• Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • De interés
    • Elecciones municipales 2025
    • Elecciones regionales 2025
    • #LaHoradeVenezuela
    • Alianza Rebelde Investiga
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Teodoro
    • Nuestra historia
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • De interés
    • Elecciones municipales 2025
    • Elecciones regionales 2025
    • #LaHoradeVenezuela
    • Alianza Rebelde Investiga
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Teodoro
    • Nuestra historia

Soliloquios etéreos, por Marcial Fonseca



0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
Opinión TalCual | noviembre 6, 2023

X: @marcialfonseca


El esposo leía el periódico luego de haber almorzado su sopa de chipichipi, la cazuela de mariscos acompañados con bollitos de pimentón; y de postre, un dulce árabe, todo regado con unas dos o tres cervecitas. Mientras tanto, su mujer trasteaba en la cocina, y, como siempre, para acompañarse a sí misma, mantenía un soliloquio.

-Ahí está la comadre, y que le haga un vestido para ella busto ochenta y ocho, y cintura sesenta y seis; como mínimo esa cintura es ochenta y seis; de todas maneras, la convencí y le tomé las medidas; y cuando le medía el busto, ligerito como se recomienda, ella misma apretó la cinta métrica y casi se ahoga; jajaja; y era como yo decía, medidas de gordita. Y la otra, la Carmen, y que uno pantalones treinta y cuatro para su esposo; ese no baja con esa barriga cervecera de treinta y ocho. Que si no venía para que lo midiera, no se lo hacía, y no lo vas a creer, todavía no ha venido y creo que no vendrá.

Hablar solo es hablar con uno mismo; y claro, de cajón, tiene que haber alguien, porque si nadie me oyera, ¿cómo se sabrá que estoy hablando conmigo misma? Eso es lo mismo como cuando alguien grita en la montaña, estando solo, por lo tanto, nadie lo oye, entonces, ¿realmente gritó?

El esposo matizaba todo lo anterior con una serie de Ya, ¿Siii?, Ahhh, ¿Verdad?, Increíble. Pareciera que ella se dirigía a él; pero este sabía que hablaba al aire, pero aun así le preguntó:

-Mi amor, ¿tú estás hablando sola?

-Pero bueno, ¿eres tonto o te haces? -claro, ella no se dirigía a él; pero simplemente no se atrevía a pensar en esa realidad, tenía años en ese tesón.

El marido no quedó convencido, así que una vez que ellos dos, y nadie más, estaban en la vivienda, y ella estaba con su perorata, él, hecho el tonto, abandonó la casa; la mujer no se percató de ello, creía que todavía andaba cerca.

-¿Y dónde estará el compadre Begonio que no está aquí con sus pendejadas de ir contigo al llano a pescar?, pudiendo comprar las cervezas ahí en la licorería de la plaza y tomárselas en el solar, total, si comen algo acuático, será sardinas enlatadas. Porque yo digo una cosa: la comadre y yo somos uña y mugre; pero la verdad que a ella le está faltando un tornillo, ahora con esas pendejadas de querer hacerse las tetas; si hace años que el compadre no se las toca. Y lo que me contó la muérgana de Susana, que a su marido lo transfieren a Valencia; qué va, a buscar trabajo e’lo que, a él lo botaron por estar pajareando a la secretaria del jefe, y ya este tenía tiempo comiéndose ese aguacate.

La mujer, en un descanso de su discurso, se apercibió que ya no se oían los expletivos de su esposo; que además se los sabía de memoria después de dos décadas de matrimonio, hasta en el mismo orden: Ya, ¿Siii?, Ahhh, ¿Verdad?, Increíble. Lo buscó por la casa, y no estaba; ahora se dio cuenta de que estaba sola; la soledad se hizo plúmbea y ella abandonó, despavorida, la vivienda; en la calle se consiguió a su vecino, este notó el miedo en su cara.

-¿Qué le pasa, comadre?

-Que estaba en la casa, usted sabe, hablando sola y de repente descubro que mi marido no estaba conmigo, había desaparecido…

-Bueno, si estaba hablando sola, no debía haber nadie…

-Usted no entiende, mire, hablar solo es hablar con uno mismo; y claro, de cajón, tiene que haber alguien, porque si nadie me oyera, ¿cómo se sabrá que estoy hablando conmigo misma? Eso es lo mismo como cuando alguien grita en la montaña, estando solo, por lo tanto, nadie lo oye, entonces, ¿realmente gritó? Ultimadamente, si hablo sola y no hay nadie, eso se llama locura; ¿o usted me está diciendo loca?

*Lea también: Fiesta en el pueblo, por Marcial Fonseca

[email protected]

Marcial Fonseca es ingeniero y escritor

TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo

Post Views: 2.483
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

Marcial FonsecaOpinión


  • Noticias relacionadas

    • ¿Qué está en juego en las Municipales del 27 de julio?, por Víctor Álvarez R.
      junio 27, 2025
    • ¿Merece Donald Trump un juicio político?, por Ángel Monagas
      junio 27, 2025
    • Venezuela: de elecciones fraudulentas a elecciones clandestinas, por Jesús Delgado
      junio 27, 2025
    • Deportivo Táchira, por Roberto Patiño
      junio 27, 2025
    • En la cuerda floja, por Estilito García
      junio 27, 2025

  • Noticias recientes

    • González Urrutia: "La represión en Venezuela ha sido una política sistemática"
    • CNE inicia acreditación de testigos y capacitación de miembros de mesa de las municipales
    • Periodista José Gregorio Camero será trasladado a la cárcel de Tocorón, denuncia SNTP
    • Educación interrumpida en el Catatumbo: sin niños ni docentes en las aulas
    • En las sinagogas toman las "medidas correspondientes" tras denuncia de Diosdado Cabello

También te puede interesar

La hora de la prepolítica, por Rafael Uzcátegui
junio 26, 2025
Al miedo lo acompaña la posverdad, por Luis Ernesto Aparicio M.
junio 26, 2025
Bajo la opresión de régimen…, por José Ángel Ocanto
junio 26, 2025
La trabajadora doméstica que construye familias y patria, por Rafael A. Sanabria M.
junio 26, 2025
  • Portal venezolano fundado por Teodoro Petkoff, comprometido con la verdad, ejerciendo la libertad de expresión. 25 años ofreciendo actualidad informativa, reportajes, investigaciones, análisis y opinión. Un producto de Editorial La Mosca Analfabeta.

  • Contacto: [email protected]

    Síguenos
  • Noticias

    • González Urrutia: "La represión en Venezuela ha sido...
      junio 27, 2025
    • CNE inicia acreditación de testigos y capacitación...
      junio 27, 2025
    • Periodista José Gregorio Camero será trasladado a la cárcel...
      junio 27, 2025

  • A Fondo

    • Educación interrumpida en el Catatumbo: sin niños...
      junio 27, 2025
    • No es suficiente hacer elecciones para detonar una transición,...
      junio 24, 2025
    • Familias rotas: la otra condena de los hijos migrantes...
      junio 22, 2025

  • Opinión

    • ¿Qué está en juego en las Municipales del 27 de julio?,...
      junio 27, 2025
    • ¿Merece Donald Trump un juicio político?, por Ángel...
      junio 27, 2025
    • Venezuela: de elecciones fraudulentas a elecciones...
      junio 27, 2025


Diseñado y Desarrollado por Binaural
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • De interés
    • Elecciones municipales 2025
    • Elecciones regionales 2025
    • #LaHoradeVenezuela
    • Alianza Rebelde Investiga
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Teodoro
    • Nuestra historia
Presione enter para comenzar su búsqueda