Señor Petro, todo dictador es cobarde, por Beltrán Vallejo
Mail: [email protected]
Verdaderamente el hedor déspota del régimen de Nicolás Maduro ya es insoportable hasta para sus propios aliados. Las ruindades de la institucionalidad tiránica de este país-presidio, donde a lo Ortega y a lo Putin se pretende hacer una elección presidencial atrofiada, ya son impresentables, indefendibles y escandalosas hasta para esa izquierda marmota y borbónica a lo Sánchez, pedestre a lo Obrador, picarona a lo Lula y demás flora y fauna de la falacia ideológica en el mundo.
Obvio que estos personajes, y en particular este Petro que acaba de espetar la palabra “cobarde” y que se interpreta claramente vinculada a los abusos de Maduro, por supuesto que no tienen moral para dar clases de moral precisamente, para hacer pedagogía ética, para dar lecciones de lo correcto como estadista de “izquierda” en estos tiempos donde las categorías “derecha” e “izquierda” se perdieron en la debacle de los héroes, de los principios y de la gloria; y como muestra de ese derrumbe de época y de hombres: Putin y Trump.
Esa expresión de Petro, dirigida al Stalin del Caribe, donde certifica que “no hay izquierda cobarde”, sin embargo es una expresión acomodaticia y hasta dulcifica lo que ha hecho Maduro en sus once años de mandato despótico, y lo que está haciendo ahora en clara demostración de sus impudicias como mandatario y padrote de una mafia con conexiones internacionales. Se trata más bien, señor Petro, de que todo dictador es cobarde, y punto.
No es un tema de una izquierda, que según Petro, es por naturaleza valiente, y que su contrario, la derecha, es por naturaleza cobarde. Se trata de que la tiranía es sinónimo de abuso, de ignominia, de crueldad, de vileza, de dolor, de humillación, y por supuesto de cobardía.
El año pasado, otro de la izquierda en el poder, pero amarrado por todos lados, Gabriel Boric, y que tiene obstáculos de toda índole en su país para el desarrollo de su visión progresista (porque la tiene francamente), ha tenido tiempo para romper el vitral de las catedrales-castillos donde se esconde la hipocresía, y ha desnudado falsedades y ha exigido la franqueza al denunciar el carácter dictatorial del régimen de Daniel Ortega, y ha denunciado la megalomanía criminal de Putin, y también ha identificado con hidalguía la identidad soez del régimen de Nicolás Maduro, sobre el cual ha dicho: “Yo he sido muy crítico, y no solo crítico, sino que he denunciado en foros internacionales las violaciones a los derechos humanos de un régimen que sin lugar a dudas ha tenido una deriva autoritaria”.
*Lea también: Si no estuviste conmigo en la pobreza, por Daniel Morales
Pero Boric también ha divulgado otras reflexiones en relación al tema de la “izquierda”, y por lo que se ve algunos quieren colocarse en esa sintonía, y eso es grave para el camuflaje internacional de Maduro que también vive de los bobalicones de afuera así como de los bobalicones de la propia Venezuela. Boric dijo: “La izquierda en América Latina ha tenido tendencia a no hacerse cargo de sus propios errores”.
Pero es que hace unos años, el último de los verdaderos revolucionarios que ha estado en el poder, el expresidente uruguayo José Mujica, también dijo lo siguiente sobre Nicolás Maduro: “En Venezuela hay un gobierno autoritario y se le puede llamar dictador, llámenlo como quieran».
Y esa deriva autoritaria es expresión del cansancio democrático de occidente; es la resultante de la fatiga, de los errores y traiciones de las fuerzas democráticas venezolanas; es el producto de nuestras debilidades de una sociedad donde ha sido cobarde el autócrata, pero habilidoso, impúdico e inmoral para aferrarse al poder.
Quizás a todos en este país nos ha faltado cojones.