¿Será Elías Jaua el nuevo chavista originario?
Todo indica que Elías Jaua no se siente cómodo en el chavismo gobernante. Sus últimos artículos de prensa así lo demuestran y parecen que tienen relación con lo ocurrido en el congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela, instancia para la cual Jaua reivindicaba el derecho a elegir directamente a los integrantes de la dirección nacional de ese partido, algo que no ocurrió.
Jaua había venido reivindicando y reclamando el ejercicio de la democracia a lo interno de la organización. Puede que esta iniciativa no haya sido solo suya, que lo hiciera atendiendo indicaciones de Nicolás Maduro en un intento de debilitar al capitán Cabello, pero a la hora de la chiquita o Maduro no logró la fuerza interna para imponerse o prefirió, a pesar de ello, entenderse con el capitán y se repartieron dicha instancia directiva, dejando a Jaua pegado de la brocha.
La consecuencia inmediata para Jaua fue su cese como ministro de Educación, algo que no fue casualidad. Maduro se demoró un buen tiempo en designar a los nuevos miembros de la dirección nacional del PSUV y, para sorpresa de muchos, Jaua forma parte de ella. ¿Premio de consolación? ¿Evitarse abrir otro frente por parte de Maduro?
En todo caso la molestia de Jaua se expresa ahora en aporrea.org. Sus dos últimos artículos son prueba de ello. Rechaza la posibilidad de “desnacionalizar” el país. Quiere aumentar la producción, pero sin repetir las políticas privatizadoras del pasado. ¿Quién puede hoy en día privatizar algo en Venezuela?
Argumenta que hasta 2014, ojo con la fecha, hubo un aumento sostenido de la producción y expansión de los servicios de las empresas nacionalizadas. Para alcanzar ese nivel propuso recuperar la convivencia democrática, algo que lo aleja del cogollo gobernante, que ha demostrado, hasta el momento, que no está interesado en esa convivencia.
En el último artículo, Jaua reivindica la democracia socialista, por supuesto amparado en palabras del difunto “eterno”. Agrega que el modelo socialista que promueve no puede ser impuesto. ¿Acaso eso no es lo que ha venido ocurriendo y Jaua ha avalado todos estos años? ¿Qué hay de novedoso que no le agrada ahora?
Más adelante se arropa con la Constitución de 1999 y reivindica que fue producto de la participación popular, algo que no está ocurriendo en la actualidad, recordando que su aprobación estuvo en manos de los ciudadanos. ¿Será que no piensan hacer lo mismo con la que están elaborando hoy? Ya Juan Barreto reveló que ni Jaua sabe lo que están redactando, otra prueba de su pérdida de poder.
Más adelante cuestiona el uso de la violencia y pide a la dirigencia opositora deslindarse de su uso, citando el caso del supuesto atentado contra Maduro, pero no se queda allí, sino que también llama la atención a sus copartidarios de no caer en prácticas autoritarias. Definitivamente, Jaua no está cómodo donde está. ¿Se mantendrá allí? ¿Será la víctima principal de la próxima purga? ¿Engrosará el autodenominado chavismo originario?