Santa Rosalía se hunde entre basura, delincuentes y abandono
Pese a estar ubicada cerca de la Alcaldía de Caracas, la parroquia Santa Rosalía presenta severas condiciones de deterioro. Sus habitantes y transeúntes se topan a diario con escenarios de inseguridad, indigencia, prostitución y consumo de alcohol, males propios de una “zona de tolerancia”
Delincuencia, inseguridad, deficiencia en servicios básicos, cúmulos de basura en vías principales y vertederos de desechos en ciertas transversales, son las principales características que definen las deplorables condiciones en las que se encuentra la histórica parroquia caraqueña de Santa Rosalía.
Pese a estar situada cerca de entes gubernamentales, incluyendo la Alcaldía de Caracas, . Los que allí residen, laboran y transitan se topan diariamente con indigentes que abundan en la zona, prostitución con diversidad de género y edad; personas en estado de embriaguez y largos tramos en aceras que son ocupados con comercios improvisados que van desde barberías hasta venta de trastos viejos de poca o ninguna utilidad.
Lea también:
En un recorrido realizado por el equipo de TalCual por diversos sectores de la parroquia Santa Rosalía, se constató las condiciones insalubres en las que se encuentra el bulevar César Rengifo, ubicado en El Cementerio. Desde el inicio de la avenida principal y hasta la entrada al Cementerio General del Sur, abundan los cúmulos de basura, animales y moscas en casi todas las esquinas de esa arteria vial dada la total ausencia de contenedores.
Comerciantes informales que se ubican en los predios del bulevar señalan que la situación se agudiza por la falta de camiones para la recolección, así como por la inconsciencia de muchas personas que botan basura de forma indiscriminada en el lugar. Pero lo peor lo esconden las transversales, con largos tramos usados de vertederos de desechos que permanecen en la vía, junto a las personas y animales que los hurgan.
La situación se repite en la zona norte de la parroquia donde sí hay contenedores pero permanecen repletos. En la esquina de Isleños de la avenida Fuerzas Armadas, el contenedor situado frente a la iglesia San Agustín permanece rebosado la mayor parte del día, lo mismo que en la esquina de El Cristo y en otras de la zona.
Por las noches los camiones del aseo urbano recogen la basura de los edificios que ha sido esparcida previamente por indigentes y recolectores de materiales reciclables, por lo que las calles permanecen sucias durante todo el día.
Delincuencia e inseguridad
El mayor movimiento de la parroquia se da durante el día y en estas horas la modalidad del delito oscila entre robo a mano armada, arrebatones y los conocidos “manos de seda”, que con sus habilidades aprovechan el descuido de sus víctimas para despojarlos de sus pertenencias sin que lo noten.
Propietarios de establecimientos comerciales situados en el mercado de El Cementerio optan por bajar sus santamarías a partir de la 1:00 pm, debido a la desolación en la que queda la vía principal a partir de esa hora, y aunque los robos no son recurrentes en el bulevar -donde hay funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) patrullando en la zona-, las calles que dan a los cerros quedan solas y “los delincuentes se aprovechan”.
Para el profesor universitario y coordinador de Unidad Vecinal de Protección (Uniprove) Hernán Matute, la delincuencia es consecuencia de la desconexión entre el Estado y los sectores populares.
“Desde siempre Santa Rosalía ha tenido representantes políticos que sectorizaron la atención y favoreciendo a las zonas residenciales. Esto propició que sectores populares crecieran aislados, sin orden institucional y se transformaran en barriadas peligrosas, de difícil acceso y productores de delincuencia”, sostuvo.
Detalló que en la parroquia existe un alto consumo de bebidas alcohólicas y drogas, lo mismo que la permanencia de personas que ejercen la prostitución a cualquier hora del día, niños en situación de calle e indigentes. “Es una parroquia sin ley, donde nadie respeta las señales de tránsito; civiles, funcionarios, peatones o conductores; todos hacen lo mismo. Tragan flechas y semáforos”.
Matute indicó que “no existe un proyecto de vida para Santa Rosalía, tampoco hay nadie que presente un plan de acción para todo lo que se debe hacer, corregir, modificar y crear”. Manifestó que desde hace mucho no se ve un concejal del circuito proponiendo una ordenanza que mejore la calidad de vida de los que hacen vida en las diversas zonas. “Los ciudadanos no saben ni los nombres de sus representantes políticos, porque estos se quedaron en el trabajo partidista y se olvidaron de trabajar por la comunidad”.
Comerciantes y residentes claman por “soluciones inmediatas a los problemas que llevan años soportando, sin ser escuchados. “No se justifica que una importante zona histórica y comercial, situada en pleno centro de la capital de la República permanezca sin rumbo, sin norte, entre basura y delincuencia”, manifestaron.