Salud: La gran estafa cubana, por Carlos Tablante
Miles de millones de dólares han sido transferidos de Venezuela a Cuba a cambio de un supuesto servicio médico-sanitario, lo cual ha resultado una verdadera estafa.
Como recuerda el Dr. Edgar Capriles, ex Director regional de salud durante nuestra gestión al frente de la gobernación, pero sobre todo, incansable defensor de una salud pública eficiente e inclusiva, mucho antes de Barrio Adentro existieron en Aragua los Núcleos de Atención Primaria de Salud (NAPs), exitoso programa que iniciamos gracias al proceso de descentralización, ejecutado por capaces y abnegados profesionales venezolanos con el apoyo de las comunidades.
Los NAPs eran mucho más eficientes y mucho menos costosos que el Barrio Adentro de los cubanos. El porcentaje de vacunación era superior al 95% y las cifras de diarrea, así como las tasas de mortalidad por esa causa en niños de 1 a 5 años, disminuyeron.
Como bien señala el Dr. Edgar Capriles, Barrio Adentro nunca fue un programa de prevención sino de “medicalización” al que se desviaron las medicinas y los insumos de los que se privó a la red tradicional de atención para generar problemas de funcionamiento y culpar, de manera perversa, al personal de salud venezolano.
Además de la red de espionaje montada con los supuestos médicos cubanos – que de paso cobran en dólares – lo verdaderamente importante para la dictadura cubana es el “negocio” y las brutales ganancias detrás de la intermediación en la compra en los mercados internacionales de equipos de segunda y medicamentos a punto de caducar. Como se sabe, la mayoría de los productos vendidos a Venezuela con sobreprecio, no se producen en la isla caribeña.
En la era de Barrio Adentro, el panorama de salud es catastrófico. Han reaparecido enfermedades erradicadas hace 80 años como la difteria, el sarampión, la tuberculosis, la tos ferina y la malaria, para señalar solo algunos indicadores.
Resulta revelador el reciente documento de un grupo de médicos oficialistas que por fin reconocen el evidente fracaso de las actuales políticas de salud a nivel nacional y se lo atribuyen a “la improvisación, la ignorancia, el nepotismo y la corrupción”
La solución que aportan los médicos oficialistas – con los que coincidimos en el diagnóstico- es crear un Sistema Público Único Nacional de Salud reforzando así el modelo centralista, principal causa de la debacle actual.
Por el contrario, lo probadamente eficiente es transferir las competencias y los recursos a las gobernaciones, municipios, comunidades y sociedad civil, bajo una rectoría gubernamental colaborativa.
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Por otro lado, los denominados médicos integrales deben ser evaluados por las facultades de Medicina para poder ser reconocidos e incorporados en un amplio programa nacional de prevención y educación para la salud.
Es imposible lograr nada de esto con el actual régimen, por lo tanto es necesario continuar y ampliar la justa y valiente protesta que encabezan los gremios y sindicatos para salir de la dictadura del hambre y la corrupción de Maduro.
Aprovecho para reconocer la abnegada labor de todos los profesionales que en medio de la violencia y la precariedad continúan luchando por la salud de todos, como bien señaló recientemente el prestigioso médico Dr. Rafael Muci Mendoza, al rechazar los insolentes e inaceptables comentarios del embajador de Cuba en contra de los médicos venezolanos.