SOS: $50 para los pensionados, por Luis Francisco Cabezas G.
Twitter: @luisfcocabezas
Al momento de escribir este artículo la tasa de cambio del Banco Central de Venezuela, es de Bs. 399.356 por dólar, sin embargo, en el mercado paralelo ya la cotización va en vertiginoso ascenso, alcanzando los Bs. 430.000 por cada dólar norteamericano.
La indetenible pérdida de valor de nuestra moneda frente a la divisa americana, deja cada vez más disminuidas las capacidades de consumo de quienes siguen recibiendo ingresos en bolívares, esto en una economía dolarizada por la vía de facto, uno de ellos, son los pensionados, quienes a la fecha si tomamos como referente, la tasa del mercado paralelo, puede afirmarse que perciben como estipendio mensual $ 0.93.
Esta situación pone al descubierto la terrible realidad que enfrenta el sistema de pensiones en Venezuela, podemos decir que las pensiones prácticamente desaparecieron, la evidencia de ello es que incluso mucho de los pensionados han dejado de ir a cobrarlas, porque gastan más en pasajes que el monto que van a recibir, el que incluso puede ser fraccionado en dos y hasta en tres porciones por la falta de efectivo en los bancos.
Para que tengamos una idea de la pavorosa pérdida de compra de la pensión en Venezuela, tomemos como referente los recientes datos de un trabajo publicado por Convite A.C. y elaborado por el profesor e investigador Carlos Aponte Blank, en el que se evidencia cómo para el año 2012 el monto percibido por un pensionado equivalía al 96,3% de la canasta alimentaria normativa, comenzando ya en 2013 su descenso, pero, aun así, equivalía a 89,3% de la misma cesta de productos.
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Si individualizamos el costo de la canasta alimentaria familiar del Cendas puede decirse que una persona sola, requirió en agosto de 2020, poco más de 18 millones de bolívares para poder costearla, algo así como $40, como podemos ver la pensión hoy en día si acaso sufraga el 1% del costo necesario para alimentarse modestamente.
La cobertura de la pensión es cercana al 95% del universo pensionable, lo que pudiera ser un trofeo importante para mostrar en la gestión social del chavismo, sin embargo, ha pasado desapercibido, incluso para la eficiente máquina de propaganda oficialista, y eso no es un ligero descuido, sino que saben muy bien que no se puede alardear de aquello que dejó de ser relevante para la vida de las personas.
Cualquier país que tuviese niveles cercanos al 95% de cobertura de la pensión, y que esta permitiese a las personas mayores tener un nivel de vida modestamente decente, con acceso a salud, medicinas y apoyo para las contingencias, sería sin lugar a dudas un modelo de protección social.
Sin embargo, eso no es lo que tenemos en Venezuela, nuestra seguridad social no nos asegura ni siquiera una muerte digna, las personas mayores van desamparadas por la vida, solo esperando que el inexorable paso del tiempo haga su trabajo, muchas de ellas perdieron sus ahorros como consecuencia de la vorágine inflacionaria, entre tanto otros sencillamente nunca han tenido nada, y ya no tienen ni kilos de peso que perder, ni agujeros que abrir a la correa que sujeta sus pantalones.
Ante esta situación es necesario comenzar a dar discusiones que permitan abordar tempranamente los desafíos que supondrá el envejecimiento de la población que vaticinan todos los estudios demográficos serios, sobre todo en un país con una limitada oferta de atención a las personas mayores como política pública, y con un sistema de seguridad social que como hemos mostrado no destaca por brindar un amplio abanico de protección durante la vejez.
Es necesario sentar las bases y comenzar a andar en la confección de lo que será un nuevo marco de seguridad social, se necesitará más protección, para más personas y eso tiene un costo, que debemos comenzar a calcularlo y pensar en su financiamiento.
Sin embargo, esta tarea puede tomar tiempo y son millones de personas mayores a quienes no les sobra el tiempo, para ellos todo es urgente, ante esto resulta imperioso debatir una propuesta que hemos formulado desde Convite A.C, el otorgamiento de $50 mensuales -a tasa oficial- mientras dure la pandemia, a toda persona mayor de 60 años indistintamente de su condición de pensionado.
Con esta asignación, más la implementación de un programa de soporte alimentario de emergencia, que pudiera ser instrumentado por el Programa Mundial de Alimentos, podríamos evitar que nuestros viejos mueran de mengua e inanición.
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