Sobre experiencias, farsantes e imposiciones, por Tony Rivera Chávez
Desde una dinámica social ausente de los valores básicos necesarios para hacer del trabajo el mecanismo más indicado para el ascenso y la conquista de mejores oportunidades para el desarrollo personal se han estructurado en torno al Poder Político, la burocracia y las instituciones, unas capas más bien de mugre, donde los farsantes y sus imposiciones, atrapan buena parte del Producto Social, en forma fácil y relativamente permanente.
Penetrando en los contornos de la vida practica como laboratorio cercano para un análisis expedito y la comprensión del fenómeno les informo de algunas experiencias en el asunto.
Llegada la “revolución” y desplazados adecos y copeyanos, observe a un vecino, ex militante de las bandas armadas de Copei, vestido de rojo y muy sonriente. Al poco tiempo oí a unos vigilantes hablando de un “comisario” y al preguntar quién era me señalaron el vehículo del susodicho otrora fanático de la tolda verde. Les hice el comentario de que ese señor no llegaba ni a Boy’s Scout y uno de ellos buscando su atención le hizo el comentario. Un buen día el tipo me sacó una pistola porque lo estaba poniendo en ridículo y me agredió. Yo solo cumplí con aquello de que por la verdad murió Cristo.
En este mismo sistema, pero ya en la actualidad había conocido a un recién llegado al condominio y este de entrada me dijo que era Abogado e Ingeniero pero que se dedicaba a la cocina y era Chef Internacional, propietario de un restaurante y que estaba en esta barriada en un trámite hacia su mansión en Valencia Estado Carabobo. La verdad es que el tipo vivía alquilado y los pocos bienes que tenía eran del propietario de la vivienda que estaba fuera del País. La casualidad me llevo a saber que el tal magnate había sido en su mejor momento taquillero de la DIEX donde entregaba pasaportes. Un buen día y ya siendo insoportable el peso diario de las mentiras le dije: “Mire compadre: enfrente la vida como es, deje de irrespetarme no me diga más mentiras. “No supe de él más. Al tiempo me lanzo una acusación de que le había rayado el carro (ajeno) y me tenía grabado. Como siempre lo mande largo al carajo. Falsa de toda falsedad la acusación. Objetivo desprestigiar.
Entonces uno de da cuenta de la existencia de una conveniencia entre la mentira impuesta sobre la verdad, cosa que debe ser aceptada para no ser considerado problemático, conflictivo, rompe grupos o antipático; de esta manera la imposición funciona.
Igualmente, este método opera para hacer honrado al tracalero y yendo más lejos ya en resultados prácticos ocurre que si usted pide Cuentas Claras en el Condominio los ejecutores de esos posibles “guisos” que no mojan, pero secan el bolsillo le aplicarán la de exponerlo al escarnio público por mal pensado y hablador ya que auditorias nunca existirán. Suficiente para que exista la disciplina necesaria para el borrón y cuenta nueva. Una de las características del contincoleo nacional es que al ejecutarse el toque del piano al revés si algún fastidioso se le ocurriese pedir solo un simple recibo de la operación, el requerido se mostrara por lo menos rabioso porque como se le ocurre a alguien asomar sospechas sobre la gestión como si él estuviera pagando promesas en este lugar de servicio público y así vale el rascabucheo.
Desde este micro-mundo, saltamos, al macro espacio donde la burocracia exige obediencia y consideración, usando el Presupuesto Nacional y las Armas de la República, apoyado en Leyes ajustadas a su conveniencia; todo esto facilitado por aspectos vecinales ya mencionados de forma y manera que cuando el Rey Burócrata no presenta un documento (Partida de Nacimiento) y sus colaboradores dicen que nació en cualquier parte del territorio ,a nadie se le ocurre exigir registros validos porque sería traición a la Patria por la vía del chalequeo al dotado del manto poderoso de la imposición a su antojo, lo que se traduce en unas marramuncias compartidas desde el Presupuesto Nacional llegando por esta vía hasta al hombre común. En general por esta vía ocurrieron elecciones en concordancia con la situación fraudulenta y así “normalizaron” este Estado Nacional de virtudes democráticas donde el ocupante impone su voluntad y se hace voz del pueblo.
De esta forma existe una invisible telaraña que atrapa al ciudadano y lo moldea hasta el acatamiento de arbitrariedades y hechos dolosos lo cual no se formó en este “proceso” que se beneficia del mismo, sino que desde el mismo inicio de la República conocimos de Coroneles y Generales cuya carrera no exigió academias, ni estudios relacionados con el tema, sino el uso de las oportunidades ya suficientes para estos nombramientos y su explotación.
En este conocer hasta en sistemas cultos se desprecia la verdad. Siendo Jefe de Personal (empleados) en el Min Hacienda se me ocurrió pedir originales de títulos y diplomas para recibir como respuesta: ¿Que se querrá este? por parte de los altos directivos del organismo. Al tiempo se detectaron títulos chimbos como prueba de este Control necesario para desenmascarar falsos doctores, licenciados y afines. La mentira cultural.
El cambio necesario no solo será político-económico, sino que sicológico ya que falta mucho coraje para enfrentar las bases que nos han deslizado hasta este desastre social donde el carácter y la autoestima carece de fuerza para modelar la verdad que nutra un sistema nacional conveniente para el desarrollo de la nación en todos sus sentidos.