Seguimos leyendo las cartas sobre las primarias, por Ángel Monagas
Twitter e Instagram: @AngelMonagas
Es ilusoria la expectativa de que el diálogo, como mecanismo de equilibrio entre las fuerzas políticas que se disputan el poder, pueda conducir a la sumisión de una de las partes para conceder a la otra las demandas a las que aspira, y mucho menos cuando la más relevante de ellas es la de abandono del gobierno.
Así, mientras la oposición democrática ha mantenido como premisa fundamental de confrontación, la derrota total del actual mecanismo autoritario que gobierna Venezuela, el madurismo, en cambio, ha fomentado la débil supervivencia de sus antagonistas políticos porque le permite promover a través de medios de comunicación una parodia democrática que sus aliados internacionales pueden consumir.
Ciertamente, aún existen reproches en forma de calificativos, que de alguna manera pretenden ser acusatorios de la realidad material actual que vive la gran mayoría de los venezolanos, tanto los que permanecen en el territorio nacional como los que se han visto obligados a migrar en el exterior del país.
Con calificativos de chav-bestias a escuálidos, aún existen complejas diferencias que inciden en la posibilidad de lograr una propuesta aglomeradora de voluntades, para impulsar una transformación necesaria, volviendo a encaminar a la nación venezolana por la senda democrática.
No vas a captar el voto chavista, cuando exiges, uno, que te arrepientas de haberlo sido y dos, te pronuncies abiertamente contra quienes ejercen el poder en Venezuela, con lo cual serás admitido. Eso parece más bien algún tipo de culto religioso.
Han pasado veinte años desde los esfuerzos de diálogo a los que me refiero, y si bien el sistema que gobierna Venezuela se esfuerza por no interferir seriamente en ningún mecanismo que facilite el diálogo, así como en la oposición democrática, aún no ha sido tomado en serio la necesidad de ello, lo cierto es que no hay otra forma de frenar la inconmensurable crisis que llevará a la implosión del actual sistema de gobierno.
Cuando digo implosión del sistema de gobierno, quiero decir que la democracia definitivamente corre el riesgo de desaparecer como sistema de gobierno en Venezuela.
Reinventando a Sun Tzu en el arte de la guerra, es obligatorio entender que si alguien intenta usar los métodos de una organización civil para enfrentar una estructura que es apoyada por operaciones militares, las estrategias se confunden y eventualmente tendrán que fracasar.
María Corina
Enfatizó que tiene una tarea enorme después de ganar la elección interna de la oposición. «El 23 de octubre lo primero que tenemos que hacer es unificar a todo el país, a quienes votaron, a quienes no votaron, a los que votaron por mí, a los que no» y agregó que contactará a los presidentes de la región «así como ellos manifestaron en la Cumbre Internacional que se realizó en Bogotá, que quieren y acompañan un proceso limpio y libre, con esa fuerza le diremos que la primera tarea que tienen es que Maduro entienda que los venezolanos en el exterior tienen derecho a votar».
Entonces, según ella, si gana con 700.000 votos (que son los que realmente aparecen proyectados), ella se va a convertir en la representante de facto de todos los venezolanos (los que votaron, los que no votaron, los que votaron por ella, los que no votaron por ella).
Con esa «legitimidad» ella, lo primero que va a hacer es dirigirse a los presidentes que estuvieron en Bogotá, a la OEA, a la Unión Europea, para que obliguen al gobierno de Nicolás a quitarle la inhabilitación, que dejen votar a los 4.000.000 de personas que están en el extranjero, como parte de un nuevo diálogo que tenga como premisa una transición para que el chavismo abandone el poder.
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A mi juicio, eso es absolutismo. Del ilusorio. Es la típica imagen de Hitler en su decadencia ordenando que batallones de tanques inexistentes realizarán acciones de combate.
En el escenario más optimista, y eso porque estaría basado en el engaño, María Corina sacaría 1.800.000 votos que sacó Capriles en las primarias de 2012. Con eso, según ella, se arrogaría automáticamente la legítima representación de todos los venezolanos, y con ello la fortaleza que se necesita para obligar a Maduro a abandonar el poder.
La respuesta constitucional a su propuesta: las primarias es un asunto político privado, no están previstas en la constitución, y al no estar respaldadas por el CNE no tiene asidero en el Poder Electoral (que es lo que prevé la Constitución).
