¿Si el chavismo vuelve a la Asamblea Nacional se destranca el juego?
Desde fuentes cercanas a Miraflores se divulga la especie de que el oficialismo pudiera retomar sus curules del parlamento y buscar acuerdos políticos con la oposición. La propuesta es defendida por varios, pero su ejecución no es tan fácil como suena
No es poca cosa que el diario Últimas Noticias, órgano de divulgación del gobierno de Nicolás Maduro, informe sobre una reunión sostenida entre el gobernante y diputados chavistas de la Asamblea Nacional (AN), los que abandonaron sus puestos en 2016. Según la información, «al parecer les dijo estar de acuerdo con que ellos retomen sus curules en el Poder Legislativo, según fuentes gubernamentales».
Dice la nota que el encuentro entre Maduro y los 43 diputados ocurrió en el Palacio Federal Legislativo y allí el mandatario se mostró de acuerdo en que los parlamentarios vuelvan a su sillas.
El viernes 5 de julio, Maduro anunció que en los próximos días habrá «buenas noticias» referentes al diálogo con la oposición venezolana y pidió a Jorge Rodríguez, su ministro de Comunicación, continuar con las diligencias pertinentes. «Todos tenemos que ceder», soltó.
Tan solo días antes, el exdiputado por el PSUV, Roy Daza, miembro de la comisión de Asuntos Internacionales del partido de gobierno, llamó a asumir la ruta de los acuerdos políticos. Asomó el planteamiento de «normalizar» la relación interinstitucional. «Que la Asamblea Nacional acate los dictámenes del Tribunal Supremo de Justicia es un asunto de dos sesiones, si hay una decisión política. Sería conveniente establecer una nueva directiva de la AN y la posible incorporación de la fracción oficialista al parlamento», dijo en Unión Radio. Según Daza, la oposición «tendría que ver qué hace con un señor que se autoproclamó como presidente interino, y tienen que resolverlo»
Consultado sobre cómo quedaría la figura de la Asamblea Constituyente en caso de que el parlamento venezolano vuelva a contar con plenos poderes, no hubo una precisión.
«Nadie declara sin autorización (en el PSUV). Esa no es una idea suelta de Roy Daza. Lo sueltan a él para que diga eso y vaya creándole piso político a esa posibilidad», reaccionó Juan Barreto, líder del partido Redes y exaliado de Nicolás Maduro.
«Del lado de la oposición, Timoteo Zambrano, la gente del MAS, estamos tratando de crear un espacio que aísla a los radicales y cree las condiciones para romper el estancamiento y avanzar hacia una salida democrática, electoral», añadió el exalcalde metropolitano de Caracas.
Barreto insitió en el planteamiento: que el PSUV se reincorpore a la Asamblea Nacional y allí se pueda discutir la conformación de un nuevo Consejo Nacional Electoral «que conserve dos rectores para el PSUV, uno para la oposición, y se incorporen dos rectores nuevos, uno por la oposición y otro que sería el fiel de la balanza». Según Barreto, al respecto ya existe un preacuerdo.
La propuesta de retomar la «normalidad» en el parlamento no es fácil de ejecutar. El chavismo considera que la Asamblea Nacional debe reincorporar la directiva de 2016, vigente cuando el TSJ declaró el «desacato», y que sea esa plana mayor encabezada por Henry Ramos Allup la que asuma la tarea de desincorporar a los cuestionados diputados por Amazonas (cuyo caso se mantiene congelado en la Sala Electoral del TSJ desde hace más de tres años) y así pasar a estar en «acato».
Sería un camino que dejaría sin efecto todas las decisiones tomadas por el Poder Legislativo desde 2016, bajo las presidencias de Julio Borges, Omar Barboza y ahora Juan Guaidó. También quedaría sin efecto la «encargaduría».
Si los diputados de Amazonas son desincorporados, la oposición perdería la mayoría calificada necesaria para designar, por ejemplo, nuevo CNE. Sería fundamental alcanzar acuerdos políticos pues el chavismo tampoco cuenta con votos suficientes para ninguna aprobación.
No hay que olvidar que para escoger un nuevo Poder Electoral también hace falta la participación del Poder Ciudadano, que debe postular candidatos para que el proceso avance. Desde que la AN la controla la oposición, no lo ha hecho.
Además, hay que tomar en cuenta el rol de la Asamblea Constituyente, una en la que muchos diputados del chavismo han asumido curules, incluyendo a Diosdado Cabello. De los que cambiaron un hemiciclo por el otro casi ninguno juramentó suplente. Otros se fueron a roles ejecutivos, como Carmen Meléndez en Lara o Héctor Rodríguez en Miranda, sin dejar activos a sus sustitutos.
Del chavismo también han urgido renegados. Como Marco Padovani, suplente por el PSUV Sucre que se juramentó en 2018 en su curul, o Eustoquio Contreras que ya no forma parte del Gran Polo Patriótico.
Según Últimas Noticias, «la Constituyente dejaría de dictar actos constituyentes y la AN abandonaría los actos derrocatorios» (sic).
Desde las fuentes que maneja el órgano de divulgación del gobierno no se hace referencia a qué pasaría con las decenas de diputados que están perseguidos, exiliados o como huéspedes en embajadas; lo cual ha sido resuelto con la activación de suplentes aunque al menos ocho curules han quedado vacías por completo, de las las 112 que ganó la oposición en 2015.
En febrero de 2019, Carlos Vecchio, embajador nombrado por Juan Guaidó ante Estados Unidos dijo al portal Efecto Cocuyo que «hay 53 puestos de la bancada del chavismo (en la Asamblea Nacional) y ellos pueden construir desde ahí la transición. La corrupción de la élite madurista no la puede pagar la base».