«Se van a pudrir en la cárcel»: Familiares denuncian tratos crueles en cárcel de Yare III
Familiares denunciaron que, a diferencia del resto de la población penal de Yare III, los detenidos por las protestas poselectorales no tienen un régimen de visitas definido, lo que dificulta el traslado debido a la falta de dinero para pagar pasaje, comida y hospedaje
Familiares de los detenidos por las protestas poselectorales en el Centro Penitenciario Metropolitano Yare III, en el estado Miranda, denunciaron los tratos crueles e inhumanos de los que son víctimas en este penal.
«Es un hombre sin sentimiento, debería ponerse las manos en el corazón y ser más humano», dijo la madre de uno de los 106 hombres que fueron trasladados desde el Centro Agroproductivo de Barcelona, conocido como cárcel de Puente Ayala, hasta Yare III el pasado 27 de septiembre.
Según la denuncia, el director, de nombre Ángel, les dice a los detenidos frases como: «las hallacas se las comerán aquí», «se van a pudrir en la cárcel», «llamen a María Corina para que les traiga el plato navideño en diciembre», «ustedes son la garantía de que Maduro se ponga la banda en enero».
«Este hombre no tiene sangre en las venas, es un maltratador. Cómo puede tratar así a las personas. Nuestros muchachos son inocentes. Esto es un asunto político, los quieren involucrar en hechos que no cometieron y por eso ninguno admitirá los cargos de terrorismo e incitación al odio», indicó la abuela de otro de los arrestados a Una Ventana a la Libertad.
Los familiares aseguraron que los detenidos son constantemente maltratados de forma psicológica, lo que ya ha afectado a algunos. «Están nerviosos, preocupados, siempre lloran. Ellos no son terroristas, tampoco fascistas ni delincuentes, por ello pedimos su libertad. Queremos que el mundo entero sepa que son inocentes».
Visitas inciertas en Yare III
También denunciaron que, a diferencia del resto de la población penal, los detenidos por las protestas poselectorales no tienen un régimen de visitas definido, lo que dificulta el traslado debido a la falta de dinero para pagar pasaje, comida y hospedaje.
«Yo vivo en Barcelona, estado Anzoátegui, y para ir hasta la cárcel de Yare debo disponer de al menos 200 dólares para cubrir gastos de pasaje, comida y movilización. Imagínese lo que significa no tener un día específico de visita. Es una total incertidumbre; estamos hablando de unas siete horas de carretera, porque tenemos que tomar seis autobuses», dijo una madre a la ONG.
Dentro de las amenazas también están los traslados a estados más lejanos como Táchira. «Esto es un pase de factura, pero ¿que más nos quieren hacer sufrir? Ya es suficiente con que los hayan maltratado y encarcelado sin cometer ningún delito. ¿Qué más quieren?», dijo otra mujer.
En la cárcel de Yare III, los detenidos por las protestas poselectorales fueron recluidos en grupos de tres por celda. Se les entregaron artículos de higiene personal como un jabón de baño, una crema dental y un jabón azul para lavar que deben compartir.
En las visitas solo se permiten mujeres, que deben cumplir con un código de vestimenta (jeans azules, camisa blanca, ropa interior clara y sandalias) para ingresar a la cárcel. En la revisión del 14 de octubre fueron desnudadas y obligadas a dar saltos, toser y pujar. Tampoco se permite el ingreso de alimentos.