Su impacto solo tiene validez entre sus co-participantes, porque así se establece en los acuerdos que firmaron los candidatos. No tiene efectos externos. No se impone frente al marco legal vigente.
NO PRODUCE LEGITIMIDAD. Porque no se fundamenta en norma legal alguna de carácter público, y por lo tanto no es exigible y no puede someterse al arbitrio de ningún ente o institución de carácter internacional.
El chavismo sabía hacia que lado de la cancha iba a colocarse. Por eso, o en parte, se generó una ola de temor ante la participación del ente electoral.
Convencieron a la gente, a la opinión pública.
Sigo insistiendo: El chavismo ha venido ganando todas las guerras políticas en Venezuela, bajo el artificio de la simulación. No estamos frente a unos ignorantes del arte de la política.
Por eso la tesis de Jesús María Casal era forzar la participación del CNE, que es el Poder Electoral, y así poder darle algún tipo de legitimidad al proceso.
Además de esto, lo que plantea María Corina es un exceso. Me explico.
En Estados Unidos se eligen los candidatos en primarias. En Argentina también. Por nombrar dos.
Ahora imaginen a un candidato electo en primarias aquí, o en Argentina, llamando a la comunidad internacional para que impongan una agenda con la cual, por ejemplo, Biden, deba entregar el Poder… Eso no existe en derecho internacional.
La representación «inicua»
Inscribieron a Prosperi, en representación de Acción Democrática. Ese partido no lo avala ningún marco legal, pues el chavismo se lo entregó a Bernabé Gutiérrez. Inscriben a Roberto Enríquez, en representación de Copei y está en la misma situación.
Vamos con María Corina, en representación de Vente Venezuela.
El 13 de mayo de 2015, el CNE negó la inscripción como partido político a Vente Venezuela.
No informaron la razón por la que rechazó la solicitud en cuestión.
Siendo «legalizado» posteriormente por la Asamblea Nacional electa en el 2015, sin embargo, no por el CNE. Esta legalización es nula de pleno derecho, porque no es competencia de la Asamblea Nacional, suplir ese papel.
En la actualidad no está habilitado para participar en elecciones.
Tal vez por eso algunos periodistas hablan de shows y estafa.
La oposición democrática debe comprender la necesidad de transformarse en una alternativa, retomando la libertad como estandarte y la «verdad» como bandera, recordando a Albert Camus cuando expresó que «la libertad consiste en no mentir porque donde prolifera la mentira se perpetúa la tiranía».
Vuelvo a preguntar. ¿Con cuál tarjeta va a participar la oposición en las elecciones dentro de año y medio?
No dudo que María Corina y la oposición tengan razón. Ustedes saben que el «madurismo», «chavismo», no da puntada sin dedal.
¿Por qué hablan de fraude?
En el comando de María Corina hablan de fraude. Por dos razones: 1) todas las encuestas muestran una tendencia que solamente en la semana después de la inscripción en las primarias, subió de 3 a 4 puntos, o sea de 24% al 27% o 28%, de las personas que manifiestan que van a votar en las primarias. No existe ninguna avalancha. 2) Por las características de las primarias, y por las condiciones del país, las maquinarias electorales son fundamentales. AD, PJ y UNT son los que tienen una excelente relación entre voto potencial/voto efectivo.
Algo que en los ejercicios prospectivos se manifiestan con debilidad en el equipo de Vente. Por eso han acudido a una verbena de liderazgos locales para organizar un grupo de movilización. Dura tarea. No es un imposible.
Haciendo memoria:
La tesis del fraude anticipado la utilizó Chávez en 1998. ¿Recuerdan? Y esto lo están repitiendo gente que incluso no apoya a María Corina de frente. Como el reconocido periodista que trabajó en Globovisión, Alejandro Marcano. Quien dijo que no vota en las primarias porque va a haber fraude.
Recuerden que el Arte de la Guerra, es el arte del engaño. María Corina hoy es un sentimiento nacional, si su equipo sabe «aggionarse», sabrán hacía donde correr cuando se inicie el fuego.
Los brujos políticos siguen leyendo las cartas de estas primarias…
Se me acabó el papel…