Seguir, por Julio Túpac Cabello
-Luis Carlos Díaz tiene varias semanas haciendo campaña por estimular a los cibernautas a compartir experiencias que no sean sólo de compasión, duelo, ira o lamento por la catástrofe chavista.
-Siempre he pensado que uno tiene que trabajar por lo que quiere, ver escenarios, prevenir, hacer los esfuerzos que decida en determinada dirección, estudiar, perfeccionar, ser creativo, darlo todo… pero también, darle un chance a la vida.
-Un amigo se lamenta de ver que algunos parientes publican fotos de fiestas nada austeras en pleno desconcierto del país.
-Buena parte de las cosas esperan que concursemos para que ellas sucedan. Pero cierta (mucha, toda, poca) zona del destino no depende de nosotros. A veces, factores diversos juegan en contra, a veces no se mueven, a veces juegan a favor.
-En la Zona Verde de Bagdad, donde ocurría la mayor parte de la vida internacional iraquí, la vida transcurría con ganas de ser normal, mientras Hussein asesinaba kurdos y, luego, mientras los marines entraban a buscarlo.
-Sólo podemos controlar lo que hacemos, contribuimos, pensamos, comunicamos y caminamos por nuestro objetivo. No tenemos control sobre otros factores. Algunos son visibles. Otros no los podemos advertir.
-En medio del apagón, una boda se consuma con todo y velo, a la cola del vestido no le importó que no hubiese electricidad para avanzar. Un amor terco que todos los venezolanos vimos en muchas partes del mundo.
-Los electores venezolanos cometieron hace 21 años ya un error que para otros era obvio: regalarle la soberanía a un caudillo atolondrado y confundido con la historia (Bolívar en una silla, Fidel como capitán del mar de la felicidad), y el error fue tan grande que ni los peores pájaros agoreros pudieron atisbar el tamaño de la catástrofe en la que terminamos metidos, arrastrados por un viaje a la premodernidad por una pandilla de narcos, vagos, asesinos y ladrones que terminó secuestrando Venezuela.
-Héctor Manrique se negó a dejar de ensayar y presentar su obra a pesar de las amenazas eléctricas. Hasta que un apagón lo agarró en medio de la función. Pero la terminaron, alumbrados por celulares propios y del público, la función llegó a su final.
-Uno piensa que otro país habría tenido más suerte. Aunque la verdad también es que otras naciones, como Cuba, han tenido una agonía eterna. Y aparecen Leonardo Padura y Senel Paz. Creadores en medio del desierto. Pero también pienso en Reynaldo Arenas.
-José Tomás Angola, en un decreto rebelde, escribe: “a mí el chavismo/madurismo no me venció. Es probable que enferme y muera antes de ver terminar esta tragedia. Pero yo siempre fui ser humano, persona, hombre, nunca me desnaturalizaron, nunca dejé que me hicieran animal o esclavo. Ellos jamás ganaron. Y nunca lo harán”.
-A unos pocos miles de millas, en un mundo con agua, electricidad y sin amenazas, con libertades y sin hiperinflación, la vida también se paraliza a veces, porque no basta con que esté bien todo afuera. A veces al mundo lo construye quien lo vive, más allá de su contexto. Así como a los venezolanos les ha dado por seguir, más allá de lo que al chavismo pretenda convertir a Venezuela. Como si seguir, de alguna manera, fuese el arrebato absoluto de su poder sobre nuestras vidas.