Solidaridad y articulación: nuestras fuerzas de cambio, Roberto Patiño
El régimen arrecia la violación masiva de derechos humanos en medio de la situación de colapso y caos que ha generado.
En este espacio ya hemos denunciado la participación de cuerpos de seguridad y grupos paramilitares en la persecución y asesinato de líderes y residentes de las comunidades del Municipio Libertador.
Un terrorismo de Estado que se replica en diferentes puntos del país. En los estados fronterizos como Táchira y Bolívar, continúa la represión oficial y las acciones de grupos violentos sobre distintos objetivos civiles; incluso se ha denunciado la persecución a grupos étnicos específicos como la población pemón.
De igual forma, la persecución a periodistas y médicos ha escalado de manera aguda. Son de dominio público el hostigamiento a profesionales como el doctor Ronni Villasmil, la detención ilegal del doctor Keyner Celis, la desaparición forzada desde hace más de cinco días del periodista Rafael Gonzales y el asesinato del periodista Alí Domínguez.
Esta exacerbación de la violencia desde el Estado, secuestrado por el grupo alrededor de Nicolás Maduro, se da en respuesta a la inmensa exigencia de cambio de todo el país. Una exigencia que no solo se ha demostrado en masivas movilizaciones sino sobre todo en la gran articulación, cada día más inmediata y urgente, que viene dándose entre todos los niveles de la sociedad.
El agravamiento de los desmanes de un régimen acorralado se da en un contexto de proliferación de esfuerzos conjuntos. Por ejemplo, en la Red de Voluntarios de Venezuela, logramos articular a más de un millón de venezolanos en menos de dos semanas. Las redes de ayuda, información y apoyo se están reforzando y ampliando. Trabajan en un contexto adverso sumando a más personas.
No olvidemos la importancia que estas redes han tenido en casos como la liberación del activista digital Luis Carlos Diaz, o incluso a nivel local, durante el apagón nacional. Gracias a estas redes comedores de Alimenta la Solidaridad han recibido agua para continuar cocinado las comidas de más de 4000 niños pertenecientes al programa, quienes representan una fracción del total de niños afectados.
A la enorme energía de cambio que recorre al país, se suma otro imperativo vital: el de vincularnos entre nosotros para poder enfrentar efectivamente la emergencia y lograr condiciones de democracia y bienestar.
Un imperativo de ejercicio de la solidaridad y construcción de una nueva convivencia. Una fuerza definitoria en nuestra ruta hacia la transición.
Con su negativa a abandonar el poder y la intención de agudizar su modelo criminal y violatorio de los derechos humanos, Maduro arrastra al país a un contexto en el que agudizará la situación de emergencia humanitaria y estado fallido que él mismo ha producido.
Contra la violencia desbocada del régimen, debemos continuar creciendo dirigidos a los objetivos comunes de enfrentar la crisis y lograr la transición. Seguir en la ruta señalada por el presidente Juan Guaidó y la Asamblea Nacional que permita la posibilidad de construcción de una nueva Venezuela.
Vivimos días de emergencia. Debemos reconocer la fuerza con la que los hemos enfrentado desde el encuentro real y la vinculación activa. Una fuerza que no para de crecer y con la que podemos lograr el cambio
Coordinador de Movimiento Mi convive
Miembro de Primero Justicia
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