Servicios que se pagan y no disfrutas, por Omar Ávila
@OmarAvilaVzla
A medida que pasan los meses, el problema de los servicios públicos tiende a agravarse; son innumerables e incuantificables los reportes, quejas y denuncias que nos hacen llegar desde los distintos estados del país, donde manifiestan que el cobro de los servicios es cada vez más elevado y estos más deficientes e inexistentes.
Es el servicio eléctrico, el vital líquido, el gas, el transporte público y el internet (público y privado) que compiten por ver cuál es más ineficiente, bien sea Intercable, ABA, Supercable, por nombrar solo algunos, y aquellos servicios privados que ofrecen una solución, son a unos costos muy elevados, casi imposible de costear para el bolsillo de los venezolanos.
Los cortes de luz están a la orden del día, hay ciudades en estados como Falcón que compiten a ver cuál es peor, si Punto Fijo o Coro; región en la que por cierto recientemente se realizó el Congreso de los Servicios Públicos, declarando este territorio como “Cuna de la Energía Alternativa”, lo que habitantes han catalogado como una burla hacia los derechos humanos de los falconianos.
Ahí mismo en el Occidente del país, escuchamos al ministro Néstor Reverol -a inicios de año- prometer que para el mes de abril 2022 estaría recuperada Termozulia, es decir, como reza el refrán popular, “a confesión de partes, relevo de pruebas”, reconociendo que no es por saboteo, roedores, ni nada por el estilo.
En lo que al agua se refiere, en Mesa Alta, Guanare estado Portuguesa, son 7 meses sin el vital líquido, al igual que sectores del municipio Maneiro de Nueva Esparta y del municipio Sucre del estado Miranda como la parte alta del Callejón Torres en La Urbina, donde la historia se repite con 45 y 90 días a secas respectivamente, y ni hablar de Pueblo Nuevo Sur en el Tigre (Anzoátegui) o Curimagua (Falcón) donde son 5 años sin ver salir por sus tuberías una gota de agua.
Por otro lado tenemos que en muchísimos lugares -donde llega o cuando llega- resulta que no es de calidad, como por ejemplo sucede en Caja Seca en el estado Zulia o Santa Teresa del Tuy en nuestro estado Miranda.
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En otras partes aumenta el racionamiento, solo por mencionar un lugar de la Gran Caracas, en Guatire es uno de ellos.
La gasolina requiere de un artículo aparte, así como la telefonía, bien sea pública o privada. Este último rubro se ha convertido en un negocio redondo para quienes se hacen llamar técnicos de la Cantv, quienes se creen tener la potestad de “reconectar” a quien le pague más, y desconectar a cualquier otro mortal, hasta que se contrate este servicio y cancele altas cifras en dólares.
Ciudades como Cumaná, en el estado Sucre, se la pasa incomunicada la mayor parte del tiempo.
Causa impotencia e indignación que nada de estos servicios funciones a cabalidad, lo único que siempre está operativo y al 100%, son los departamentos de cobros, pues puntualmente llegan los recibos a los usuarios, hayan disfrutado o no del servicio, y si no se paga, se procede al corte. Lo cierto es que nadie le pone coto a estas grandes empresas de estafadores, ya que no existe un ente o mecanismo de protección al consumidor o usuario, que solo se tiene que calar groserías, malos tratos, pérdida de dinero por algo que no obtiene.
Mientras todo esto ocurre a lo largo y ancho de nuestra Venezuela, vemos que el gobierno regala 70 millones de dólares a San Vicente y las Granadinas, que hubieran servido para invertir en cualquiera de estos servicios.
Lo peor es que no hay autoridad que diga o informe nada, con contadas excepciones, como por ejemplo en el municipio Baruta de nuestro estado Miranda.
Así lo han entendido varios burgomaestres, y han asumido responsablemente –aunque no sea su competencia- buscar la solución al problema como es el caso del municipio Chacao que a través de los pozos de agua ha venido paliando la situación de los chacaoenses.
Para finalizar, lo que ocurre con los servicios públicos en el país es una muestra más de que el Estado no puede con todo, lo que sin lugar a dudas desde Unidad Visión Venezuela nuestra propuesta es descentralizar los mismos para buscar soluciones viables y satisfactorias a quienes puntualmente claman por un servicio que pagan pero no disfrutan.
Omar Ávila es secretario general nacional de Unidad Visión Venezuela.
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