Salida laxada, por Luis Martínez
@luisjosemart
El régimen de Maduro cada día se enreda en su incompetencia y ensancha las posibilidades de un cambio sin necesidad de intervención alguna. Basta observar las excusas construidas y vociferadas al mundo por los responsables de la debacle eléctrica sufrida estos días en el país para ubicar hasta dónde llega el régimen en su capacidad de mentir repetidamente sin ruborizarse con el objeto de ocultar la falta de mantenimiento y descuido de un sistema eléctrico sensible y diezmado por la falta de inversión o por el robo de esta.
El pueblo venezolano soporta estoicamente el drama de un régimen inhumano que cada día lo empobrece más, solo por la esperanza de que el cambio político de gobierno está muy cerca. Algunas veces se deprime, otras veces se angustia, muchas veces quisiera rendirse, pero más puede el deseo de cambio, la persistencia por retomar su estatus de vida y la voluntad de reconstruir su capacidad productiva en libertad que, sin prisa pero sin pausa, continua la lucha sin tregua ni descanso.
El régimen de Maduro arrinconado y a la defensiva solo le queda reprimir cualquier manifestación del pueblo venezolano, pues ya no puede articular política alguna que pueda mejorar la situación de crisis que padece el país.
Peor aún, pareciera que para cumplir ese cometido, solo cuenta con algunos cuerpos policiales vinculados más a la persecución política que a preservar la seguridad de los venezolanos; así como con los denominados colectivos que funcionan como mercenarios para amedrentar y generar temor en barrios y comunidades anteriormente chavistas.
El régimen de Maduro ha llegado a un punto de no retorno. Y no puede haber retorno ante un régimen que después de un proceso hiperinflacionario bestial, inédito, inmedible como el que ha vivido Venezuela. Después de producir los mayores estragos de pobreza que haya vivido país alguno, teniendo la enorme capacidad productiva que tiene el país. Después de transformar casi toda la red hospitalaria en centros minimizados por la falta de dotación medico quirúrgica. Después de acabar con la fortaleza del sistema educativo, otrora orgullo del país. Después de todo eso pretenden, huyendo hacia adelante, generar una confrontación entre venezolanos que les brinde el marco ideal para construirse una épica que no los condene al olvido. Cuan equivocados están. No habrá épica ni confrontación como la pretenden modular. Cada día pierden más el poco poder que les queda. Se están desmembrando sin darse cuenta.
En contraposición al régimen de Maduro, todos los días se recompone la estructura que soportara al gobierno de transición. El régimen represivo no puede parar las marchas o manifestaciones que por todo el país, incluso rincones apartados que nunca se habían manifestado, se expresan en repudio a un régimen indeseable para más del 90 % de los venezolanos. Si Maduro y su régimen tuvieran un ápice de cordura democrática estarían negociando su salida. Salida Laxada.
Docente universitario