Se fue la audición…
Nunca antes en RCTV habían entendido con tanta claridad aquella frase de que el tiempo en televisión es oro. A las 11:59 pm todos cuantos se paran delante y detrás de las cámaras lo comprendieron. Venezuela también
Autor: Patricia Clarembaux
La barrera le comprimió el vientre por más de cinco horas, pero siguió allí, a las puertas de RCTV. Ella, como todos cuantos estaban presentes, se hicieron llamar a gritos “el pueblo”. Desde Catia, San Martín, la avenida Morán y Petare llegaron a Quinta Crespo y una nube de calor se estacionó sobre sus cabezas hasta el final de las horas. Sus manos ondearon las banderas con el logo del canal y sus voces gritaron consignas hasta perder el volumen.
*Lea: Cierre de RCTV: Minuto a minuto
“Pueblo, madura, esto es dictadura”, dijeron a coro. “No tenemos miedo”, prosiguieron, sin olvidar el motivo por el cual estaban allí parados hasta encima de las cabinas de teléfono: “Libertad de expresión”. Y allí continuó Yexis Carrasquel, de pie, todavía comprimida, en las afueras de RCTV, con sus amigas. “Vinimos a reclamar nuestra libertad de expresión y que, definitivamente, no queremos que cierren este canal ni ningún otro”, dijo la joven de apenas 18 años.
Frente a sus ojos transcurrieron las últimas horas de RCTV y ella las disfrutó minuto a minuto. Su vista se mantenía pegada a la pantalla de televisión que fue dispuesta sobre una base metálica; su boca repetía las consignas esperando que desde adentro fueran escuchadas… y lograron el objetivo.
En el estudio, los artistas lo comentaron: “¿Estás escuchando a la gente afuera?”.
Camino del porteñazo
La cámara no tuvo chance de filmar los dos momentos. A seis horas de que las barras tricolores aparecieran en pantalla el sentimiento era de optimismo. “Este equipo y todos ustedes son lo máximo”, expresaba a través del altoparlante la productora de Variedades, Lila Alvarado, quien tuvo a su cargo la transmisión de despedida de RCTV. Su frase generó los aplausos, gritos y hasta las lágrimas de unos cuantos. Daba la impresión de estar en una celebración de fin de año, pero no.
En medio de los actores, productores, camarógrafos y todos los presentes apareció el presidente del canal, Eladio Lares, luciendo su tercer cambio de ropa.
“Mañana comienza un nuevo día, en el que tendremos tiempo de discutir, meditar y pensar. Hoy estamos impregnados de esta emoción que nos ha brindado todo el talento que está aquí. A algunos no los veía desde hace mucho tiempo. Los extrañaba”, dijo. “Vamos a seguir trabajando y ya encontraremos la forma de conectarnos con nuestro público otra vez”, agregó. De inmediato negó desconocer el interés de TVes por el programa que conduce “¿Quién quiere ser millonario?” : “No creo que quieran negociar. La gente del otro canal no se acercará a nosotros”.
El entorno continuó cambiando.
De las cinco a las diez, las sonrisas tras cámara, perdieron el color. A las once, los relojes generaban la misma cara: ojos pelados, frente arrugada cual persiana y la frase: “Mira la hora”. Para este momento, sentados en el suelo estaban quienes verían de primera mano la nueva señal. A las once y media las lágrimas fluían sin control. Incluso el conductor de La Entrevista, Miguel Ángel Rodríguez, debió retirar sus lentes de los ojos y colocar sus dedos para retener la emoción, cuando su propio equipo empapado en llanto le calificó: “¡Valiente, valiente! Nunca vas a estar solo”. Todas las cámaras nacionales e internacionales posaron sus lentes sobre aquella escena y él sólo osó a levantar la mirada cuando recobró la serenidad y los lentes.
Eran las once y cincuenta. Los brazos se entrelazaron en las cinturas y en los cuellos. La animadora Erika De La Vega trató de controlar el temblor de su barbilla y, acto seguido, las lágrimas desfilaron en su rostro.
Cuando el Himno Nacional sonó, todos lo entonaron y el momento decisivo había llegado. La pantalla se fue a negro y, de inmediato, salió la coletilla tricolor de TVes, girando. Los sollozos eran incontrolables. Incluso se vio a una joven desfallecer en los brazos de los compañeros. “¡Apáguenlo!”, gritó la actriz Marielena Rodríguez.
Y se apagó el monitor del televisor: “¡Gracias!”, agregó.
La fiesta terminó por convertirse en el adiós, en la escena de un velorio. Afuera continuó Yexis Carrasquel, de pie, comprimida entre la multitud, desalentada: “De RCTV voy a extrañarlo todo”. En ese momento, sus ojos se despegaron de la pantalla del nuevo canal dos.