SRL, por Marcial Fonseca
Conversaba con su esposa durante el desayuno y ya le había comunicado su inquietud. Él presentía que cuando regresara de su oficina tendría que hacer sus maletas y emprender viaje, aunque no sabía hacia dónde. Su jefe ya le había advertido; sus últimos trabajos habían sido locales, en Puerto Rico, que era lo normal dado que era una ficha de veinticinco años en la Sociedad; pero eso no se podía extender. Le dio un beso a su esposa y se fue para el trabajo.
Estaban todos sentados. El jefe frente a ellos y en su escritorio los sobres contentivos de las próximas tareas individuales. Les dio la bienvenida, repartió la documentación y abandonó el salón, ya todos sabían qué hacer.
Él se fue al sótano del edificio, ya en su camioneta sacó la carpeta para darle un vistazo a su asignación y así tener una idea de qué le había tocado. Y fue una agradable sorpresa, lo primero que vio fue un pasaje San Juan–Caracas–San Juan. No conocía a Caracas.
Buscó la Esquela de Instrucciones:
- aa) El lugar: Caracas, Venezuela; en el hotel La Noche Estrellada; la habitación se le comunicará posteriormente
- bb) La victima estará acompañada de su amante; el objetivo único es el hombre, no debe tocarla a ella, salvo que se convierta en un obstáculo para el éxito de la operación, por lo que estaría autorizado a actuar sobre la mujer. La acción debe ejecutarse en la habitación del objetivo.
- cc) Cuando haya cumplido la misión, debe abandonar inmediatamente el país.
Releyó las instrucciones varias veces y según procedimiento estándar, las memorizó y luego las destruyó. Regresó a su casa, en la cena informó a su esposa de que iría a Venezuela en funciones de trabajo.
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Partió el día previsto. Arribó a su destino; en el aeropuerto lo esperaba un taxista con su nombre en un Ipad, este lo trasladó a un hotel en el este de la ciudad. Cuando se chequeó, el recepcionista le entregó un mensaje: lo abrió, ahí estaba la dirección.
Ya en la habitación, puso sus cosas en el closet, ordenó por teléfono que le trajeran un sánduche de pavo y un té caliente. Unos quince minutos después le entregaron el pedido; mientras satisfacía su hambre, volvieron a llamar a la puerta; esta vez era un mensajero que le entregó un maletín tipo ejecutivo; y dentro una Beretta 92 A1, con diez balas, y la fecha del golpe.
Que sería al día siguiente.
Se levantó temprano, el desayuno fue frugal.
Alistó su equipo, partió para el hotel de la víctima a final de la tarde. Llamó a la habitación, no contestaron. Se fue a planta baja. Tenía que esperar, el golpe debía ser en la habitación, tal como le ordenaron.
A las 8:30 pm tocó nuevamente; unos pasos le indicaron que alguien contestaría, empuñó su arma, abrieron la puerta y quedó atónito: era su esposa.
—Feliz cumpleaños —gritó ella.
Encendieron las luces de la habitación y reconoció a dos hermanos, una hermana, dos cuñados, a su único hijo y a su jefe. La pieza estaba decorada para un cumpleaños, el suyo. Una pancarta decía SRL te desea Feliz Cumpleaños. Claramente SRL, o Sicarios de Responsabilidad Limitada, estaba costeando la reunión.
Marcial Fonseca es ingeniero y escritor
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