Son fantasmas, por Omar Pineda
Twitter: @omapin
¿Viste lo que pasó, Nicolás? El bichito se nos salió de las manos, no cumplió lo acordado, se alzó y tuvimos que quebrarlo. Y mira que te lo advertí cuando nombraste al pajúo de José Vicente –el hijo, porque al papá solo le interesaban los negocios– a coordinar ese invento de las “zonas de paz”. ¡Qué paz y qué coño! El malandro ese hasta se inventó un apodo, porque la tarde aquella en que lo conocí en Miraflores tenía pinta de aguevoneado y se me presentó con un “mucho gusto, doctor” que yo dije “este no nos sirve”. Después dijo llamarse Carlos Luis… Carlos Luis Revete.
Tenía una cara de pánfilo que me pregunté si con un tipo así íbamos a sacar de circulación a los choros que andan armados por esos cerros, sembrando el terror. No te lo manifesté después de la reunión porque saliste contento y no quería sabotearte. Pero recuerdo que en la noche se lo conté a mi mujer: tengo el pálpito que con ese tal Revete no vamos a ir a ninguna parte.
Que era un malandro, sí era verdad. Y de los malos, según me lo confió el escolta que hasta ese día trabajó conmigo. Dijo que fue su pana, que se habían criado juntos en la Cota 905 y que fueron a la escuela. Me confesó que ahora no lo reconocía… que gozaba fama de que cuando atracaba en la escalinata le disparaba en la cara, porque según creía, quería que el muerto no lo delataran en el más allá. Es que Nico, le dimos demasiada cancha. Delcy se reunió con él en su propia casa y quedaron en que siguiera jodiendo pero no en su zona pero que acabara, por favor, con las otras bandas. Así tendríamos un solo frente que vigilar.
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La idea parecía buena, de pinga, pero después yo me reuní con los camaradas de los colectivos y recuerdo clarito que uno de ellos se levantó y protestó “¿qué? ¿le vamos a dar plata para que se porten bien?… si esos, lo primero que van hacer es comprarle armas a cualquier general de las FANB”. Dicho y hecho. El tipo después se inventó el apodo, aparecía como héroe en las redes sociales y montaba fiestas los sábados, con cervezas y drogas gratis, y mira, nació el Koki.
Igual nos salió mal el plan con los demonios del Tren de Aragua que tenían cagado al pana Tareck El Aissami. Le dimos dólares y armas para aquietarlos pero igual salieron a matar, se metían en las casas, atracaban, violaban a las mujeres y tiroteaban a quienes reviraban. Admitámoslo, Nico, que no pegamos una contra el hampa.
Iris Varela, como ministra, lo único que hizo fue sus selfies con los presos de Yare, que si fotos con El Conejo, que si un programa de reeducación copiado de Cuba, que si vestirlos de naranja como hacen en el imperio, y también fracasó.
Ahora, okey, le dimos de baja al Koki y aprendimos la lección de que esa estrategia para neutralizar a los choros no funciona. Ni siquiera nos ayudaron en Apure y dudo mucho que lo hagan para las próximas elecciones. Y te digo más: con ese montón de armas que unos coroneles y generales les vendieron a tantos choros, no se me ocurre otra cosa que repetirte la advertencia que le hice a nuestro Comandante, que en paz descanse, y después te lo expliqué a ti. Como decía Willie Colon “son fantasmas, son fantasmas… oigo la puerta tocar tres veces…”. Lo único bueno de todo ese peo es que se lo vamos a dejar a la oposición, si es que alguna vez se deciden a gobernar.
Omar Pineda es periodista venezolano. Reside en Barcelona, España