caro lo que consigas y ni hablar de las medicinas…
¿Y aún tienen contacto? Ay, claro que sí. Sigue inquieto, como siempre, pero de lo más correcto. Estudia duro, pero, en una hora de trabajito en sus ratos libres, gana más que un mes de salario mínimo aquí. Y hasta me envía algunos dolarcitos, pero le preocupa la situación actual, le angustia la muerte de tantos, de jóvenes y sobre todo de niños. Dice que cómo es posible que, aunque sea para “darse bomba” ninguno de esos supermillonarios revolucionarios sea capaz de emitir un chequecito para salvar la vida, aunque sea de uno solo, de los niños que se mueren en los hospitales por falta de recursos. No comprende que haya presos y desaparecidos por protestar u opinar, que nos estemos aislando porque no vienen más aviones… Ah, ese no regresará nunca…
Al contrario, está loco por volver, porque cómo es posible que un país con tanto potencial esté como estamos. Sueña colaborar y trabajar unidos para lograr desde ya un futuro libre y próspero para todos los ciudadanos… (Aunque sean juveniles, no es justo matar los sueños)
Que pase el siguiente…Y último…